lunes, 31 de diciembre de 2012

Sueños




Lourdes Hernández



Sí.

Correr entre casas y cosas, bebiendo en un bar y matando a todos después. Correr y disparar un arma rara, caer, escapar, tratar, ser herido, llegar a un río, encontrarme con una anciana, ella dice: Quizá, si no te escucha no te mate, porque ella no sabe que ese hombre te conoce, si no, te mata ella primero. Y correr al verlos en una imagen amorfa, extraña, como un esqueleto gris, entre un ave vieja y un feto, y un demonio y un brujo y todo lo terrible junto. Y volver a correr, darme cuenta de que mi imagen es similar a la de él, y nuevamente correr sobre buitres, y huesos de buitres, y cabezas de aves que no son buitres, y arrastrarme por gusanos deformes y paisajes oscuros, y árboles viejos hasta despertar de la pesadilla con los nudos tiesos, casi congelados, coger el móvil y empezar todo esto, y al terminar, tratar de dormir nuevamente.




La tarde que mi día se detuvo.

Dos años,
una sonrisa
un hoyuelo que son dos al final
dos años
un ángel muerto bajo la cama
una botella de vino
dos menos uno
que es uno al final
dos años
tres gestos y una noche que nunca despierta
y despierto
de todo esto que es una tarde
que parece dos años.

Dos años
un gesto mediocre que son dos al final
dos años
una niña desnuda sobre la cama
otra botella de vino
dos más uno
que es uno al final
dos años
tres verbos y una tarde que nunca despierta
y despierto
de todo esto que es una pesadilla
que parece dos años.




El color que se llamaba Bravo.

Ella,
por sus tetas se iba
se largaba como se largan las mujeres de tetas medianas
y su falda
que era roja como su fiebre
y su boca
se meneaban con el viento
diciendo que iba sola
y enfadada
y altanera
como su fiebre.

Ella,
por sus caderas se iba
se marchaba con el son sin sabor de la lluvia
y sus tacones
que eran rojos como sus labios
lastimaban el suelo
pronunciando su paso
demostrando que sabía marcharse
y hermosa
y subida
como su fiebre
se casó con un hombre que no era yo
sólo para odiarme.




Los nombres eternos.


Marianne se llamaba
aquella dama antes de ser dama
y fue
cuando nadie era
todo esto que ya no pronuncio
y fue
cuando yo no era todavía
mi caballero.


Camila se llamaba
la señorita que besaba con ambas manos
muda por ratos
muy artista
que reía frente a su Nikon
desnuda
justo cuando gemía
allá por las doce cuando tocaba la ventana
muda por ratos
y húmeda por otros
que besaba como nadie
con ambas manos.

Marlén se llamaba
la negra que cantaba
blanca como la noche
y era
y yo también era
blanco como la noche
cuando ella
dejaba su piel para amarme
y cantaba
Blanca, como la noche.

Chelsea se llamaba
la rubia de muchas habitaciones
la lengua dorada
la manos de tijera
así
como por las tardes
justo cuando la puerta se cerraba
era
una más
cuando todos restábamos. 

Y sí, Chelsea se llamaba
la rubia de muchas habitaciones
cuando con su culo mutilando
las pupilas de los que le adorábamos
y sí,
la manos de tijera
que una tarde
cuando dormía su amante
le cortó la vida
lo que denominamos por vida, claro, al falo
por una injusta razón de infidelidad.
Chelsea se llamaba
cuando Cohen canta todavía.


Fiorela se llamaba
la blanca espina dorsal de mi cama
la del escote de flores
la depilada por el tiempo
mujer con bodas de acero
la que venía a mí cuando se cansaba de mí
la señorita del beso de cuero
así se llamaba
la que de allá regresaba
cada año
cuando quería divorciarse
cuando pretendía devorarme
y así hasta marcharse
porque todas sabían marcharse
una a una
como las flores de enero
una a una
como las aves en invierno.

Fiorela se llamaba
la diosa de las madrugadas
la boquita de vodka
la flor de septiembre
la del sujetador con flores
y sí
así regresaba
cada año
cuando se divorciaba de aquel hombre
para venirse conmigo
dos romances por madrugada.


Ann se llamaba
la pequeña de enorme culo
la pequeña de boca profunda
la pequeña.

Ann se llamaba
la del polvo mañanero
la de no te vengas en mí cuando ya me había corrido en ella
la que también se corría
justito cuando llegaba la tía
Ann se llamaba
la del culo enorme
como un sol
como dos soles
mejor.
Ann se llamaba
la que una vez
allá por la tarde de un mes de enero
en la parte trasera de un viejo camión
me regalo lo que todo hombre sueña
su segunda virginidad.


En la radio:
Haunted de Sinead O'Connor & Shane MacGowan.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Como si intentáramos volar II



Mis hermanas olvidaron sus plumas, justo en tu boca.

 Pequeño poema de un ave a un zorro.




Te extraño como se abrazan los pingüinos luego de haber muerto alguno
-toda la vida
así te extraño ahora que estoy como muerto
como enterrado en esta cripta que es mi habitación vacía
y es algo que no logro entender todavía, o no quiero.

En la calle cuando camino
pienso que tal vez una cerveza ayudaría
pero no me gusta la sola idea de caminar con una cerveza en la mano
y sí
no pretendo olvidarte tan temprano.
Aparco mi culo a un lado del camino hasta aburrirme
entonces vuelvo a andar
entro a una licorería y pido una botella de vodka
una linda muchacha me muestra las tetas
sólo tengo ojos para sus tetas
y ya no recuerdo para qué diablos había entrado
me limito a pedir una cerveza
y mierda
termino donde empecé.


...Ya no voy al puerto
y cuentan las gaviotas que tampoco tú
ni las olas
que son muchas
ni mis penas
que son pocas.

Los niños que antes revoloteaban por la orilla
ahora sólo son cadáveres bajo la tierra
ya no hay perros vagabundos
ni restos de maderos expulsados por las olas
sólo hay sobras de algo que quedó
un vacío asqueroso como el que deja la resaca.

Hay algo de ti que me devora la cabeza
pienso
y trato de olvidarte en todas ellas que nunca pisaron puerto ajeno
entonces bebo demasiado
y justo cuando empiezo a olvidarte
mi copa se rompe dentro de mí
con un eco deforme que mi pecho no entiende.

Era el verano número seis sin tus labios
recuerdo cuando
por sobre las escaleras del muelle nos levantábamos hermosos
tú en tus vestidos de flores y yo en esos pescadores nada modernos
saltabas intentado aferrarte de mis lunares
y yo te seguía
como una burbuja que va tras la otra
y reías
y llorabas
y todo era instinto puro
sin alas ante las olas de una marea boba
sin cubrirnos las heridas
así nos enterramos en ese abismo de cristal
en ese humo infinito;
tus ojos que antes fueron verdes cogieron un color oscuro,
frío,
y tus pecas que eran flores se hicieron llagas
tu boca
que fue un postre fresco
se había convertido en un fruto podrido
sin algunos dientes
sin nada de gracia
y sin nada de todo aquello que mostrabas al regresar desnuda en tus primeros años.

En la tóxica ciudad
la luna se compraba por pedazos
y su brisa era minúscula
pero los golpes que daba por dentro eran estocadas directas.
Prendías la llama que se hacía un sol dentro de la habitación pequeña
el papel aluminio no se quemaba
sólo ayudaba a evaporar lo que tus labios besaban
justo antes de ese abrazo que le daba tu lengua
a todo esto que yo luego ingería
que yo era
porque la maldad humana es dantesca
y todo lo que ahora me lastima
antes fue de nuestro agrado,
mucho antes de lo que yo podía imaginar
y cuando ya nos habíamos convertido en dioses
fue demasiado tarde.

Tu pelo
era una grieta para insectos abominables
tu risa
desapareció con los meses
mi alma
la cambié por dos gramos de ese polvo que antes de prenderlo
era menos que un dulce en manos de un niño
todavía recuerdo el puerto
y ahora
encerrado en esta habitación
a punto de volar
y por fin abrir éstas alas pegadas a mis costillas
olvidaré tu risa
tu boca
y todo eso que lograbas
en un muchachito pequeño y delgado
sobre todo delgado
como yo.


En la radio:
Tarantino de Lourdes Hernández.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Como si intentáramos a volar I



La lluvia provenía de tus ojos, y de tu boca los truenos más crueles de la noche.





Llovía
porque triste era la noche metida entre tus costillas
y lo gris del campo
y lo negro del suelo
y todo ese rojo en tus labios
resumía un beso o dos en mi boca.

Mis alas muertas despertaron tu hambre
y aferraste tus piernas a mi cintura
cuando te aborrecía desde adentro
hasta culminar la sed que tenías
sólo por ese astuto pasatiempo de verano
cuando todo era gris
y negro
y rojo
desde tus labios hasta mi boca.

Recuerdo cada tarde de febrero
durante ocho años
regresabas desnuda desde el puerto
y los pescadores adoraban las tardes de febrero
y también los paseantes
y más yo
que era un muchachito pequeño y delgado
sobre todo delgado.

Una de aquellas tardes
en tu segundo año de visitarnos en el puerto
-con tu familia moderna
con tus autos modernos
con tus ropas modernas
pero en esas tardes de febrero
no importaba nada sobre la piel-
regresabas desde la playa
desnuda y alegre
con flores en las manos
con rayos de sol en el cabello
con arena en las nalgas
y yo miraba desde lejos
y los pescadores
y los paseantes.

Aún recuerdo esa tarde
en tu segundo año de pisar puerto ajeno
cruzamos huellas
giraste en tu vestido de piel tostada cuando pasaba junto a ti
todo eso que la imaginación de un muchachito pequeño y delgado puede resumir con sus manos
se hizo silencio
y dijiste: sabes que podría matarte, si sólo me lo pidieses.

El tercer año extrañamos todo ese festín de gaviotas sobrevolando por la orilla
el sol tardó en venir
y las neveras con cervezas demoraron un poco en enfriarse.
Yo recorría la playa todas las tardes
coleccionando piedrecitas o maderos que la marea vomitaba
y a veces, sólo a veces la suerte era peculiar
porque me regalaba algún objeto maravilloso.

Cerca al muelle
donde las olas eran violentas
demostraban a la madera su poca bondad
vi allí cómo agonizaba un perro
y a ti
observando al pobre animal herido de muerte
enredado con algo imposible de soltar
se ahogaba con la sal y su agua de mar
mientras sonreías de la más hermosa manera
cuando tus dientes blancos
tus ojos verdes
tu pelo dorado
y tu piel tostada por el sol lo eran todo
minutos más tarde el animal dejó de quejarse

encogida sobre tus pies
hiciste un movimiento con tu lengua y tus labios logrando un gesto único
luego te pusiste de pie
desnuda
hermosa
y yo
pequeño y delgado
sobre todo delgado
te miraba desde una distancia respetable mientras toda la lluvia
que era mucha
caía sin respetar a nadie.

Volviste los ojos a donde yo me encontraba y
las piedras
los rayos
la arena
el caracol
la madera
la flor seca
los botes
las olas
las nubes ébano
los pescadores
los paseantes
y yo
dejamos de existir.

Avanzaste hasta mi metro cuadrado
fina como la brisa polar
-también fría-
me cogiste por ambas mejillas y me besaste de la forma más descabellada
mi lengua era una fruta abierta
húmeda y dulce
tu risa
tus ojos
tus labios
y todo ese rojo en tus manos
se transformaron desde ese instante en algo extraño
y maravilloso a la vez...


martes, 13 de noviembre de 2012

Recortes de una vida no tan larga



Existen dos tipos de mujeres; las que quieren joderte la vida con su amor, y las que  joden contigo creyendo que es amor.





En mi nueva vida.

En mi nueva vida me enamoraré de aquella que alguna vez se llamó Sonia,
y será porque en el campo crecerán flores hacia abajo, 
y será porque los niños se convertirán en cometas,
y será porque no existirá el amor entre los caballos.

Y todo será moderno como las casas azules o rosadas
y no habrá más tiempo para acostarse temprano.



Porque sólo nos quedaba tinto.

Sus piernas eran dos vestidos largos
sus tetas
sus labios
esos ojos azules como el viento
y su risa que cortaba el tiempo
eran también dos vestidos largos
así es como todo pasa
cuando nada sucede.

Sus piernas eran dos largos vestidos
sus tetas
sus manos
ese pelo dorado como todo el odio junto
y su llanto que iluminaba el suelo
eran también dos largos vestidos
así es como todo sucede
cuando nada pasa.

- ¿Qué nos queda mi amor?, preguntó ella.
- Sólo tinto.



Polvo en la nariz.

Todo es un simple movimiento,
como el susurro de tu falda en mi nariz.



Los muertos eternos.

Mujeres que alguna vez besaron mis pies,
haced de ésta figura inútil una estatua eterna
solamente para complacerme por ser hombre
y morir de formas humanas, en guerras humanas, por razones humanas

-porque inmensa es la plaga que nos asesina.



Noche de gatos.

Salí de La posada del ángel,
luego de haberme pedido tres cafés
tres tequilas
y mezclarlos para obligarme un poco.
El viento era terco y frío
se metía por todos los huesos
y la nariz era un gesto rojo
húmedo
absurdo.

Salí de La posada del ángel,
luego de haber oído a Sabina en otra boca
y haberme tomado tres tequilas
en tres cafés
mezclados a una misma voz.
El viento era más frío
más terco
se metía por todos los costados
y los labios eran un gesto apretado
seco
absurdo.

Caminé unas cuadras hasta toparme con ella
que vestía muy de negro
con los labios muy de rojo
y los ojos muy tristes.

Me detuve
se detuvo
me miró a los ojos
le miré las tetas
le sucedía lo mismo que a mí;
tenía los labios secos y húmeda la nariz.
Así que decidimos entrar nuevamente en La posada.



jueves, 8 de noviembre de 2012

A Billie, cuando era Nina.



Hay bares extraños, de los cuales sólo se pueden salir, si hay sangre en la cara, o una hermosa mujer por la que pagarás.



Nina Simone con el 'Strange fruit' de Billie
el pan con su mermelada de fresa
mi dedo con su punto negro
algo en la habitación tiembla
los papeles hacen ruido
la cama es una mujer desolada
los humos a mitad de la luz parecen nubes.

Nina simone en el 'black bodies swinging in the southern breeze' de Billie
medio pan con su mermelada de fresa devorado
mi dedo con su punto negro
la habitación tiembla
los papeles hacen una cama para la mujer desolada
mientras fuma su tabaco
las nubes parecen humo a mitad de la luz.

Nina Simone en el 'the bulging eyes and the twisted mouth' de Billie
sólo queda mermelada de fresa
mi dedo con su punto negro
la habitación quieta
los papeles apretados a un lado
la mujer desolada de pie
la luz a la mitad ya no parece un sol.

Nina Simone en el 'Here is fruit for the crows to pluck' de Billie
una mosca revolotea sobre el recipiente de la mermelada de fresa
mi dedo hace otro punto negro
la habitación vuelve a temblar
los papeles se alejan
la mujer sobre la cama me muestra su sexo y regreso al 'then the sudden smell of burning flesh' de Billie
la luz lo cubre con la mitad de las sombras y parece otra mosca revoloteando por el lugar.

Nina Simone en el 'here is a strange and bitter crop' de Billie
varias moscas revolotean sobre el recipiente de la mermelada de fresa
mi dedo dentro de la mujer desolada
la habitación es un punto negro
su sexo húmedo tiembla
el gemido de la mujer es un papel apretado
y el sol sólo humo a mitad de la noche que parece un fruto raro...


A Nina, cuando era Billie.

jueves, 18 de octubre de 2012

Cuando los cuervos cantan



Una extraña mujer me enseñó que no hay bien que por mal no venga...

Nacho Vegas




Sus oscuros picos 
como ceremonias se abren.
Oh hermoso muerto del mundo
que sobre las carnes putrefactas de mi alma
-me besas.

Sus oscuros plumajes
como ritos brillan bajo el sol.
Oh danzantes de este cementerio febril
que bajo los huesos destruidos de mi cráneo
-me adoras.




Y si amanece por fin...


He buscado dentro de muchas botellas al genio del cuento, para contar que la vida es algo que no sucede todavía, he bebido mucha magia, tanta magia, sólo por romance al vino y a tu boca. Sé que la carne pesa más que los huesos, pero si la luna es gris por cólera al cielo, tu corazón es una fábula, una pobre fábula.

Doce de la noche, martes, verano, Cohen.

Sobre mi cama duerme una muchacha, las sábanas no la cubren totalmente, su espalda es una llanura donde la vegetación de sus pecas hacen dos poemas. Desde el rincón más vulgar de mi habitación la veo, sí, hay tanto que juzgar cuando la herida sólo es una muestra de bondad, y poco para perder.

Tres de la madrugada, jueves, invierno, Cohen.

Los gatos hacen el amor, chillan como niños enfermos, tú ya no estás sobre la cama, duermes dentro de la bolsa que separé para ti, los gatos siguen haciendo el amor, y se quejan como dios contra el hombre, detalles sutiles que la soledad atrae, bajo el sombrero que es una noche de otoño. 

Seis de la tarde, domingo, hay sol y corre frío, Cohen.

He buscado dentro de muchas botellas al genio del cuento, pero sólo hallé la fábula, la fábula que se muestra sobre mi cama cuando los gatos hacen el amor. Sí, qué maravillosa manera de hacer el amor...



martes, 9 de octubre de 2012

ComeBack



También hay hierba para quitarnos el dolor de cabeza.



Preludio:

No quiero tener la luz prendida, pero esta gota en la punta de mi nariz brilla con intensidad. Me hace recordar que fuiste muy tonto, y me hace sentir que el estado nos quita la vida y tu corazón. Guardo en silencio todo el cariño que te quiero dar porque tengo miedo. Ese miedo que sentí a los 11 años de no saber qué pasaba, ¿quién era esa gente?, querer sentir que todo andaba bien. Asustado, tranquilo, sonriente... Gracias, gracias por hacerme reir y por llenarme de esperanzas.

Back.




Volando por las azoteas.


Hablo con la madre que nada lo ve
cuando en su fondo
en ese fondo
en todo eso que es su fondo
alguien explica que todos los hombres nacemos muertos.

Y si despertar solamente sea una llaga en la humanidad
o si de pronto el sol se detiene
quizá la mueca del universo nos haga un poco más nobles
esa mueca sutil.

Soy un hombre roto
frágil esperpento que sólo la pesadilla detiene
suave como la uva dentro de la botella
de la botella que envuelve huesos y carne.
Soy un hombre roto
débil murmullo de la pobreza
como si de pronto por el aire la arena se marchara.

Estoy en paz
porque hay algo que me mira desde abajo
parece una mujer
parece una estúpida mujer.




El día que mi cama se detuvo.

Bajaron los ángeles del cielo
todos
absolutamente todos
bajaron con sus pestes
sus fobias y sus vicios.

Yo bebía la quinta botella de vino
y vi como el cielo se rompía
como un vidrio
así se abría.
De ese hueco salían hombres alados
algunos eran hermosos
otros no lo eran tanto
pero bajaban de todos modos
brillando como soles minúsculos
yo los vi
a todos los vi
desde mi cama antes de vomitar
y vomité
vomité hasta la primera botella de vino
entonces fue que mi cama se detuvo
y los ángeles dejaron de bajar.

 

domingo, 22 de julio de 2012

Los viejos hábitos



No se mueren, los viejos hábitos no se mueren...




Hace ya tanto que bebo de esta botella
las otras duermen bajo la cama
las otras en la regadera
algunas rotas yacen sobre el cementerio de vidrios
y azules y verdes son sus restos
porque los vinos ya están secos
en mi garganta se han secado todos los vinos.

El desorden entumece la memoria
el mal olor de las ropas hacen de este lugar algo vacío
las hojas mal rayadas y destrozadas por el suelo no sacan punta a los lápices
los colores ya no pintan la risa idiota de la nostalgia en la pared
lanzo la botella que se termina al rincón más cercano y descorcho otra
bebo de esa botella
todo se hace lento y hermoso
aún desorganizado
pero todavía hermoso.



Al dolor del vino.

El desprecio más largo cuelga de mis botas
tanto arrastro esta pena que abruma mi ser entero
debo beber de esta botella de vino para llamar en llantos a la mujer que más amé
no vendrá me dice el silencio de este cuadro inmundo
de colores grisáceos y negros
bebo hasta que mi vena sangra algo oscuro que no le pertenece al vino
y también sangra de igual manera mi pecho
que abierto de par en par se aleja de la vida
todo por una mujer que no supe amar como debía
y lanzo la botella vacía para empezar otro vino infinito
bebo sólo para calmarme y darme valor
pero hallo dolor solamente
dolor que no alcanza a la hermosa muerte
ni la roza siquiera.

El vino
que único estropea mis adentros hace de mi figura un ser terco
aburrido y pobre
hace de mí un sacón viejo y roído
un lento y bochornoso andar
y todavía no amanece esa mujer que tanto amé
no amanece porque se apagó con la noche infinita
con la noche eterna
sólo para abrazarse a todo lo que me rodea
sin decir letra alguna
porque los hombres de palabra se van así
así como la mismísima idea del vino
mudo paladar que no olvido,
que todavía no olvido...

Bebo más de este dulce vino
intentando llorar todo lo que falta
pero sólo consigo ganas de ofender mi alma
ganas de arrancarme la piel para vestirme sin lamentos
lanzo la botella que se termina en mi mano y otra más canta
dentro de mí como toda la amargura junta y habla:
Adiós a todos los que quiero,
que gracias al dios que no existe pocos son, 
adiós también a mí,
porque hay maneras de olvidarse de uno, pero no hoy.

Entonces bebo más todavía
más porque faltan cuatro horas para la media noche y aún sobran otras más
otras más para las vidas que se consumen allá afuera
no pruebo bocado porque también soy hombre de palabra
bebo sólo del vino
porque para aprender a morirse algunas noches es mejor no saber comer.

Pongo algo de Nacho Vegas
sustituyendo así la misteriosa y nerviosa agonía por algo de ron
el vino se asienta sobre la mesa cansada de copas y yo me tumbo en la cama
intento animar mi falo un poco pero es absurdo
entonces me sirvo otro poco de ron hasta que Nacho se espanta y huye.

Abro otra botella de vino para consagrarme enterrado
mi rostro parece el rostro de un ahogado
azulado y duro
quieto como la calma cuando las putas no pasean por las calles
hasta que la puerta empieza a rodar
golpe tras golpe derrumbando mi calma
salgo casi tambaleándome a ver quién demonios es
un vecino intenta descansar
yo lo desmorono a golpes
-no sé qué parte de mí imagina eso
entro a la habitación con los ojos sangrando
los pómulos sangrando
los nudillos sangrando
hay algo de mí que olvidé allá en el corredor
regreso y veo la botella recostada
algo de tinto en el suelo hay, así que con mi palma húmeda comienzo a lamerlo
al finalizar levanto la botella y de su contenido hago una flora exótica en mi estómago
he caído nuevamente y apenas es media noche
he caído nuevamente y no está ella para levantarme
ella que al llorar no pedía abrazos
ella que al reír sólo intentaba acompañar
ella que tal vez no se haya ido para siempre
ella que por orgullo no está aquí,
que por mero orgullo no está aquí...

Abro otra botella de vino
el ron parece haberse dormido
tanto como yo 
son casi las tres de la madrugada y las putas ya han salido 
todas pasean por las calles y se dicen felices
hay frío
pero ellas abrigan sus largas piernas con esas medias de malla
hay garúa
pero ellas muestran sus tetas como si el sol del medio día asustara
entonces la niebla inicia su sed de ciudad
la niebla cubre calle a calle los distritos
la niebla espanta a las putas que tal vez tengan mejor suerte mañana.

Abro otra botella de vino
hay tantas que perdí la cuenta desde hace meses
hay tantas y todas me recuerdan solamente a una mujer
solamente a una
que en su pálido color
y en sus ojos café
y en sus odiados lunares
y en sus manos cálidas
y en todo lo que ella era me hace recordar
¿que quién soy yo para reclamarla?


Intento no despertar de la ceniza
porque ya no siento
y no pretendo dejar de beber del vino
no intento reír
ni provocarme dolor alguno
¿acaso ella lo predijo así?
hay cosas que no entiendo del vino
y bebo
y pienso
y despierto
y pronto muero
sólo para calmarme.



Mujeres.

Si yo amara a una mujer
habrían muchas que me odiarían
tantas que me caparían
demasiadas que eyacularían orgasmos en mi nombre pero sin mí.

Si yo amara a una mujer
¿qué sería de mi falo?
tantas maneras de amar
¿y sólo una para follar?
qué castigo de la vida merece el matrimonio
qué maldición tan poco moderna
qué peste un tanto inmunda...

Si yo besara solamente a una mujer
bocas y más bocas maldecirían mi nombre
clítoris y más clítoris me ofrecerían recuerdos
pubis y más pubis intentarían enredarme
solamente para follarme
¿y si yo no apetezco?
¿y si yo me cansé de todo ese baile inútil?
¡el vino ayudaría!

Si yo follara sólo a una mujer
todo lo aprendido parecería inútil
aquellas largas noches
interminables tardes
abominables madrugadas de resaca
junto a una hermosa dama de tetas duras y culo redondo
habrían sido por gusto impropio
 y todas esas damas que amablemente me enseñaron
que follar lentamente era absurdo
que follar sobre una cama era torpe
que follar con sólo una acompañante era detestable
quedarían confusas
como yo,
que no sé por qué mierda escribo todo esto
luego de habérmela corrido duramente
pensando en todas ellas
sin enterarme todavía
de qué coño es el amor...



Soy un tipo duro...


Soy un tipo duro
una mujer me ofrece su culo
caminamos a la habitación roja y negra
yo saco mi enorme polla y la parto en dos
ella me pide un poco más pero yo elijo eyacular
termino y ella se queda menos satisfecha que yo
¡qué coño!
pagué para darme placer no a ella.

Salgo del burdel  y me dirijo a la ciudad
en la calle oscura un negro me apunta con un arma
intenta robarme la cartera
yo me lanzo hacia él
pero es injusto
él tiene un arma y por detrás otro negro me aplasta de un golpe
me roban la cartera, la chaqueta, el abrigo, las botas, 
¡qué coño importa!
no siento frío.

Me disparo al primer bar
soy un tipo duro
bebo algunas copas de whisky
sin hielo ni agua
sin tanta mierda
soy un tipo duro
pido otra copa de whisky
un putón se me acerca
pregunta la hora y  ve que no cargo reloj
vete a la mierda contesto
se limita a marcharse
sucede que soy un tipo duro
y pido otra copa de whisky.

Luego de muchas copas de whisky salgo del bar
allá afuera me esperan el tipo y sus secuaces
entre todos me parten el culo
me rompen el culo
me destrozan el culo
¡qué mierda importa!
mientras ellos esperaban a por mí como hijos de puta
yo bebía copa tras copa toda la felicidad del mundo.



A la camarera del Da Vinci.

En tu culo
en tu perfecto culo
en tu exacto culo
en tu redondo culo
aprendí
que eras más guapa que la costumbre.

Y pedía yo;
cruasán
café
tinto
sólo para verte marchar
mientras tu perfecto
exacto
y redondo culo
por costumbre me excitaba.


miércoles, 18 de julio de 2012

La noche de la soledad




Y si te olvidase con la primera botella de ron, no estaría ya por la quinta...





Si cortara el viento mi cara
como el sol cuando se está tanto tiempo debajo
si cortara mi cara
el tiempo sería innecesario, sólo por un pálido romance.

Si deformara el tiempo mi cara
como el sol cuando se está tanto tiempo debajo
si  deformara mi cara
el tiempo sería innecesario, tan sólo por un romance contigo pálida muchacha.




Relato corto sobre el amor.

Verla todavía cuando aún respiro
es suficiente 
porque la distancia como una llaga arde
al sentir su sonrisa
joven como la vida cuando nada existía
y todo eso es suficiente.

La asesiné unas cuantas veces
al besarle los labios lastimé su alma
porque el amor que el hombre entrega es asqueroso
una enfermedad mental incurable
vaya peste del amor que obsequian los hombres...

Amarla todavía cuando aún respiro
basta
porque la brisa marina no ayuda para el olvido
entonces sopla el viento
viejo como todo lo que rodea al mundo
y nada de eso es suficiente.

Eyaculé dentro de ella muchas veces
en todos sus sexos
y abrigaba mi esperma con su lengua
pobre pálida muchacha
aún joven como la vida cuando nada existía
y nada era suficiente
oh peste maravillosa que ofrecen los hombres.

Extrañarla todavía cuando aún respiro
sobra
porque todo lo que ofrecí algún día 
se fue como el polvo
frío como el adiós de su boca roja
que ya es suficiente.

Deformé su cuerpo y su sombra todas las veces
al adorarla
y devoraba ella con ansias mi sangre blanca
sólo por complacerme
aún tibia como la cama cuando amanecía
y nada fue suficiente
oh falo asqueroso que sólo miente
tan sólo hasta eyacular
dentro de todas sus bocas
y aún con todo eso nada era suficiente.



Alicia.

Fresca risa 
como las verduras que pones en la mesa
y tu sexo apesta
a ostras
a ostras asquerosas
y no son como las verduras que colocas sobre la mesa.

Dulce boca
como las fresas que adornan la mesa
y tu coño apesta
a mierdas
a mierdas inmundas
y no son como las fresas que brillan en la mesa.

Oh Alicia hermosa
si tan sólo desnudarte fuera un acto de bondad
tantas veces habría ido yo al cielo
pero la verdad pobre aflora
por mi forma de follarte
que ha de mandarme el mismo diablo
a otro infierno más profundo.



miércoles, 16 de mayo de 2012

Asesinando botellas



Sobre mi cama duermen todas mis putas, cuando luego de haberlas destripado una a una ya no me aman...





Mi mano
que es un arma
mis dedos
que son muchas armas
se juntaron para hacer de tu cuerpo una figura
una pintura
un cuadro
una densa fotografía en varios colores
-dos son suficientes.
en dos colores.

Mi boca
que es una espada
con su lengua desafinando
todo tu centro hasta hundirme en el asco
y húmeda la espada
hace callar todo de tu boca
que es una nada sobre la noche.

Tu risa
que lenta como la vida
y rápida cuando quiere
muere,
hace de ti un estropajo para utilizarlo
cuando sea necesario.

Miraste desde la ventana todo eso que caía del cielo
cuando Nick Cave se consagraba único dentro del salón
y desde afuera las gotas humillaban mi cuerpo
tan degenerado como todo lo que nos rodea
tan demacrado como el verbo que ya no usamos por lástima
por mera lástima...

Mi falo
que es una roca
fuerte como todo cuando todo destroza
así como tu sexo
cuando suplicando todavía no me ama
cuando chillando todavía se inicia húmeda
ay de mi falo...
ay de mi falo...
ay de mi falo cuando todavía no escupe dentro de tu boca
para así terminar

una pintura
un cuadro
una densa fotografía en varios colores
-dos son suficientes...





viernes, 4 de mayo de 2012

La inspiración no existe



"Qué siniestro es el oficio de escritor"

 Leopoldo María Panero






Pálida es la dama que me abraza
cuando morir es suficiente
ajusto mi espada dentro de mi garganta
tan profundo como en tu sexo cuando no te amo
y me detienes con tu mano suplicando
ay de mi esperma dentro de tu boca
ay de mi estirpe cuando la bebes con odio
y también tu otra mano suplicando
desde abajo me detienen.

Bebo jarrones y jarrones de un licor amargo
verde es su aroma y verde el romance por la hoja
ay de mi garganta cuando ardes
ay de mi fondo cuando tu humo pesa.

Me rompo sobre la cama
destrozado como un perro atropellado
giro y mis ojos son aberturas horrendas
algo de ellos brota como mi semen saliendo de tu boca
pero hay sal dentro de mis ojos y mis labios se hacen mares
y cuando aferrarme a la pálida mujer hace de mí un cadáver
algo en mi estómago reclama con aullidos
una hogaza de pan.

Tu cuerpo permanece hermoso
colgando de la biga que justificará mi ausencia
así como el humo que hace al viento torpe
así como tus amarillos dientes rozando mi lengua
hasta colgarme.

Húmeda aparea tu baba con la mía
abominables seres que nacerán con el tiempo
y es lo que ya no nos queda
-tiempo.

Mi peso baja velozmente
mi barba como la mala hierba al paisaje estropea
y la misma mujer escribe todavía sobre mi mesa
y se recuesta larga
seca
una a una como dunas van entrando en mí
mis huesos humildes chillan
andar es detestable
y se recuesta larga
desnuda y arrogante
una a una fundiéndose en mi piel
hasta dormirme.

Blanca es la mujer que me ama
cuando sin querer morir
lo hace suficiente.




Toda escritura es una porquería.

L.M.P



domingo, 29 de abril de 2012

Como golondrinas para su vestido



Iluminado estaba su rostro, y todos eran felices menos yo, iluminada estaba su risa, y todos festejaban menos yo, hermosa era su mueca, y nadie le amaba tanto como yo.





Azul noche era el gesto de su vestido
y sobre lo alto como estrellas sus rodillas se iluminaban
en su regazo dormían ambas manos -que eran flores 
y su cuerpo tan suave como frágil  -que era pétalo 
reía lento como la media noche.

Azul noche era el fondo de su vestido
y su cuello pálido un collar de perlas parecía 
en su escote dos nidos escondidos -que eran hilos de seda
y sus pupilas tan enamoradas  como amadas -que eran sombras
jugaban quietas como la media noche.


Desde mi órbita mirarla era suficiente
envuelta en ese liso vestido azul noche
cuando leve era el aire que le rodeaba
y al andar con poca prisa
los fines de sus bordes danzaban
-con sus rodillas danzaban
para dar paso al teatro de la vida
-con mis iris adorándola
cuando mis huesos festejaban silenciosos
porque solamente yo me sé el secreto que guarda la noche
pintada en su vestido como el azul tan marino de las olas en su espalda
porque solamente yo me sé todo eso que le rodea
-cuando nada le rodea...

Azul noche era el fondo de su vestido
y mis besos como golondrinas para su vestido...




A su vestido en ella, por razones sentimentales, cuando todavía cantaba el Rey Nat.