lunes, 24 de diciembre de 2012

Como si intentáramos volar II



Mis hermanas olvidaron sus plumas, justo en tu boca.

 Pequeño poema de un ave a un zorro.




Te extraño como se abrazan los pingüinos luego de haber muerto alguno
-toda la vida
así te extraño ahora que estoy como muerto
como enterrado en esta cripta que es mi habitación vacía
y es algo que no logro entender todavía, o no quiero.

En la calle cuando camino
pienso que tal vez una cerveza ayudaría
pero no me gusta la sola idea de caminar con una cerveza en la mano
y sí
no pretendo olvidarte tan temprano.
Aparco mi culo a un lado del camino hasta aburrirme
entonces vuelvo a andar
entro a una licorería y pido una botella de vodka
una linda muchacha me muestra las tetas
sólo tengo ojos para sus tetas
y ya no recuerdo para qué diablos había entrado
me limito a pedir una cerveza
y mierda
termino donde empecé.


...Ya no voy al puerto
y cuentan las gaviotas que tampoco tú
ni las olas
que son muchas
ni mis penas
que son pocas.

Los niños que antes revoloteaban por la orilla
ahora sólo son cadáveres bajo la tierra
ya no hay perros vagabundos
ni restos de maderos expulsados por las olas
sólo hay sobras de algo que quedó
un vacío asqueroso como el que deja la resaca.

Hay algo de ti que me devora la cabeza
pienso
y trato de olvidarte en todas ellas que nunca pisaron puerto ajeno
entonces bebo demasiado
y justo cuando empiezo a olvidarte
mi copa se rompe dentro de mí
con un eco deforme que mi pecho no entiende.

Era el verano número seis sin tus labios
recuerdo cuando
por sobre las escaleras del muelle nos levantábamos hermosos
tú en tus vestidos de flores y yo en esos pescadores nada modernos
saltabas intentado aferrarte de mis lunares
y yo te seguía
como una burbuja que va tras la otra
y reías
y llorabas
y todo era instinto puro
sin alas ante las olas de una marea boba
sin cubrirnos las heridas
así nos enterramos en ese abismo de cristal
en ese humo infinito;
tus ojos que antes fueron verdes cogieron un color oscuro,
frío,
y tus pecas que eran flores se hicieron llagas
tu boca
que fue un postre fresco
se había convertido en un fruto podrido
sin algunos dientes
sin nada de gracia
y sin nada de todo aquello que mostrabas al regresar desnuda en tus primeros años.

En la tóxica ciudad
la luna se compraba por pedazos
y su brisa era minúscula
pero los golpes que daba por dentro eran estocadas directas.
Prendías la llama que se hacía un sol dentro de la habitación pequeña
el papel aluminio no se quemaba
sólo ayudaba a evaporar lo que tus labios besaban
justo antes de ese abrazo que le daba tu lengua
a todo esto que yo luego ingería
que yo era
porque la maldad humana es dantesca
y todo lo que ahora me lastima
antes fue de nuestro agrado,
mucho antes de lo que yo podía imaginar
y cuando ya nos habíamos convertido en dioses
fue demasiado tarde.

Tu pelo
era una grieta para insectos abominables
tu risa
desapareció con los meses
mi alma
la cambié por dos gramos de ese polvo que antes de prenderlo
era menos que un dulce en manos de un niño
todavía recuerdo el puerto
y ahora
encerrado en esta habitación
a punto de volar
y por fin abrir éstas alas pegadas a mis costillas
olvidaré tu risa
tu boca
y todo eso que lograbas
en un muchachito pequeño y delgado
sobre todo delgado
como yo.


En la radio:
Tarantino de Lourdes Hernández.

4 comentarios:

  1. La melancolía es permitida...
    solo hay que dejar que pase.

    Bryce diria "dos más!".. y ahi en ese bar, los tres.. hasta que nos heche el acerrin ;)


    Mis todos pour toi toujours (disculpando el japones mon cher! :)

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  2. te juro
    te re juro que es increíble venir a leerte

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  3. precisos minutos antes de un acontecimiento renovable, aplausos para usted :), hace tiempo no pasaba por aquí , y es aquí donde te conocí . un abrazo Hafid :)

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  4. Gracias señoritas, gracias amables señoritas.

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