jueves, 22 de octubre de 2009

Séptimo cielo


Imagen de Cambalache "Radiografía de una dama"

"Ella, que soporta mi hígado deforme, me besa, sonríe, me mata. Ella, que tiene la boca dulce, soporta mis besos, la miro, sonrío, la mato"...

Veintidós (Instante Siete)

Porque todo momento se respeta en copas de vino tinto, en labios de tango y al eco de un bandoneón, que triste, subraya cada cuartito de nuestra existencia, que triste, nos pone contentos. Porque todo momento se respeta en copa de sus besos, al eco de un te quiero, mientras su perfume de vainilla me envuelve en su cuello, en sus manos, en su mirada oscura... Porque todo momento se respeta en copa de sus pechos, que únicos mis ojos ciegos no pueden tocarlos, que tristes, encierran su poder en aquellos labios elegantes y finos, que se envuelven, en el eco mayor de su existencia, solamente para ella.

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Veintidós (Instante Bunbury)


"Como para quitarse el sombrero"


Había justificado cada costilla en delicadas notas afinadas que luego, más tarde, desafinaron. Nueve y tres de la noche, en el cielo una luna sonreía esperando ver también, a ese hombre maravilloso que no tardó en nacer sobre el escenario rojo y negro.


"Y también para arrodillarse"


...Y fue así, como este ser maravilloso apareció; hermoso, grandioso, único. Habíamos esperado tres mosqueteros nada mosqueteros, cada día, desde hace dos meses y poco más, esperábamos el día del juicio tal vez, donde todas las gargantas que ese día entonaron cada canción, perecerían. De nuestras fauces salía el vapor, salía el Gracias, el Dios, y todo acto absurdo merecedor de tal espectáculo. El murmullo general, era tal vez, lo que la vida Limeña había esperado desde hace varios años que jamás regresarán. Enrique Bunbury, dejó encantados desde que lo vimos respirar frente a nosotros; de negro, de rojo, de negro y rojo, fantástico, como él solamente es.

Sin lugar a duda, la noche del Veintidós, fue la noche más larga del año...

Nota: Aquí les dejo con un pequeño recorte de fotografías que mi pulso inquieto ha tomado.


"Bunbury gesticulando canciones"


"Ese hombre de cabellera dispersa, no es otra cosa que un ser..."

"El cielo se abrió, salió él"

"Te queremos aquí Mondragón, ¡Aquí!..."

"Sobre la sombra y su humo: La noche"

"Y al final... Humo y silencio, es todo lo que queda..."

Agradecimientos especiales a: I.M.C., por ser todo antes de... y a ella, por ser todo siempre.

A Cambalache, for sentimental reasons.

domingo, 18 de octubre de 2009

El viaje del hombre que no fue a ninguna parte







Imagen de weblog.evasee.com


En Chernóbil un niño de cuatro brazos y tres piernas implora por un camino y una caricia mediocre, mas tarde, se enamoraría de una muñeca desmembrada y maquillada con la suciedad; despeinada en el olvido, desvestida, contaminada, pero hermosa. Se hospedó después en el Gran Hotel de Guantánamo tras cerrar los ojos, durmiendo en habitaciones de un metro por otro, vestidito con su bata naranja miraba la luz que no era el sol del Caribe a mitad de la noche...
En calles de una ciudad del sur, vio un huevo blanco cubierto con hormigas negras, y el ave deforme de su interior se escapaba por partes en sus minúsculas mandíbulas, sería pues, los restos del pelícano que de grande iluminaría con su grandeza el interior de la mujer muerta.

Desoladas calles de Prípiat que vistes con tu silencio el viento que mueve las telas restantes, que acogen en su interior el vacío que a la pesadilla ha vuelto loca, porque también el niño está vacío y los gatos han desaparecido. Miras el calendario con los días que ya pasaron, y el reloj muerto asoma de reojo el tormento que ha dejado el hombre. Abandonadas calles de Prípiat, llamad pues, al muerto que se había bañado con el sustento de la semilla de ajenjo y dadle muerte una vez mas...

Alimentó con su cuerpo a las sirenas de dos colas que nadaban en las negras aguas de un lago cualquiera, abriendo sus entrañas desde adentro para liberarse de la grandiosa aventura que era estar en una mujer, viajando así al instante donde perece el orgasmo. Sí, había resumido su vida en ocho placeres mundanos, había sentido el espacio que Dios violó en espíritu, había tomado por fuerza mayor, el dolor de viajar a ningún lado...

sábado, 17 de octubre de 2009

La mujer perfecta





















Cadáver,
Soutine. 1925.

Mujer... tú que entre tus pechos escondes el grito desmedido de mi muerte, entre tus piernas los huesos rotos de mi índice.
Mujer... tú que en tu baja espalda cubres mis ojos desterrados, como en el norte el hielo se derrite, mis ganas de coger contigo se derriten también.
Mujer... tú que en tus pies ultrajados marcas el después y el mañana, entre tus labios el ápice de tu lengua, que roza tímida la cera caliente que mi falo promete.

-¿Acaso soy tan perfecta como me has pintado?

Mujer... las manos no hacen falta, tampoco tu costado mutilado, que asemeja su belleza al costado de una res que cuelga de un gancho de plata en el camal de mis putas.
Mujer... los pies tampoco hacen falta, si en ellos guardo las huellas de mi mordedura, si en ellos encontré el refugio. No, no hacen falta.

-¿Tratas de decirme, que sin pechos soy hermosa también?

Mujer... tú que guardas el poder de alimentar al hijo con ellos, sabes que yo me alimento de tu carne, porque eres mi cristo, y tampoco tus pechos hacen falta para la ofrenda.
Mujer... trata de ponerte en pie, que los rezagos que tu sangre ha dejado han manchado la alfombra de la abuela.
Mujer... tú que callabas entre tu llanto y la risa, ahora gritas de placer y terror, porque yo te quito la piel mientras tus pulmones respiran apresurados, forzados.

-Dime que soy la muerta mas hermosa... por piedad, no por favor...

Mujer... tú que ahora estás desnuda, despojada de piel, sin los diamantes que tus dientes eran, sin las joyas que tus manos fueron, sin el cuarzo que tus pies formaban, sin los rubíes que eran tus pechos... Eres mi muerta favorita.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Hellville De Luxe








Imagen del mismo y adorado
Álbum

-Porque sabemos agradecer, a pesar de lo vivido, porque de todo comienza a ser ya mucho tiempo, porque quien encontró el amor, no lo buscaba tanto, porque las cosas cambian...
Porque sabemos hacer, del escapismo un arte...
Porque las cosas cambian (8)

-Tus doscientos huesos y un collar de calaveras, para que sepa volver y volverte a encontrar...

-Aquí está el fugitivo de siempre, aquí la eternidad que fue un instante, aquí donde ninguno de vosotros se atreve, aquí nuestros besos comunicantes... Aquí no hay nadie a quien seguir...

Dios mío de mi vida, que la vida aqueja en mi garganta su cáncer más cotidiano, y en mi pecho su angina reboza plenitud, ¡coño!, qué más da...

Esta es una pequeña muestra de lo hermoso que será el GRAN concierto que el Español, Enrique Bunbury celebrará en la ciudad de Lima, nuestra adorada nada adorada Lima la Gris, la triste, la pobre, la olvidada, la rechazada, la puta... Y puedo seguir con adjetivos y demás, pero será siempre la misma Lima, mas Bunbury, no.
La edad consume, sus canciones aumentan y sus seguidores también.
Gracias a Dios que no existe por haberlo traído.
Bobby Perú se despide. Agradecido.

Contanto los segundo que restan... y cantanto estoy. (8) ...El fin es el comienzo, ya nadie te espera, no sabes si sale el sol, si entras... Son asuntos de familia, que no se pueden tratar, la gente no cambia los genes no engañan...
...Y las huellas de tus pies, en la arena frente al mar, borradas por el vaivén de las aguas, el fin es el comienzo... (8)

martes, 13 de octubre de 2009

Depeche Mode

Imagen de djcarlosuk.blogspot.com

Sobre la fría noche de ahora, martes, que fue muy trece, éste grupo explotó en canciones, gritos y fríos agradecimientos. Nada que reclamarles, toda la gente quedó satisfecha, incluyéndome. Que por esas casualidades de la vida, y por tener una hermana tacaña nada tacaña ese día, llegué a ir, como todo un chavo, 'sin querer queriendo'.
Canté las dos únicas canciones que me sabía, obviamente en mi terrible inglés de mierda, que más parecía un insulto a la hipocresía.

Con un vaso de cerveza helada que inflamaba mi vejiga gritaba luego de cada canción, entre la algarabía de miles y el negro general en las ropas. Con las ojeras como el centeno y la boca color piel de demonio, también grité con ellos.

'Thank you, very much, Children' Gritó.

jueves, 8 de octubre de 2009

Coversando el hombre que iba a morir


Estaba el hombre que casi moría, y digo casi porque aún no lo había matado. Tendido sobre mi cama de tela rosa, acurrucado porque el frío arrugaba hasta los pensamientos. Ahí estaba él, el hombre que casi moría por mi mano...

Él: ¿Y si la vida no es mas que un estado de mil muertes juntas?
El otro él: ¿Y si ya estamos muertos?
Él: ¿Y si no somos nada?
El otro él: Pues nada, ya sería algo...

Estaba la niña que hablaba con el hombre que iba a morir, detallando sus pechos sobre la boca que a futuro besaría, porque también ella, iba a morir por mi mano, y le dije:

Él, que era el otro: Te robaré un día que Dios esté muy enfermo, un día del cual tenga ya el olvido, un día en el cual la penumbra que es mi cama, y mi cama que es la soledad, y la soledad que ya no es nada, es decir; que duermo en la nada.
Te robaré un día que Dios no exista, mejor, porque si existe pecará conmigo, y si conmigo pecase es porque yo también soy Dios, y si yo soy Dios también él duerme en la nada.