lunes, 30 de noviembre de 2009

Lectura en diagonal


S
e dice que físicamente fue penetrada por tres desalmados/
Doce muertos en desfiladero tras desbarrancarse el bus en el que viajaban/
Niña era golpeada por su madre desde los dos años/
Obrero muere aplastado por una pared mientras movía sus herramientas/
Pastor de una iglesia ultrajaba a menor que sufría de trastornos mentales/
Quince toneladas de cocaína fueron decubiertas en casa de un suboficial/
Doce balazos recibió canciller de la amistad/
Niño es ahogado por su madre/
Un hombre se declara culpable de asesinar a veinte niñas menores de diez años/
Restaurante ofrecía a sus clientes carne humana/
Descubrieron el cráneo de un bebé en la cartera de una profesora/
Matan a pedradas a ladrón tras ser descubierto in situ/
Violan a bebé de ocho meses de nacido/
Hombre es colgado en la plaza de su ciudad tras haber matado a golpes a su mujer/
Niña es humillada por su padre en una tienda de comida rápida/
Perro es mutilado en vida mientras los espectadores no hacían más que filmarlo todo/
Cantante es encontrado muerto en su departamento, se presume exceso de drogas/
Padre violaba a su propia hija durante veinte años/
Joven salta de un puente luego de enterarse que su novia le había contagiado VIH/
Señor de veinte años muere antes de llegar al hospital luego de ser atropellado por un policía que conducía en estado de ebriedad/

...Marcha de paz deja doce muertos y cien heridos de gravedad/...

Pequeños recortes del Noticiario.


martes, 24 de noviembre de 2009

Luzía cat face



"He olvidado también qué cosa, era olvidar"


Sobre la cama de plata se descubrió como mujer, una tarde de aquellas en las cuales la heroína le hacía ese pequeño favor, en su piel grababa la minúscula marca del beso infinito, del beso sin sonido y que no conoce límites, aquel beso que despide locura arrebatada. En sus claros pechos de melón, ni tan grandes pero sí muy pequeños, las manos de la mente inexacta exploran la versión del canto marginado, una versión salida de época, tal vez más dulce, tal vez más agria...
Sobre la cama de plata se descubrió como mujer, cuando aún no estaba loca, cuando aún las formas de su cabellera se distinguían en el orden formal de un peinado cualquiera, y sus pantorrillas tan secas encendían el paso del fuego que de sus pies brotaba, aquella llamarada de emociones pobres, que carecen de guión, que desbordan frases que en el mundo real pensarlas, sería un exceso.
La loca cara de gato, que al sonido del canto vacío se descubre en el miau y en el yo, desbordando piel dentro de su piel y dentro de mis manos, como en sus delgadas piernas, que ya no se sabe si es dulce o polvo a ingerir, a escarbar, o si la sal de sus mares pretenden la pólvora y la mecha, en el chispazo brusco de un beso figurado...
Sobre la cama de plata se descubrió como mujer, una tarde cualquiera, donde se ahorcó.

Ya no era la princesa de la boca de fresa, ya no era la princesa de los malditos bastardos que de la gloria escaparon para robarle una mirada. Ya no le tenía miedo a los viajes, ni a la risa, ni a la soledad y tampoco a la prisa. Recuerdo como cada domingo comía los besos y cigarrillos preparados por mis manos, comía del pan andaluz para no enamorarse, pero ya no tenía más amor, que el de los papeles como frazada.
¿Ya llovió? preguntaba angustiada. Porque quiero sacarme la ropa y añorar lo que jamás, nunca había sucedido. Quiero una postal de tus manos rajadas, y otra de mis manos sobre ellas... Y terminaba más angustiada. Yo la miraba y me perdía en el fino hilo que eran sus dos piernas, como fiebre de primavera, en el cual el melón se hace el mejor sabor en la boca, al igual que sus dos pechos...
Tomó del vino blanco, y preparó la cuerda, preparó la cuerda cuando yo aún estaba vivo, y me miraba bostezar mientras de mis maravillosas manos la sangre se me escapaba, sí... preparaba la cuerda, y la viga central de la habitación aduló su entierro, mientras yo, seguía escapando de la vida, escapando de sus besos, de aquellos besos sin sonido y que a la locura enciende.
¿Sigue lloviendo? volvía a preguntar. Una y otra y otra vez...
Yo la vi subir y saltar luego de la silla, sin ropa, sin risas, colgaba del techo de mi habitación adornándola un poco más.

Doce años después ella rebuscó en las calles el todo del ahora en lo eterno del mañana, y sin prisa loca se volvió... la loca cara de gato, la prima de los cuervos, la madre de los pechos de melón, donde su sabor, quizá se confunda en la primera noche que le tocará morir con otro... una vez más...

Dedicado a la loca, a Luzía cat face, en corazonadas de un alejado Sabina.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Veintidós (Instante ocho)


Imagen saqueada de algún lugar perdido.

"Yo sabía ya que sus pechos eran míos, mucho antes de nacer."

En la jaula de sus labios mi vida ha cobrado forma y se ha convertido en gaviota, porque una mariposa no sabe de alturas, y menos yo, que en el barro nadé siempre. Pero ahora, que en el amor de un tango me encuentro, sé, que ya nada puede dar marcha atrás.
Adiós, cuídate, me dijo el pasado antes de entregarle cada gota y nota de mi corazón anginoso, el cual aciago es cuando el vino toma fuerza en la sangre.

En la jaula de su existencia me encuentro, robando cada instante de la vida para convertirlos en frases y letras, solamente para ella, por ella.

He visto llegar esa bala, pero eras tú...

A Cambalache, for sentimental reasons.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mujer


Mujer, que en mi falo callabas, resuelves el misterio de la pesadilla sobre la cama vacía, sobre la cama ensangrentada, negra, sin niños. Tú, que en mi boca chillabas, escupes el silencio de tu envoltura, desbordando el fluido en mi lengua, mientras la sangre manchaba aún más la cama.
Mujer, que en tu espalda guardas la marca de mi mano, entregas el vituperio al hombre marrón, al hombre que se levanta con las manos atadas. Similar a una virgen de vodevil asesinada.
Mujer, que en la sala has descubierto el peligro mayor de la existencia, te mueves sobre el parqué, danzando como una serpiente decapitada, exitándome como nunca antes. Tal vez, si todo se convierte en una tregua de sur a norte, los sexos envueltos en esa fina capa de pescado, escarchados y escamosos se romperían en las manos y las fauces de una tercera mujer, una que sabía ya, el peligro de mi existencia...

Mujer, que entre mis manos implorabas el perdón del silencio, mientras tus gritos me desgarraban el vientre, abrí con la boca tus entrañas y devoré cada espacio tuyo, como cuando una hiena descubre la presa de otro bajo la tierra, que cubre levemente el olor de la supervivencia. Como moscas sobre la mierda del hombre vivo. Así he caido yo sobre tu cama y tu carne...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Días extraños


Odio el viento de los días extraños, odio el café con azúcar y la muchedumbre, odio el gesto aburrido de la risa, odio el campo verde, el negro, la tierra, odio todo, y cada espacio del mundo.
Odio el agua de los días extraños, odio el saludo de alguien, odio el vacío, el silencio, odio la mar, sus piedras y olas, las odio, porque son de hoy, y no es otoño.
Odio el otoño de los días extraños, y primavera, y verano, odio aún el frío, lo odio y odio todos los perfumes también.
Odio los latidos de los días extraños, odio los duendes en el jardín trasero, odio los delfines en una piscina, en la mar, en mi cabeza, los odio, pero también a los peces que nadan en el río, y al cactos, al geranio, al espacio entre tu calle y la mía. Odio todo eso y más...
Odio cada dulcería de los días extraños, odio cada postre, la risa solitaria, el llanto acompañado. Odio a las brujas, las escobas, y también me odio, porque soy como un día extraño...
Pero lo que más odio... es que tú no estés aquí...

'He visto llegar aquel insecto... Pero era una bala'...

Dedicado al peor momento sin un tango...


domingo, 1 de noviembre de 2009

Domingo


Recogiste un martes con la mano rota, y la rueda de repuesto pinchada expresaba síntomas de bulimia, tal vez algo que se asemeja a un exorcismo nada cristiano. Una extraña y mordaz marca negra en la piel, como un lunar de hachís, como la vieja foto de una abuela joven, como el monedero desnutrido, casi al borde del suicidio...
Respiraste el anís quemado, el papel de dios prende bien aquí, y suena 'Love Modern' mientras un dibujo de tus tetas resuelve el misterio de la canción absurda, mientras el mismo dibujo recibe mis sutiles oraciones. Vivo dos veces y me llevo el libro de tela, de escarcha, de pájaro, y lo entierro dentro mío.
Asesinaste al macho cabrío, en ofrendas de piel y escamas, desde mi cama hasta las dos lunas que son el dibujo material, escombros luego de sentir el terremoto que son mis manos, mi boca. Muero otra vez y crece en mí el lunar que también es de hachís, como la flor rota que apunta al piso su brote, su escote, su baja espalda. Que similar al vino hace un goce y disfrute exagerado en mi alma de carmín...
Caíste sobre el marco de la ventana azul, sobre lágrimas de azufre, de cartón y de un loco. Caíste bajo el surtido de gritos, de maullidos, de gemidos, idénticos a los murmullos de una gata primorosa, que más parecía un sol estrepitoso de luz en sus cabellos que corrían como caballos.
Tomaste café, sangre seca en la nariz, pan árabe tostado, fresas deshidratadas, igualando al espacio entre sus pechos con dos botones de azúcar y miel, de nube y de hiel... que más parecía al momento en el cual, la noche blanca se transforma en una frazada auténtica de sueños, de vida, de piel... tu piel.

-Ha nacido otro día, gritabas, mientras creías ser Domingo.

Dedicado en partes, a la sutil Dama Blanca, que en su risa encuentro toda la tristeza que me hace feliz.