viernes, 11 de abril de 2025

Los caminos eternos



"Ya no existía nada, la nada estaba ausente; en mi oscuridad, ni lumbre, ni unas manos celestes, ni vida, ni destino, ni misterio, ni muerte; pero seguía volando, desesperadamente".

Oliverio Girondo | Vuelo sin orillas




El último beso. 

Besa a tu niño
que tu niño está muriendo
inventa una canción 
donde tu niño no se encuentre enfermo
contempla sus ojos pequeñitos
toma sus manos pequeñitas
y bésalo.

En la Villa todos saben que tu hijo morirá
que será incinerado en el bosque
entre los árboles sin hojas
los llantos de algunas mujeres
y los fríos ojos de los hombres,
una pisca de bondad
no vas a encontrar
porque en lugares como este
hasta Buda ha sufrido
esconde el ombligo de tu niño
guárdalo en una cajita con cariño
para que recuerdes que alguna vez fue tuyo
y bésalo por última vez
mientras respira de tu aire tibio.

tal vez éramos buenos
quizá
en algún retazo de nuestras mentes
fuimos buenos
pero ahora no lo somos más,
soñamos con demonios
asesinamos cuando tenemos que hacerlo
comemos carne humana
si queremos
dios no se entromete por aquí
los demonios besan nuestras manos
y los gatos todos
todos
saben que la oscuridad es nuestra única compañera. 

Déjame ver a tu niño por última vez
mujer de los ojos azules
él es tan blanco...
Lleva mis ojos oscuros y malditos
lástima que no sobrevivirá hasta mañana,
haré una hoguera pequeñita
será tan rápido
verás que el fuego al final
es la única luz que nos abraza mejor que nuestras madres.

Besa a tu niño mujer
que será la última vez
luego ven aquí
arrodíllate
y haz eso que me gusta
porque hace un poco de frío
y quiero ver el final del túnel
de tu boca tibia.


Un juego sin gracia.

Aquí donde ya nadie dice nada
el mar está en calma,
y todos duermen en sus casas
todos
que de alguna manera están muriendo.

Hoy que el sol brilla sobre las olas
de este mar en calma
entierro los pies en la arena
tibia como tu cama
y mis ojos se cierran un momento
imaginando un cielo bajo tu pelo
azul como tu alma

la arena tibia calma un poco
mi dolor
mi sufrir
lo que tengo en lo más profundo de mi ser
mientras tú
juegas con el cielo azul de tu pelo.

Hoy
aquí
ya nadie dice nada
el mundo está en calma
los vientos pasan tranquilos
los gritos se han desvanecido
y todos duermen en sus casas
quizá dios ya esté muerto
o quizá sea yo
el que está muriendo.


He decidido dejarte.

Cuando vuelves
las noches son pesadillas que duelen tanto
y me destruyo
me destruyo torpemente.
Tus oraciones hacen de mis sombras gatos muertos
oraciones que desaparecen luego de ese maullido infernal
donde tu dama blanca gana
cada batalla contra ella
esa dama blanca
la gana.

Me adentro en tus hojas
antes de cortar esa raíz que nunca regaste
y violento me pongo
cada noche
que cierras los ojos y yo no estoy en ellos.

Mi prisión es la sombra pura de la inocencia.

Te marchaste cuando los hombres éramos malos
y regresaste
para caminar donde nadie lograba poemas todavía
hablo de duros poemas
de lugares monstruosos, nada modernos.

             Esta es la luna 
      y este soy yo
        muerto sobre tu cama.

Mira mis huesos
son nuevos
mira mi nariz
casi ya no está marchita
pero mi falo brilla
cierra la boca por favor
deja tus lirios sobre la mesa
cierra la puerta 
por favor
y márchate.


Cuando dormías conmigo, esas pocas veces.

Logré inventarte un pijama que tantas veces te quité
cuando con tu boca todavía
lograbas eso en mí

todo eso dentro de mí.

     ¡Una fiesta!

De un mar en movimiento.

Una botella de champaña o dos
como ese mar en movimiento.

Todo esto dentro de mí lograste

cuando con tu boca todavía
mezclabas amor y baba
donde mi voz ahora ya no termina.

Y la frágil tormenta que en mi corazón se acaba
escribe poemas y versos 
y construye puentes y ciudades y malecones y tal vez algo más
en una ciudad que se desmorona
cuando dormías conmigo, esas pocas veces.


Ruido tanto ruido.

Hay ruido en mi nariz
parece una fiesta
una loca fiesta de gitanos que pasan por la TV

mudo de canal
de piel
la cama que soporta las pesadillas contigo
es una dura nube con largas ideas,

hay tanto ruido en mi nariz
ruido como espuma de mar
como baba de caracoles
chocando en el acantilado.

Hay ruido
ruido de fiesta en mi nariz
sin luces
sin papel
porque el papel roba esa magia
del arcoíris con todos sus colores dentro

       y hacen una fiesta en mi nariz

     que dura
   lo que dura una pesadilla contigo.


Las tumbas eternas. 

Solo los muertos son eternos
durmiendo ese largo sueño
para siempre
allá donde los olvidados reclamamos
una caricia o dos. 

Ya no tengo miedo
de ese último beso
sé que la vida dura tan poco
y es pequeñita
como tus dedos
cuando te cargaba entre mis brazos
para que cumplas cinco años. 


Hallelujah.

Oh diosa maldita de las profundidades del abismo
carcomes la calavera
frágil esperpento de mi alma
de todas las almas. 

Alabada seas
dama aborrecida
negada
alabada seas
por todos los que alguna vez
hemos maldecido tu nombre.

Oh gloriosa luz donde todo arde
despacio
despacio hasta fundirlo todo
raíz y rama
pelo y dentadura.
AY, de la piel que te roza
ay, de mi piel. 

Oh mujer bendecida por la rabia y la sangre
de tus niños muertos
de sus madres tristes
de sus dueños erectos
alabada seas
antes del fin del mundo.


Cuando mi amor no te sirve.

Si dices que te hago daño es porque aprendí a querer de esta manera
si mencionas que mi forma de quererte te lastima 
es porque mi madre me acariciaba con sus colmillos y sus garras,
tan mal hago todo esto que ahora mientras te amo y te pienso dos putas están quitándome la ropa
una de ellas es tan blanca como las nubes en el mar
la otra es una trigueña tostada como las espaldas de dios
si dices que todo esto te duele
¿qué puedo hacer?
me gusta ver las tetas de esta trigueña cubiertas de ese polvo mágico
como un dulce de mostrador en una pastelería
bocado a bocado pruebo de sus tetas
esa magia
mientras la otra baila dulcemente y se toca
para nosotros.

Vamos
arma cuatro rayas le digo a la blanquiñosa
mientras la dama canela me besa de muchas maneras.

Nuestras lenguas adormecidas
nuestros cerebros despiertos
hay seis manos tan juntas
y nuestros sexos desnudos se humedecen demasiado.

He de dejarme llevar
porque te amo
así te amo
mientras las botellas de vino recorren mis venas
ay
ay de mi alma
cuando no me sirve. 


Besos con sal. 

Me gusta tu boca
húmeda junto a mi boca
adormecidas con tu sal rara
dulce por ratos
pero también amarga
como luz de jueves por la tarde
o la tristeza de un septiembre que no ve
cuando me besas
hoy a las seis de la tarde
con tus interiores combinando
tan perfectamente
con los visillos de esas cortinas dulces de tu ventana
y me cuentas de penumbras en tus veranos
de tus tristezas gigantes que guardas en la nevera
de tus uñas rotas
en tus mejillas
en tus hermosas mejillas
muchacha pálida
como una muerta pálida...

...Y tus mejillas sonrojadas
y tu rostro sonrojado
cuando un verano tibio
bonito
nos inunda desde nuestros centros
mientras nos amamos todavía
sobre tu cama.

Me gustan tus besos con sal
muchacha de la luz blanca
y cuando me besas
tu baba envuelve mi baba
con tu rara sal
que sentimos en nuestras rodillas
en las costillas
como si la risa brotara
de esa manera única
y ya desnudos
con tus bragas y tu sujetador perfectamente combinados
con los visillos blancos de tu habitación
descansan a un lado de la cama
mientras abres tu nevera
y te me pones triste
para que yo peine
con los dedos peine
tu corta cabellera
muchacha blanca como la luz blanca
calmando tu respiración quieta estás
junto a mi pecho
y ya no estás triste.

me gustan tus besos con sal
hoy jueves de un septiembre cualquiera
a las seis de la tarde.


El hombre que no podía dejar de masturbarse.

Me acuerdo de ti
luego de una paja triste
me abrazo a tu recuerdo
luego de este acto inútil
qué será de ti
muchacha de los ojos como el horizonte
qué será de mí
parado aquí en esta lejana orilla...


Toma este vals.

Ahora en Belgrado hay una mujer
con su vestido corto y rojo como su pelo
es verano
ya lo sé
junto a su ventana
esperando por mí
yo 
que soy la muerte
y desde temprano
he querido cubrirla con mi frío manto,
toma
esto es para ti
y abro los brazos.

Ahora en su cama
suena una dulce melodía
ay
ayayay
toma
me dice
esto es para ti
esto es para nosotros.

Aléjate de tu ventana
que la muerte ha venido a por ti
vamos al mar
lento como los cisnes gordos de tu Danubio frío
ay
ayayay
toma
esto es para ti
y abres las piernas.


Un infierno encantador.

En el infierno te espero
para quemarnos un poco más
y acurrucarnos
como dos pajarillos sin plumas
para sentir los latidos que nos quitamos en vida
de tanta cocaína
de tanta cocaína.
¿Te acuerdas?
Adormecidos hasta la médula
por tanta cocaína
cocaína en tus pezones
cocaína en nuestras lenguas
cocaína en nuestros sexos
y vino.
Mierda
yo me acuerdo
locos y medio muertos
agitados y poco tontos
con nuestros latidos a punto de llegar a la meta
en este teatro de caballos corriendo
con las patas rotas
cada noche era el último día
cada beso estaba mezclado con ese amargo que nos resumía
en calavera y carne
nada más. 

Entonces
luego del acto
desnudos y adormecidos
otro poco de coca
mierda
tanta coca
cocaína entre tus piernas
cocaína en tus mejillas
cocaína sobre la mesa
y vino.
Así durante varios días
locura, sexo y algarabía
desenfreno
algo más
y nosotros
mierda
¿te acuerdas?
yo me acuerdo
de cada centímetro donde tu piel tocó ese polvo maravilloso
de tus rodillas
sobre el frío parqué
mientras tú hacías con la boca eso que yo más adoraba
mierda
y más cocaína.

Sombras nada más
de la noche
de los días
carne y esqueleto
sin almas
sin nuestras putas almas. 

A la mañana siguiente de cualquier día
agua
bastante agua
frío
tantísimo frío
vergüenza
toda la vergüenza
contra la venganza del mundo
y nosotros tan húmedos de nosotros
hasta secarnos. 

Te extraño
cubierta de ese mágico polvo
te pienso
mientras los viejos ademanes llegan a mi cuerpo
rasco mi nariz
mis brazos
mis piernas
mierda
realmente te extraño
cubierta de mi blanca esperma
tiritando de frío
y ternura
de tanto luchar entre nosotros
mierda
mierda
me acuerdo de cada instante que pasamos juntos
ebrios de todo
únicamente por el placer de sentirnos vivos
y de nadie más. 

A veces me duele
algo adentro
cuando veo a lo lejos una iglesia
sé que allí nada queda
hay escombros
invisibles
de algo que quizá
antes se elevaba
pero nada más.

Recuerdo nuestras piernas juntas
moviéndonos
atormentados de la vida
de aquellos que nos quisieron tanto
como abandonados
tan tristes
pero no
y mira que yo antes me había asesinado tantas veces
pero ninguna
como esas noches contigo
ojalá
nos encontremos en el infierno.


7 minutos y medio. 

Ay morena
morena hermosa
con esos labios tan carnosos
con esa lengua tan roja
y ese culo
morena ay
hermosa morena
con esos pezones de chocolate
con esas tetas de diosa
carajo.
- Qué buena que estás,
te digo
mientras preparaba ron con Coca-Cola en una jarra
hielo y limón
tú a mi lado
con esa sonrisa de diabla
de diabla morena.
- ¿Y mi regalo?
preguntaste
mientras yo removía el ron con la Coca-Cola
limón y hielo
- ¿tu regalo?
pregunté de regreso mirándote a la cara
- qué hermosa estás
digo sin dejar de mirarte
y tu sonrisa endemoniada
y mi novia en el patio
y nuestros amigos con ella
y tus padres en la sala
y tus primos
celebrabas tu cumpleaños
mierda
tu cocina se hizo gigante
y nosotros tan pequeñitos
nos lanzamos hacia nosotros
tú desde tu esquina
yo desde la mía
nos besamos de una manera desesperada
jadeando
nuestras lenguas eran un solo eco de baba y aire caliente
mis manos en tus nalgas
en tus caderas
en tus tetas
tu escote se escapó de su lugar
tus tetas escaparon de tu sujetador negro.
- Dios mío,
dije
mientras las miraba
ahí
todas para mí
me abalancé hacia ellas
las besé 
las lamí
las chupé
mientras tú doblabas las rodillas
gemías
y tu baba
y el aire caliente de nuestras bocas
y mis manos dentro de tu pantalón
de tus bragas
de tu sexo
carajo
- esto no está bien decías
  esto no está bien
  pero no pares.

Y chocamos con todo
en esos dos metros
tocándonos como dos niños torpes
sudando 
apretándonos
más allá de lo que ya
no podíamos hacer.

Nadie entró
en esos 7 minutos y medio
nadie se asomó.

Mis manos en tu pelo
mis manos en tu cuello
nuestras bocas quietas
entre su calor y su humedad
temblando
nos mirábamos alucinados
respirando un poco agitados

dios mío...
y nos reímos calladamente.

Hasta ahora me acuerdo salir al patio
yo tenía la jarra de ron con Coca-Cola
hielos y jugo de limón
mi novia vino hacia nosotros
era tu mejor amiga
me sonrío
tú venías detrás
ella se abalanzó hacia ti
y te envolvió en un abrazo fraternal
fue bonito.


Brujita.  

...En este momento donde el mundo duerme, yo despierto entre tus pechos, tú desnuda, totalmente, como una luna a mitad de la media noche, brillando hermosa y gigante, sola, únicamente para mí. Mientras yo, un clochard humilde y moribundo, acaricio tus pezones, dulces como el azúcar de las flores, como la sombra de los espacios azules. Y en tus vestidos amarillos te quiero, y en los retazos del mar, y en todo eso que es el teatro del mundo, en todo esto, que es el gran teatro del mundo... 


Las aguas tristes.

"Si la cuerda te deja sin aire
deja un metro del otro lado
para seguirte
y ayudarte a respirar
allá a donde vayas
princesa de la noche".

Fue lo primero que escribí para ella...

Ella siempre fue una chica un poco rara
su corazón tenía forma de lágrima
y era tan blanca como el papel donde yo le escribía algunos poemas
vestía siempre de negro
con el pelo muy negro,
sus uñas también de negro eran como rayos de luz en la noche
cuando la veía cruzar el largo pasaje que la llevaba a su casa
yo escondido detrás de una vieja cortina
salpicando miradas sutiles a su joven figura
desde mi habitación
agazapado y con la luz apagada
a veces se giraba
como si notara que alguien la miraba
pero yo hábilmente me movía
rápido y silencioso como un búho sin latidos.
Su sombra era cálida
como lluvias de verano
y sus Jeans negros
y sus botas negras
siempre brillaban
a veces me sentía como un lince mirando la nieve
acechando torpemente a su presa
¿existirán flores más bellas que ella?
me preguntaba
mientras le escribía algún poema.

"Veo a la hija de la noche cuando pasa,
como un fantasma flotando
y me acaricia con sus cuchillos
cuando solo la miro
con sus garras.
Ojalá te apagues en mi hoguera
niña rara
hermosa niña rara".

Una tarde nos cruzamos en la bodega del barrio, 
gracias don Carlos, le dijo al señor que siempre atendía
de nada Alicia, le respondió, y salió sin mirar a nadie 
con muchos dulces y varios chocolates en sus manos.
Ese día supe su nombre
el de don Carlos
y su loco gusto por los chuches y el chocolate.

Llegando a casa escribí:

"En el país de las maravillas un muerto camina
eres tú
lejos de la noche
de sus flores negras.
Abre mis costillas
saca mi corazón
para que lo cuelgues en tu cuello".

Siempre caminaba como si nada le importara
siempre en solitario
una tarde me armé de valor
compré una flor de un azul muy oscuro
envolví la mitad de una hoja con lo que escribí el día que supe su nombre
me sentía extraño mientras me acercaba
como triste 
y cuando la vi entrar en el pasaje que daba a su casa
la llamé por su nombre
ella volteó
como si nada ocurriera
yo estaba a dos metros
me aproximé flor en mano
toma, esto es para ti
le dije
ella me miró un poco seria y pensativa
eran tan blanca y hermosa,
contempló la flor
es un azul muy bonito, dijo
y luego preguntó
¿tú eres el que siempre me mira desde esa ventana?
señalando con la mirada mi habitación
que del segundo piso daba exactamente a medio pasaje. 
Bajé la mirada.
Escribí eso para ti, solo quería que lo leas. 
Yo tenía 13 años y ella 15.

Los años pasaron
ella estaba rota como toda la soledad en el mundo
se cortaba las muñecas cuando no podía más con ella
y las piernas
luego pintaba con su sangre extraños dibujos
y los sombreaba con un lápiz 2B
nunca me dio ninguno,
decía que eran para su padre
cuando vuelva a verlo.
Su padre murió cuando ella tenía 5 años
en un accidente laboral mientras viajaba
aún se acordaba de cuando jugaban en su jardín,
su madre trabajaba en Bellas Artes
era profesora de pintura
muy dulce y amable, parecía un ángel en movimiento.

Nunca pude sanar sus heridas
nadie pudo
ni siquiera ella.

Yo la amé hasta ese día que entré en mi habitación
y la encontré colgada y azul
como la flor que le regalé aquella vez
era una imagen triste
muy triste
pero hermosa
todavía de negro
con su portafolio de dibujos
y con mi poema justo donde su sombra terminaba.

Ahí supe que ninguna flor está en paz
y que la gente no es buena.

"Hoy que la luz se nos ha acabado
quiera dios que nuestras almas alumbren
un ratito el infinito infierno..."

Fue lo último que escribí para ella.
Ojalá sea mi padre quien entre primero en la habitación,
y no mi madre.


lunes, 27 de enero de 2025

Las puertas del mal



"... A las cuatro de la madrugada,
cuando todo estaba en silencio, 
podía oír cómo crecían las raíces de mi soledad”.

Haruki Murakami




Zanahorias.

Adoro las zanahorias en tus guisos
dulces y suaves
tan naranjas
y mojadas
y sabrosas
mientras un poco de arroz se mezcla con ellas
en mi cuchara con otro poco de papas hervidas
y en mi boca explota
ese sabor de tus manos
a veces remendadas por algún corte
otras tan tibias como las orillas de la mar en verano

adoro tus manos tibias,
cuando en la cocina celebran una fiesta
con las verduras
y los panes
y las cucharas
y tal vez la miel
luego nos sentamos
en esa mesa donde todo me cuentas,
un saludo del vecino
lo que te dijo la verdulera
o la mala elección que hiciste en la carnicería,
mientras humean los platos que hemos servido
con esos aromas que tu alma me regala
cuando me quieres
y yo también te quiero. 

Bebemos un poco de vino los domingos por la tarde
como alegres por la vida
pero esta vez lloramos
de tanto vino
te abrazo un poco
mientras tú me abrazas otro poco
y las soledades solas se marchan
de tanto haber andado entre nosotros
y es ahí que nos reímos
de tanto vino
como tristes por la vida
pero ya no
entonces llega la noche y mueles café tostado
la casa se llena de ese aroma que tanto adoramos
se mete dentro de tu vestido
abre mi alma
y nos acerca otro poquito.

Cortas un poco de queso
destapas el mantel donde hay panes calientes
coloco dos tazas de café sobre la mesa
y nuestras tristezas se alegran,
entonces nos miramos y te digo:
Me gustan las zanahorias en tus guisos. 


A tus ojos de gata.

Asusta
como ese lunes que noviembre nunca tuvo
tu manera de mirarme.

Cariño
espero no morir entre tus garras.

El amor es lejano
a veces se pinta de azul
hay música que juega con tu pelo
y cigarrillos que me llaman por mi nombre,
pero cariño
espero no morir en tus garras.

Los coches son niños jugando en la calle
la luna un sol minúsculo que no aprende a dormir.

A veces desapareces
y vuelves cuando te da la gana,
cuando posiblemente esté sentado solo en esta silla
y me encuentre perfectamente

       apareces
     y cariño

vuelvo a caer en tus garras.

Una revista me ilustra la nada
tiene colores y fotografías
con gente que desconozco
bocas que no hablan
y ojos que no saben cerrarse.

Te miro
desde mi cama te miro, hasta la puerta del cuarto de baño.
- No quería, pienso
mientras parada y desnuda brillas
bajo el umbral de esa puerta azul en el cuarto de baño,

y sí
he vuelto a caer entre tus garras,
como todos los lunes muertos de noviembre
donde tus ojos
me asustan.


Breve escrito para Gabriela.

Si te dijera, que alguna vez he muerto por tu boca, mujer de la sombra y de la luz, si te dijera, como quien quiere decir algo pero se queda callado, inmóvil y quieto, bajo el brillo que vas soltando. 
Mujer relámpago, si te dijera, que alguna vez he muerto por el espacio entre tus pestañas, por ese breve espacio entre tus pestañas. Dime tú. ¿Qué podría merecer un pobre clochard como yo? Que te adoró con locura, dentro de toda esa tristeza que era esperar de un dios sordo su eco... 


Esmeraldas. 

Coloqué esmeraldas sobre tus blancas tetas
ahí, en tus pezones rosados.

¡Qué hermoso combina esa parte de tu piel con lo verde!

               De la luz dentro de otra luz
      verde. 

Y bajé 
la cabeza hasta tus encantos  mayores
donde te mojas
con tus blancos jugos
oh, hermosos jugos blancos
que brillan
como esa luz verde
sobre tus tetas
y me enamoro
de tus tormentas perfectas
        oh, 
     dama de las piedras verdes sobre tus tetas y esa luz
 verde.


Las caricias eternas. 

Dios se gira
para no ver la gloria.

En la flacura
de mi lengua
justifico
esa parte en tu hondura
como una súplica
donde yo despierto
ese gemido que tu voz
ha guardado para mí.

Navegaré océanos eternos de olvido
para llegar hasta tus orillas
mujer de la soledad y la derrota
cabalgaré
sobre caballos de fuego
y llegaré hasta esa luz donde tu sol comienza
mujer de la claridad y la arrogancia
para brillar junto a ti
hasta apagarme.

Y de los árboles caerán los otoños
y en el río los veranos se acomodarán dulcemente
mientras bajan por tus cabellos
oh, hermosa muchacha
reina de las piedras preciosas del mundo
devuélveme las caricias que te ofrecí
para acariciar a tu dios altanero
durante un minuto 
o dos.


Cuando duermes. 

Cuando cierras los ojos y duermes
olvidando que el mundo te necesita
con tu gato manchado a un lado
semidesnuda y tibia.

Te veo ahí
sobre tu cama
hermosa y única
con tu piel tostada y tus ojeras tristes
con tu negro pelo y tus tetas hermosas.

Cuando duermes
Margaret
le pido a tu dios que nunca te vayas.


Los delitos.

Amanecí entre tus pechos
como una sombra
escondido del mundo y de tu gato
sudando entre tu calor y tu rubor inquieto
dime mujer de los pechos como el sol
¿dónde quieres que te toque?
entonces abres los ojos como los veranos que disfrutas
en tu diminuto bikini color púrpura
junto a la orilla mientras mojas tus pies
como ahora a un lado de la cama
abres tu piernas húmedas de sal y baba.

Desperté
callado entre tus muslos
apretando la voz
para tiritar contigo junto al frío
de tu corazón 
entonces abro dulcemente tus párpados
y soy la sombra en tus pestañas
donde el sol se hace pequeñito
dime mujer de la fábula
¿dónde quieres que te bese?
entonces señalas tu sexo mojado 
donde me introduzco como un pez moribundo.

Amanecimos juntos sobre tu cama
envueltos en las telas blancas de las sábanas
desnudos y secos
dispuestos a mojarnos con nuestras lluvias
mujer de la locura, dime
¿dónde quieres que me calle?
entonces señalas tu boca
la que nunca dice nada. 


La promesa.

Mujer
que entre tus piernas callaba
de todas las cosas que me ofreciste
me debes los años que nunca estaré junto a ti.


Un dios torpe.

Quiero caminar sobre tus aguas
curar tus heridas
abrir tus ojos ciegos.

Para mostrarte que el mundo cruel puede ser un poco bonito.

Lavaré tus pies con perfumes y aceites
y recogeré tus frutos.

Quiero ser tu dios amor mío
y nada más. 


Todo para ti. 

Todo para tus piernas
largas como enredaderas
donde mi alma se acomoda dulcemente. 
Todo para tus pechos
tímidos besos del león
donde mis huesos fecundan tus espacios
oh, dama dulce donde los encantos se estremecen.

Virginia hermosa
hermosa como el sol y las esquinas del mundo
donde sus calles se acomodan
entre el neón y la nostalgia
de tus pechos pequeños
para que mi frescura
te ilumine hasta que llegues a casa
y logres apagarte.


Tu pelo. 

Ojalá y me convierta en piedra
luego de ver tus ojos que son el filo de una navaja
mientras tus cabellos como serpientes se mueven con el viento
entre mis dedos y tu mueca deforme
oh, dama de la pesadilla donde dios no duerme
justifica tu espada entre mis entrañas
agitándolo todo
mientras me rompes. 

Me gusta tu pelo
negro como una mar profunda
que a veces parece azul
pero no
es como una noche o dos
de tu pelo como la noche
similar a una seda
largo muy largo
hermosa melena de mujer
me gusta tu pelo
cuando todo se prende pero eso se queda así
apagado
oscuro
pero que brilla
fugaz como una estrella
que se apaga fugaz como esa luz
esa luz dentro de tu negro pelo.


Con los ojos bien abiertos. 

Sirves eso que nos gusta
blancas serpientes como la seda
sobre tu mesa quieta
y con nuestras narices
hacemos ese acto de bondad
donde dios deja su sabor amargo
en nuestras gargantas
y repetimos 
y repetimos otra vez el mismo acto.
Beso tus pezones
luego nos miramos a los ojos
algo en ellos nos eleva
y empezamos nuevamente ese instante inútil
de la pesadilla. 


No hay galletas para los perros malos. 

Dame una caricia
mujer rota
una caricia para justificar mi existencia
por favor
regálame una frase de tu tacto
mientras derrotado
sobre el sucio suelo
mi alma entretiene a la muerte.


El diablo sobre la cama.

Te tumbas
sobre la blanca cama
llevas interiores rojos
de encaje
todo diminuto
como una ofrenda al dios de la vanidad
y te mueves igual que una serpiente;
divina
suave
única,
hasta iluminarte en mi retina.

Entonces empiezas a tocarte
todo es tan sublime
mueves tus diminutas bragas rojas
de un lado a otro con un zigzagueo leve
hasta que mis torres en mis rodillas se derrumban,
y me ahogas,
con todo eso que tu humedad presume me ahogas
y dentro de mi boca esa baba tuya y mi voz
se envuelven en un eco tan sublime donde tu sal y mi lengua
son torres que se caen dentro de ti,
y todo eso solamente para calmarnos.


Tristezas eternas.

La tristeza
es una oración pequeña
dentro de mi nariz

algarabía
atardeceres
luz de sol del medio día
todo junto.

La tristeza
es un pedazo de eso
que se acomoda en mi nariz

martes de primavera
pezones con sal
mujeres que intentas no querer
todo junto.

La tristeza 
es ese instante que duras
dentro de mi nariz

hermosos culos
lenguas y baba
ojos de distinto color
todo junto.

La tristeza
es un rato en tu sala
que cabe en mi nariz

bragas con pecas
sujetadores con pecas
tu espalda con pecas
todo junto

es una extraña tristeza
que desaparece en mi nariz.


Cosas que no se pueden contar.

Cuando hicimos lo que hicimos
cuando ella todavía me quería
cuando con tus caderas intentabas que termine dentro de ti
mientras la distancia pasajera nos juntaba en esta escuálida cama

cuando hicimos lo que hicimos
cuando ella me adoraba todavía
intenté no quitarte tus bragas negras mientras intentaba quitarte tus bragas negras

cuando no quería quitarte tus pantalones quitándote tus pantalones

cuando hicimos lo que hicimos
fueron tres besos que no me diste
mientras devorabas mi lengua
y tus caderas luchaban con mi sombra para terminar dentro de ti.

Tus tetas hacían toda la penumbra que logra la noche en mis manos

cuando hicimos lo que hicimos

cuando ella todavía me amaba

nos olvidamos de la sangre en las películas que derramamos tantas noches
de las borracheras con eternas resacas.

Cuando hicimos lo que hicimos

ella que tanto me amaba
había muerto

y yo

luego de matarla

aparecí entre tus piernas
cuando derroté tus bragas negras
tu escote gigante.

Cuando hicimos lo que hicimos
cuando ella me adoraba todavía
y a ti también te quería.


En mi voz.

Dejaré mi voz en la calle
antes de entrar a casa
y tú pondrás palabras en mi boca
tal vez cosas que nunca habría pensado.

Dejaré mi voz en el trabajo
para poder comunicarme contigo 
un poco mejor,

la comida está fría
y tú ya no duermes en mi cama

te juro que dejaré mi voz en cualquier lugar
antes de entrar a casa

para que tú me enseñes a hablar
y pongas frases con mi voz

frases que quizá

nunca habría imaginado.

Entraré mudo a tu habitación

y mi lengua procurará
abrazarte en tu mitad
intentando no soltarte nunca

hasta que el vino que había en ti
se aleje de nosotros
y haga de tus gemidos esos gritos que tanto odio.


Seré mudo para siempre

te lo juro por ese dios que no existe

hasta morir
porque no podría intentar vivir para nadie más
no podría hacerlo con nadie más.


Relato.

Tengo la tristeza larga
no sé si acostumbrarme o cortarla

no sé si quererla u olvidarla.

Tantas lagrimas por compartir
en pañuelos de nadie
y de todos.

Tengo la soledad tocando la puerta
no sé si tatuarme su frase sórdida
o llevarla a tomar el sol.