domingo, 21 de junio de 2015

Cinco gramos de nieve en la cocina

                                                                  
        


Corto poema basado en Biutiful de Iñárritu.

Su culo, en sus tangas negras era único, sus tetas, pequeñas, simbolizaban las manos de mi hermano. Sí, la muerte rondaba mi cabeza, pero, ¿qué era todo eso sin una parte de mi vida?
-pues nada.



 La cocina.

Tengo en la billetera tu recuerdo roto
oh nena
es nada a todo lo que rompiste en mi habitación.

Ahora vivo en un pequeño departamento
muy gris
las chicas brillan y cuentan historias
dicen que la tengo grande y que soy muy dulce
sé que todo es mentira
porque el sol no sale desde aquella noche
nada es cool y la música no sabe a música
soy un paseo largo en solitario
soy una esquina donde las putas parecen damas
soy una lata de café sin café
soy
al menos algo.

Oh sí
nena
hoy tomaré el camino largo a casa.
Cuando otro empiece a tocarte
suéltate nena
y abre las piernas dulcemente
no demores tantos años
no llores tantos años
ni justifiques tantos años
la vida no importa
nada importa
ni la lata de café sin café.

Vivo en un pequeño departamento donde las mujeres brillan
es muy gris
hay whisky barato todas las noches
hay hielo
también hay algo para mezclarlo todo
y sí
tengo sexo todas las noches
y no me importa el mañana
ni el ayer
porque todo hoy es una mierda diaria.

¿Quién empuja la puerta allá afuera?
qué demonios pasa allá afuera
todas esas descripciones en las revistas
hasta dios sabe despedirse
arrestos
putas
drogas
todo está dentro de mí
y tú me miras dulcemente
es papel maché
y todo es como lo ves
amas a tu perro más que a mí
a tus amigos
a todo el mundo que está muriendo
hasta mis cajetillas de cigarros están muriendo.

¿Quién está empujando allá afuera?
¿quién está ahí?
existe un edificio lleno de niños para entretenerse
soy un cubo hondo donde llenas las cervezas
sudo frío
golpeo fuerte
es de mañana
y no recuerdo nada en la TV
estoy hambriento
y en la mesa de la cocina hay sal
no lo puedo creer pero hay sal
-no es sal por su puesto
¡es sal que hace morir hasta los caballos!

¿Quién está empujando desde afuera?
quién mierda está ahí afuera
parece una ex esposa
una puta asquerosa de indonesia
espera allá afuera
aquí no hay amigos
aquí no hay hombres
aquí no estoy 
quizá vaya a prisión
esta noche luego de ese relámpago
respiré toda la sal de la mesa
deja de empujar
deja de empujar
¡maldita sea!
deja de empujar.

Tengo en la billetera tu recuerdo roto
es nada a todo lo que rompiste en mi alma
como cinco gramos de nieve en la nariz.


Una mañana de agosto.

Busqué dentro de tus prendas la explicación de todo lo que quise encontrar durante tanto tiempo, y en todo ese tiempo en mi mente se dibujaron árboles con sus ramas, y nubes con sus ratos libres, y un fondo celestial con lunares de un pañuelo que seca con la prisa.

Busqué dentro de tus prendas la idea, de razones que tu boca tardaba en explicar, y este reloj interminable por fin ha dejado de funcionar, y sobre una cama gris, desnuda como la flor maldita de la amargura te encuentras. Pienso: ¿Y si me acostumbro a esto?, imaginé algo mejor.

Ya habiendo eyaculado sobre tu cuerpo, ya habiendo besado hasta el último rincón de tu voz, quise que fuera algo mejor. Te levantas de la cama gris, moviendo el culo como dos manchas bajo la sombra y te diriges al cuarto de baño, al llegar bajo el umbral te giras, con los ojos me dices muchas cosas que prefiero no contar, cierras la puerta detrás de ti y en la habitación queda el muerto, tieso como la hoja del cactus, inyectando al viento todo lo que la desolación aflora.

Veo como te marchas desde la ventana donde te vi pasar con todos, veo que te esfumas, como una bocanada de humo, como una peste de verano. Regreso al asumo gris de mi cama, aún húmeda, muevo algunas almohadas y me lanzo sobre ella quedando absolutamente dormido.


Tabaco para cisnes.

Una tarde un cisne de cuello largo se acercó a mí. Yo estaba recostado en la orilla de una laguna, en esa laguna muchos cisnes recuperaban fuerzas ciertos meses del año. Esa tarde, yo me hallaba recostado, tratando de disipar todo el odio que cargaba contra el mundo.
Hay algunas cosas que no entiendo del mundo; al hombre por ejemplo, no logro comprenderlo por completo. Me asusta su naturaleza como me asusto yo mismo, claro. No logro entender su ambición, el siempre desear más, espanta. Me encontraba yo, recostado en la orilla, con una bolsa de papel donde cargaba tabaco para masticar, entonces sentí unos pequeños golpes en la mano, me sorprendí y un ligero susto se corrigió en mi espina. Me senté y noté que era un cisne, un elegante y hermoso cisne. Supongo que él tampoco comprendía la naturaleza del hombre, mi naturaleza. Fijé mis ojos en él, negros ojos como el fondo de algo infinito, y por fuera blanco, como la pureza más insignificante.

sábado, 13 de junio de 2015

Chelsea Hotel & Artaud

                                                                                      


Te necesito, no te necesito...

Leonard Cohen-Chelsea Hotel


Y más tarde, los hippies, tuvieron una visión mucho más grande para sí mismos. Sabes, creo que al principio vieron que realmente podrían ser escritores y estrellas del pop famosas e importantes figuras culturales. Luego me mudé al hotel Chelsea. Eso fue muy divertido. Todo el mundo estaba allí. Nico y Ginsberg pasaban mucho por allí. Estaban Harry Smith, Janis Joplin. Es la única vez que he sido tan indiscreto, donde realmente le dije a un periodista algo similar a que lo había escrito sobre Janis Joplin. Ya sabes, el diablo me hizo hacerlo. No sé por qué fui tan poco galante. A ella no le habría importado, no. Es a mi madre a quien le habría molestado. Rufus Wainwright hace un maravilloso trabajo con ella.

Del documental "I'm your men", de Leonard Cohen. Canción para Janis Joplin.


La pesadilla.

Como un cuervo da forma la pesadilla
y es una sustancia el miedo
oh miedo
a la noche y sus demonios.

Como un diablo da forma la pesadilla
y es una idea el miedo
oh miedo
a la hermana mala del sueño.


La mirada en el balcón.

Medio día de un día cualquiera,
cualquiera podría morir en un día como este
¡mierda!
ojalá no sea yo.

Aparqué entero el cuerpo en una parte de la callecita Ravel
moría por un sorbo de agua
el verano asesinaba como todas las guerras juntas
miré el reloj que jugaba en mi muñeca izquierda
las doce con seis
-Mal signo, pensé.

Yo sentía que habían pasado miles de horas. 
Al dejar de mirar el reloj una voz calmó mi sed
tan fresca era la voz
tan húmeda era la voz
tan fuera del mundo era esa voz.

-¡Hey Romeo! dijo la voz.
 Levanté la mirada para saber de donde provenía esa brisa de verano
ahí estaba postrada en el balcón de una casita blanca con hermosos acabados en madera la virgen de los ángeles.
-¿Habrá cargado en sus manos un ramo de flores mi Romeo? se preguntó la muchacha.
Yo seguía mirando desde abajo las piernas que su vestido floreado dejaban escapar, desde las piernas hasta los ojos, desde las piernas hasta los cabellos, desde las piernas hasta las ideas. Con un lápiz en la mano, y en mi muñeca izquierda un reloj anciano que mi padre dejó.
Señorita, vengo buscando la cuadra dos de Ravel, busco a un tal Antonin, que me daría una entrevista un poco rígida, que me contaría una versión apurada de su vida para que yo, la juntase en unas cuantas líneas y tal vez así, logre hacerlo inmortal.
-Inmoral terminarás haciéndolo mi Romeo, si te apresuras a escucharlo. Comentó desde el cielo la muchacha.

Sucede que no tengo la dirección exacta, olvidé mi agenda en casa, ando un tanto despistado.
Y sus piernas se hacían rubores míos, y sus piernas se convertían en deseos míos, y sus piernas eran banderas izadas hasta las faldas de dios.

-Romeo, aquí vive ese tal Antonin, está desquiciado, fuma poco, bebe mucho, habla nada, ¿qué voz será su voz?, si tan joven es tu andar, entra de una vez que está esperando a por ti en el patio.
Al entrar un asqueroso aroma de jazmines inundó mi alma.
El seso se me hizo una cucaracha
¡maldita sea!

Pasé el enrejado perfecto, flores por doquier y plantas por doquier y bustos por doquier. 
Alcé la vista hasta el balcón y ya no estaba la muchacha, crucé el camino de piedras hasta la entrada, ahí esperaba una señora que parecía ser la sirvienta.
Buenas tardes, el señor Antonin está en la parte de atrás, en el jardín, parece que está dormido, por favor, si lo está, espere a que despierte, odia cuando interrumpen su siesta.
Caminé por una sala adornada con cuadros difíciles, alfombras doradas y rojas y azules y moradas, caminé por un cuarto de espera adornado con pequeños barquitos de madera y un horroroso aroma a jazmines llegó hasta mí. 

¡Maldita sea!
Llegué por fin al patio trasero, ahí dormía el tal Antonin; un cruzado, un majareta algo sentimental, un ebrio seductor, tal vez un poeta acabado.
Coloqué el culo en una banca de madera con bellos retoques, esperé a por él. -Hey Romeo, dijo la voz de hace unos minutos. Giré hasta donde estaba y pude verla mejor. El cabello castaño como la vestimenta del diablo en las madrugadas, la piel blanca como la amapola
las piernas largas
lo había notado ya
¡maldita sea!
pronuncié en voz alta
-¿Qué pasa mi Romeo? 
Hay un hedor que me espanta.

Noté así que el aroma aquel provenía de la muchacha
y noté también que el tal Antonin, se levantaba.
¡Arañas de mierda! -gritó.
Levantarme así, con tanta vulgaridad no es perdonable.
-Señor buenas tardes, vengo por la entrevista.
Oh sí sí
claro que sí muchacho, pero dame una copa de tinto primero
o un electroshock.


Jazmín.

Blanco hilo de gusano,
perfumado baja la cuesta de la espalda
como una enredadera un pubis
donde los dedos pierden fortaleza
mi nariz es una ballena varada
mi lengua tu espada.

Blanco hijo de gusano,
caes sobre enero como una mantis
despidiendo así la magia de la hoja
sangra tu muñeca que es roja
sonríe, sonríe, la muñeca sonríe.

Tu nariz es un nevado,
tu lengua mi espada.

Blanco nido de gusano,
cama del tiempo sin funda
que adormecido festeja
mientras sonríe aún la muñeca
muerdo tu espada
tu nariz sangra
el blanco hilo de gusano.

jueves, 11 de junio de 2015

No visitors after midnight


                                                                                       




II
Cuando el señor juez me preguntó
¿Por qué la mató?
Me gustaba más callada, señor.
Contesté.




No visitors after midnight.

Un tal Frank estaba ebrio en la cruz
se hacía llamar Jesús o algo por el estilo
siempre andaba con los jeans sucios
y menos de doscientos dólares en el bolsillo
Santa Mónica parece un bello lugar
bueno
su esposa
yo no sé
alguna vez le arrinconé contra la escalera
alguna vez me la follé
y él le ponía el vestido
ehm
era algo sangriento
y tremendamente gracioso.
Yo andaba dopado por alguna extraña droga
y pensaba: un perro siempre es un perro
con títulos
ustedes saben
no soy un doctor
¿okay?
En fin...
hace unos días volví a ver a Frank
bebimos unas copas de whisky
me dio cambio para el gas
algo de comida
pagó las copas
Frank vivía en la misma casa
con su mismo acento francés
era encantador
siempre con el humo sobre su cabeza
su bigote bien peinado
y sus manos largas.
Frank seguía en la cruz
enamorado de su esposa
que era lo mismo a estar muerto.


Mad world.

Te deseo una hermosa vida
no es navidad, lo sé
pero te deseo una hermosa vida
mientras bebes tu champán con la nariz levantada
y yo con mi nariz en el fondo doy otro jalón de coca
te deseo una larga vida
no es tu cumpleaños, lo sé
pero te deseo una larga vida
mientras muerdes el jamón de casa con la boca semiabierta
y yo con la boca a todo dar muerdo otro pocón de coca
todo el mundo dice basura de mí, nena
pero el mundo está equivocado
simplemente el mundo no anda bien.


Shelter from the storm.

Me gustaste desde la primera vez que te vi
cargabas una mochila repleta con libros
habían temas que también me gustaban
no sé
desde Joyce por ejemplo,
hasta Ginsberg
o Bryce.

Jamás usaste lentes aún necesitándolos
y a media luz y desnuda y cansada
me encantaba cuando preguntabas
-¿eso es una araña o es mi poodle?
siempre fue ese caniche asquerosamente dulce y negro.

Caminábamos durante horas
era algo que odiaba de ti
hablando generalmente sobre el pasado
era algo que odiabas de mí
pienso que de alguna manera 
presentías lo que pasaría.

Nunca supe desde cuando te gusté
o si sólo fui un mero polvo en tu habitación
o en tu sofá
o en el carro de tus padres
o en el baño de visita
o en la facultad
y así
hasta calmarnos.

Recuerdo una tarde específicamente
tú llegabas de pelear con tu madre o tu padre
eso no recuerdo bien
dijiste en voz alta
¡si no me mato acabaré matándolos!
todos en el café donde nos encontrábamos giraron hasta nosotros
dos muchachos
hermosamente blancos
pero dos muchachos al fin y al cabo.
Yo tomé tus manos
las quitaste de golpe 
miraste lo más profundo de mis ojos
sonreíste de esa manera tan natural
un día ordinario en una tarde ordinaria de un mes ordinario con tu frase ordinaria
me dejaste un beso en la mejilla y una caricia en mi hombro
siempre fuiste un buen muchacho. Dijiste. Y ya, te fuiste.

Dos días después te vi en las noticias, habías asesinado a tus padres con el arma que tenían en el cajón de noche por seguridad, siete tiros a cada uno según la reportera. Te querías tanto que quitarte la vida habría sido lo último que hubieses hecho, siempre lo supe. Por esa razón luego de catorce años de ese día nunca intenté buscarte, o visitarte, y aunque sigo masturbándome recordando todas las veces que lo hicimos en tu habitación o en tu sofá o en el carro de tus padres o en el baño de visita o en la facultad y así hasta calmarnos, te extraño como te extrañé desde el instante que te fuiste.

martes, 9 de junio de 2015

Cubatas

                                                                                   


Yo vine de un lugar en el cual hasta los demonios tiemblan, porque los susurros de mi alma son tormentos infinitos.



∞   
Hubieron meses que la soledad fue tan grande como yo mismo, y yo era infinito.


Febril.

Supongo que he muerto
supongo que estaba enfermo
supongo que no soy nada.
Los árboles crecen
la gente va a trabajar
los perros siguen follando como perros.

Supongo que he muerto
supongo que estaba enfermo
supongo que no soy nada.
Los autos escupen su mismo humo
los besos sólo son besos
las mujeres siguen follando igual
como perros.


En una taza de té.

He tratado de rezar
aburrido ante la imagen
ante la imagen de ese vagabundo.
Cada día cada tarde
cada noche cada madrugada
incluso en días importantes trato
dejar de beber todo esto
dejar de beber todo esto
¿qué es?
¿qué lo hace tan hermoso?

el otro lado de tu lengua.
Cerveza ron o té
whisky vodka o té
vino tequila o té
perdón
tú.


Cubatas.

El ron entra fuerte, y ligero
al ritmo que marca el barrendero.
Rain Dogs-Tom Waits



Hablando de todo y construyendo torres gemelas y jugando a ser doctores y pescando resfríos y corriendo sentados y comiendo un poco de algo que siempre tenía un buen sabor. Así fueron todas las noches con un cubata, en el corazón de alguna buena compañía que nunca fue la mejor. 

Riendo a llantos y rompiendo sujetadores y masticando lento y agarrando cariño y esperando la luz del día a día y apagando los semáforos y comiendo un poco de pan que quedó en algún lugar de la cocina. Así fueron todas las madrugadas luego de unos cubatas, en el corazón de alguna buena muchacha que siempre fue un poco mala.

Escapando de muchos bares y perdiendo direcciones y ajustándonos al frío y mirando sin mirarnos y admirando el mar de lejos y contando piedrecillas y tropezando por aprender a caminar y buscando cigarrillos en algún lugar de tu saco gris, así fueron algunas tardes, cuando tu corazón se cansaba de los cubatas y se olvidaba un poco de mí.

Botella de 750 ml, un puñado de hielo, Pepsi Cola, limón no, señor, le dije al camarero. Por la acidez.


Lluvia de fin de febrero.

Murmullo en el suelo
cuando caen
todas a la vez y no
todas juntas y no
como lágrimas
o besos que no se dieron.
Jersey girl ausenta el ambiente
y el vacío en la habitación para un muerto
pienso que todo está bien
tú y yo desnudos y sin hablar
con mi mano en mi entrepierna
eso es todo a lo que podemos llegar
shalalalala
shalalala la la la
Dice Waits
y eso es todo.

sha la la la la la la...

  
Crux.

Hiciste de mi cabeza muñecos de vudú y me quitaste los clavos y rompiste mis costados y acabaste con mis rodillas y arrastraste mis pies por tu ciudad y pusiste tus años en mi espina y bebí de tus aguas turbias y separaste mis huesos y cargaste tus copas a mi cuenta y  me expulsaste de tu lado y me asesinaste y me asesinaste y me asesinaste y me reviviste y me asesinaste y así sucesivamente hasta el final y aun así... volvería a morir por ti.

lunes, 8 de junio de 2015

Todo el mundo en calma





Let it rain.

Badly Drawn Boy




Los ojos del amanecer.

Es una sombra donde se esconden los escombros del mundo
justo donde pintas tus ojeras.



El día que se esfumó.

Existían pastillas amarillas y naranjas y blancas y rojas y otras sin color
hubieron licores y bebidas y aguas y tintos y otros sin alcohol
ahí
sobre la cama de cuadros y rayas y puntos y nadie más
ahí
sobre la mesa manchada y despintada y quemada y sin decencia.

Me bebí todo
y todo era una pipa de marihuana
y cruzaban por mi habitación hombres bala y ángeles y aves rapaces y algunos dragones.
Me tragué todo
y una pipa de marihuana era todo
y corrían por mi habitación ponis y caracoles y monstruos de mar y un tren de cercanías.

Dormirse luego de algo así es no existir. La voz se quema sobre la voz y el temblor en las manos parece eterno, dejas una nota para nadie y todo se hace negro.

Despiertas mareado y algo atontado, caminas hasta el cuarto de baño y el espejo escupe una imagen aterradora, das tanta lástima, tanta belleza desperdiciada te da lástima, es algo que no logras comprender, injusta es la mujer del tiempo, injusto es el tacto de la mujer del tiempo. Luego notas que la cabeza te sangra, sientes un dolor en la canilla que no logras reconocer, caminas hasta la cocina y los ojos de los que te ven se abren como faros, sientes ganas de vomitar, preguntas la hora y te das cuenta que han pasado casi dos días, ¡mierda!, tantas pastillas amarillas y naranjas y blancas y rojas y licores y tintos y pipas para despertar por despertar. Regresas a la habitación y ves sangre en la cama, la pierna te duele cada vez más, no recuerdas qué hacías un segundo antes y sigues mirando tu perturbadora imagen desde el espejo, sangra tu nariz y un pequeño aullido se oye en lo profundo de tu alma. Reconocer ese grito desde tus profundidades que hacen ver las corbatas como hermosas herramientas de matar, o los cajones en la cocina como pequeños ataúdes de objetos que cortan muy bien es sumamente único. Poco a poco recuerdas lo sucedido; te enamoras, un segundo después intentas acabar con tu memoria. Entonces maldices todo el licor que logra aguantar tu cuerpo, y todas las drogas que probaste durante tu juventud, y que para la próxima vez necesitarás por lo menos cuatro veces más de la misma dosis para romperte la cabeza en alguna parte de la memoria, o herirte a lo largo de la canilla en la memoria de la que alguna vez fue la mujer de tu tiempo y de tu clima. 

Existían pastillas amarillas
y blancas
y rojas
y naranjas
y naranjas
y naranjas
y desperté todavía extrañándola
¡maldita sea!

Corto breve de los días que no suceden.

He follado con ella
ella que se abre hermosamente
y su lengua dibujando en mi falo caricias memorables

ella que me mira desde cerca y hace de mí lejanías
ella que agarra mi mano y mis pies se entumecen.

He follado con ella
ella que me ama bellamente
y su boca profunda oscureciendo mi centro
no
no la quiero como ella muchas veces me ama
pienso
-si su amor fuese suficiente
la muerte
sería como estar contigo.