martes, 28 de abril de 2009

Recuerdo de una puta


Aspiro la mierda que es dios y la mentira que es satán. Tengo tu perfume en mi mano derecha y con la otra corto ese aroma con rojo.
Aspiro la porquería que es dios y el engaño que es satán. Tengo tu recuerdo en mi segunda cabeza y con la otra corto ese instante con rojo.

En mi nariz despiertan dos gramos de hombre blanco mientras le quito el soplido de dios.
En mi piel duermen dos gramos de hombre marrón mientras le quito el pecado de satán.

Aspiro el asco que es dios y la falsedad que es satán. Tengo tu figura sobre la catedral de mi cama y con mi saliva borro tus tetas.
Aspiro el vómito que es dios y la trola que es satán. Tengo tu imagen bajo la puta que yace sobre el parqué y dibujo tu sexo en su cuerpo con dos dedos.

En mi pulmón rompe el soplido del hombre verde mientras le quito parte del suelo azul.
En mi lengua derrite su viaje psicodélico el hombre luz mientras le quito su falsa semejanza.

Aspiro tu recuerdo como polvo que eres, aspiro tu recuerdo y me olvido quien eres. Quizá mi segunda puta favorita, ya que al final tú ya estabas muerta...

Dedicado a la loca señorita que deslumbró mi sexo tantas veces.

lunes, 27 de abril de 2009

Morir o matar

Nacho Vegas
Imagen de ric84zgza.spaces.live.com


Te sentaste justo al borde del sofá
como si algo allí te fuera a morder.
Dijiste: "Hay cosas que tenemos que aprender,
yo a mentir y tú a decirme la verdad,
yo a ser fuerte y tú a mostrar debilidad,
tú a morir y yo a matar."

Y después se hizo el silencio y el silencio fue a parar
a una especie de pesada y repartida soledad,
y la soledad dio paso a un terror que hacia el final
nos mostró un mundo del que ninguno quisimos hablar.

Y así eran nuestras noches y así era nuestro amor,
comenzaba en el silencio, continuaba en el terror,
y otra vez de allí al silencio.
Dime, ¿para qué hablar
de lo que pudo haber sido y de lo que jamás será,
tratando de adivinar qué fue eso que hicimos tan mal?,
si, en fin, se trata de morir o de matar.

Así que, si aún andas por aquí,
y alguien vuelve a prometerte amor,
con dinero, encanto y alguna canción,
por favor, prepárate para huir.
Vete lejos y limítate a observar
esta escena tan vulgar.

Conoció a unas cien mujeres y a cincuenta enamoró,
conoció a otros tantos hombres y con tantos se acostó,
y fundió todo el dinero y la gente se cansó
de escuchar noche tras noche la misma triste canción.

Y ahora ve que el universo es un lugar vacío y cruel,
cuando no hay nada mayor que su necesidad en él.
Y encendiendo un cigarillo se comienza a torturar
y habrá cerca alguien gritándole: "hágase tu voluntad"
y él: "la culpa sólo en parte es mía y en parte lo es de los demás".
De lo que se trata es de morir o de matar, de morir o matar.

Fue aquella gitana que nos leyó el porvenir,
dijo "uno es el asesino y el otro el que va a morir".
Y salimos de allí y me mirarte asustada y el miedo sonó en tu voz:
"antes de que tú me mates, prefiero matarme yo".

Y emprendiste así tu huida y yo corrí a mi habitación
y mezclé en una cuchara el polvo blanco y el marrón.
Y con la sangre aún resbalando te llamé desde ese hotel:
"Por favor, entiende que algo no funciona en mí muy bien".
Y al otro lado te oí llorar y yo seguí y no colgué,
y me suplicaste: "Déjame de una vez, déjame de una vez".

Y tus párpados cayendo se me antojan guillotinas,
y te observaré durmiendo y me pondré a susurrar:
"nuestras almas no conocen el reposo vida mía,
pero si hay algo que es cierto es que
te quiero un mundo entero con su belleza y su fealdad.
¿Por qué no puedes aceptar que esto no se trata más
que, amor mío, de morir o de matar, de morir o matar?"

Moriré, moriré, moriré ...
moriré, moriré y es lo único que sé.
Moriré, moriré ...
moriré y cuando lo haga al fin ya nada va a impedirme descansar
y así obtendré la santa paz que en vida no gocé jamás,
pues hasta morir la única opción siempre es matar, siempre matar.

miércoles, 22 de abril de 2009

Veintidós (Instante uno)

Imagen de Mondragón (Partes & formas)
"Caricia de un tango"-Ciudad paraíso.
Photo © 2009Mondragón de Malatesta


Ella amanece en mi piel cada vez que el sol se me esconde entre las nubes de sus pechos y como el hueso roto se siente en las profundidades de mi existencia.
Ella se prende como pipa antigua, como madera seca. Estela de luz que se apaga y protege en mis manos de caliza púrpura.
Ella sube entre la maleza y se muestra sobre el árbol más alto para caer como pluma sobre mi cama cuarteada.
Ella se mueve como un pez sobre la tierra mojada, el aire fresco la sofoca si los besos nacen luego.

La conocí por que el destino (si existe) es caprichoso. Nos encontramos por que jamás teníamos que cruzarnos. Quizá. -Dijo el gato.

Ella es fiesta si los días no existen, un girasol sobre la luna de mármol marrón.
Ella se pinta en mis labios como el canto mudo de un grito llamado caricia. Café quemado el gesto que sus ojos me permiten ver. Ella desaparece como estrella que no está quieta.

La besé por que el destino (si existe) es un vino. Me besó por que jamás tenía que mirarme. Quizá. -Dijo el gato.

Ella se oculta al viento si su piel escapa un poco, Eva de mi costado, de mi costilla de barro blanco.
Crece como viento que viene del sur, se va como gaviota de polvo gris, dejando la arena que lamía sus pies. Posa en mis ramas de enmarañado pelaje negro y se extiende.

La amé por que el destino (si existe) ya pasó. Me amó por que jamás tenía que tocarme. Quizá. -Dijo el gato.

Ella suena como el tango si se deja escuchar. Se pinta como el plomo sobre papel de plata quemada si mis manos rozan su cuello de blanca y emocionada piel. Y ríe.
Ella se escribe sobre mi hiel si sus besos dibujan en mis labios parte de un latido o dos.

La amo por que ya no tengo destino (si existe). Me ama por que ya me había conocido. Aquí no. -Dijo el gato.

Ella cae como gota de olivo sobre la dulce espina de la Maja vestida y me da de beber.
Ella se deja caer y ya vestida de piel ofende a la misma dama desnuda. Lienzo puro si sus ropas se muestran por los dulces trazos de mi tacto inquieto.
Ella se ve al amanecer y no es el sol si adivinar se quiere. Estepa su vientre callado de momentos verdes como esmeraldas en mi boca. El límite, sus pechos de cuarzo rosado.

Ella nació un día que Dios estuvo enfermo, grave. Y a veces sucede que se cansa de ser hombre. Es ahí, que decide amarme...

(Finalizo con un toque casi mágico de Vallejo y Neruda. Por que cada momento es tinto y ella en mi mente se dibuja desnuda)

A Cambalache, for sentimental reasons.

martes, 21 de abril de 2009

La niña y la fuente

Imagen de Mondragón (Detalles)
"A la sombra de Margarita"-Ciudad paraíso.
Photo © 2009Mondragón de Malatesta


Salid hombres a buscar a los del mio pueblo digo.
Salid hombres a buscar a los del mio pueblo digo.
Que ellos nun son de aquí nin tampoco son mendigos.
Que ellos nun son de aquí nin tampoco son mendigos.
Salid hombres a buscar a los del mio pueblo digo.

Es que el demonio viene (Con ella me entretengo)
Sólo quiero una niña (Danzar con ella quiero)
El aire ya se acaba (Niña ven a mis brazos)
Ya se aleja la vida (Ya se acabó la niña)
Sóis tú la que ellos quieren (Niña no tengáis miedo)
No, no tengáis miedo niña (Ya no es culpa tuya)
Fuente de agua clara (Una pipa y males yerbes)
No quise hacerle daño (Temblaba demasiado)
Fuente de agua fría (Luego no se movía)
Allí quedó ahogada (Ya se acabó la niña)

Un gesto y su mitá.
Un beso y su claridá.

Ellos me ataron con so pañuelu, con so pañuelu me ataron... (Me movía demasiado) -Dijo la niña sola.
Que penina y que dolor el día que la soltaron, en la fuente la soltaron.
El friu se extendía de mio puerta a les lluces de la ciudá.

Es que la niña baila (Con ella me entretengo)
La miro como danza (Ella habla demasiado)
Gritaba desde adentro (La fuente de su llanto se llenaba)
No, no tengáis miedo niña (Ya no te muevas niña)
Allí quedó ahogada (Que penina y que dolor)

Salid hombres a buscar a los del mio pueblo digo.
Adiós a la mio niña, pueblín de la soledá.

(Para Nacho y su angustiada garganta. "Lucas 15")

domingo, 19 de abril de 2009

La mujer del inventor



Imagen de www.pixelicia.com

María quizá fue su nombre...
Se pintó la piel para confundirse con el maquillaje que el padre otorga.
Sus ojos se pintan con púrpura y dolor, quizá con amor.
El padre se levanta maravilloso y ella se estrella contra el cielo, es decir, el suelo.
Sus rodillas se doblan para rendir adoración, el padre extiende con su mano izquierda el espiritú santo y ella bebe la bendición del consumado acto.
La unión del ser y la que no era.

Día uno: María se mueve entre los ángeles y muestra su amor de madre.
Día dos: Los ángeles y la polución.
Día tres: El padre otorga un nuevo mandamiendo. "Comeréis de mi mano"
Día cuantro: Ella recoge las migajas de aquellas manos benditas, esas que caen desde la boca del padre.
Día cuatro: María siente un pedazo del milagro del padre entre sus piernas y disfruta de dolor.
Día cinco: El padre maquilla más a esa dama de humilde piel.
Día seis: Las trompetas resuenan en el eco de una vieja garganta.
Día siete: El padre anuncia a su puta favorita como madre univesal.

María quizá fue su nombre...
Se pintó la piel para evadir esos retoques que el padre le regalaba cada vez que ella pretendía responder. Los retoques púrpura que se pintaba sobre su piel.
El padre se levanta único, toma el poder con su mano izquierda y purifica el vientre maltratado por las olas de fluído celeste a la elegida virgen.
El padre se manifiesta hermoso, mientras el regalo celestial entra en la arañada garganta y se propaga por sus pechos rotos.
María quizá fue su nombre, la virgen morena, la patrona del mal...
Mi puta favorita.

sábado, 18 de abril de 2009

A la sombra de Dodó antes de pintar su último adiós en el pecho del hombre sirena


Imagen de "SIENTO DEJAR ESTE MUNDO SIN PROBAR PIPAS FACUNDO"

Dodó jugaba sobre el parqué mientras su lengua acariciaba su piel azabache.

A la distancia un ser de mirada morena la defendía de cualquier idea de hombre. Él como cualquier tarde subía por la patas blancas de aquella hermosa dama y terminaba en sus dulces pechos.

Ella lo miró, en silencio le sonrió.

Dodó: Te mataría en este mismo instante.
El: ...
Dodó: Te mataría y nadie te extrañaría.
Él: ...
Dodó: Quiero caminar de tu mano sobre la arena blanca de playa San Lorenzo.
Él: Miéntame y dígame que no me olvidará...

Dodó regalaba sus huellas y las regaba por doquier y él, tan callado; la miraba. Caminaron juntos desde San Pedro a Las Mestas, se alejaban como arrastrados por el viento, se marcharon entre besos de saliva y pelo.

Dodó: Eres sur, eres viento. Algo que se mueve como el lamento.
Él: Yo solamente quiero ser lo que Usted diga que puedo ser.
Dodó: Quiero que seas muerto, muerto y azul.
Él: ¿Algo parecido a una sirena o la sombra de ésta?
Dodó: Algo que se mueve en mis pesadillas y revienta con la marea.
Él: ...

Día uno: Dodó y él jugaban sobre la arena blanca y quemada.
Día dos: Ella tomó y marcóle algo en el pecho de manera profunda.
Día tres: Se despiden con un abrazo, seis besos, dos gritos y un ronroneo.

Él siente la sal en las heridas, respira, se hunde, salitre en la garganta.

Ola uno: Un dolor extraño golpea su cabeza y lo confunde.
Ola dos: Agua y sal en la lengua mientras la sangre se mezclaba con la mar.
Ola tres: Sus ojos ven aquel hoy negro similares a los de aquella dama.

Él: Pero no es un drama, no... No es tan trágico. Esto no es...

Dodó soltó la punta de plata y arañóse los ojos.
Buscó en sus palmas algo parecido al beso. Lamióse, vistióse. Marchóse.

Murió el hombre que besó a Marlen mientras Dodó pintaba manecillas en el pecho equivocado


Imagen de Silvia Manzanero
"Teatro 140"- Bruselas. (Blanco y negro)
Photo © 2003Silvia Manzanero

Marlen dibujó en la arena algo que la mar borró...

Marlen: ¿Sóis de la mar?
Él: ...
Marlen: ¿Sóis de la mar?
Él: ...
Marlen: Miénteme y dime que sóis de la mar...
Él: ...
Marlen se acercó más a ese pañuelo de piel tendido a orillas de la playa de San Lorenzo...
Marlen: ¿Sóis del sur o te trajo viento?
Él: ...
Marlen: ¿Sóis del sur o te trajo el viento?
Él: ...
Marlen: Miénteme y dime que sóis del sur y te trajo el viento...
Él: ...
Marlen tomó la mano de ese retazo de mar y sal y le regaló una tierna caricia mientras se tendía sobre la fría arena blanca...
Marlen: ¿Sóis a lo que llaman sirena o sólo una sombra humana?
Él: ...
Marlen: ¿Sóis a lo que llaman sirena o sólo una sombra humana?
Él: ...
Marlen: Miénteme y dime que sóis al menos la sombra de una sirena cualquiera...
Él: ...
Marlen acercó sus labios y le regaló un poco de aliento y color al instante que dejaba su mano...
Marlen: Sóis hermoso...
Él: ...
Marlen: ¿Crees que yo también lo soy?
Él: ...
Marlen: Miénteme y dime que soy hermosa también...
Marlen besó ese momento de mar abandonado por las fuertes olas y cerrando los ojos susurróle algo al oído...
Marlen: Sóis silencioso y escurridizo.
Él: ...
Marlen: Sóis mi tiempo, tieso, callado, hermoso.
Él: ...
Marlen: Miénteme y dime que también soy tuya...
Marlen negó dos veces con la cabeza y luego regó su callado pecho con lágrimas azules.
Marlen: Mis lágrimas ahora son tu piel...
Él: ...
Marlen: Ahora soy parte de ti mi sirena azul...
Él: ...
Marlen: Miénteme y dime que no estás muerto...
Marlen leyó en su pecho angustiado algo hecho a pulso firme.

Él, desde su pecho rajado decía: Adiós Norteña olvídame.
Adiós Norteña... Olvídame...

Un instante de la vida de Marlen desde la extraña mente de Rita. "El hombre mujer"


Imagen de un lugar no encontrado.

Invierno. Cuarto mes del ochentaidós. viernes seis treintaidós de la tarde. En algún lugar de la pesadilla de "el hombre mujer".

El viento negro de la pesadilla se metía en cada esquina de los tímidos huesos de Marlen, ella que jamás supo nada.
El miedo corría por las rajadas venas de aquella mujer, y su mercería negra prendía cualquier deseo, por mas muerto que éste se encuentre.
Sus pechos-dos se movían al compás de ninguna melodía, y se estremecía su cuerpo entero al imaginarse muerta.
El rojo humedecía la alfombra gris de la abuela y sus gritos asustaban a la misma luna llena.

El viento negro subía por sus piernas rotas, mientras los ojos de "el hombre mujer" comían toda imagen desesperada finalizándola en un orgasmo.
Marlen dormía sobre el parqué de la sala cada vez que había lluvia.
Marlen jugaba desnuda en el patio cada vez que el sol se marchaba.
Marlen asesinaba a las palomas que atrapó horas antes de acostarse.

El frío seco tiritaba en los cabellos, en sus dientes amarillos. En su despeinado y mal cortado cabello.
-"Ya no sé..." decía ella luego de beber la sangre que recogía de sus manos.
-"Si la vida es esa dama con falo..." decía nuevamente después de quitarse la mercería negra y dejándose en la cama.
-"Quiero ser una paloma entonces... y morir luego" decía al final de ese absurdo fluido azul.

Caen tres de sus dientes y el sabor a rojo es cruel. Peinada por esas toscas manos.
Un espejo, sangre seca en su nariz y él-ella le dice: "Sóis hermosa".
Sus ojos pintados con el verde-morado de sus golpes hacían juego con el sabor a vino de sus besos.

Rita despierta en el frío piso de la calle y la cabeza parece explotarle.
Se levanta, ajusta sus pocas prendas, prende un cigarrillo a punto de finalizar que encontró por ahí; fuma, respira, atrae.
Rita camina con un pie vestido y el otro desnudo, la nieve quema sus huellas y la sangre corre desde sus sienes hasta sus delgados labios. Toca su falo, sonríe, se tira en el jardín de una vieja casa blanca, ajusta sus prendas un poco más, suspira, distrae...

Marlen rompe el cristal que la reflejaba, corta su palma y escribe algo en la pared.
-"¡O Satan, prends pitie de ma longue misere!"

"El hombre mujer" acuña la sonrisa de Marlen en la pared de una caricia, ella sangra y el aroma a rojo tan familiar entra en su garganta. Mira por un ojo, respira por la boca, sus mojados y rojos pies se mueven como si estuvieran alegres.

-"Sóis aún más hermosa" susurra él-ella al momento que le corta los cabellos con esas toscas manos. Ella siente que separan la piel de su cráneo de un tajo, y sonríe.
Marlen sube a rastras por la escalera de plata, se deja caer sobre él-ella.
El fluido azul se mezcla con el rojo de su boca y se percibe el pecado en cada esquina de los tímidos huesos de esa desgraciada mujer feliz.
Al finalizar todo acto él-ella prendía su shisha y el olor a tabaco con miel se extendía por toda la habitación sin ventanas.
Ella tomaba el tubo negro e ingería ese humo maravilloso, él-ella suspiraba en silencio y la mataba

viernes, 17 de abril de 2009

Maravilla de la condición humana


Imagen de Mondragón (Retratos)
"Momento V"-Cuarto paraíso.
Photo © 2009Mondragón de Malatesta


Madrugada de un día cualquiera.

"Respirando el perfume de su ausencia mientras mis labios imaginan su aroma otra vez".

Fue lienzo y acuarela en ese pasado tan pesado.
Fue cebada, un campo y un gorrión cansado.

Dicen que alguna vez fue verano, y mintió para saberse como el frío. Y así fue invierno sin hojas.
Luego se hizo retama y sus hojas cayeron, lloró y murió un jueves para nacer como viernes, regó sus pasos y sus flores gritaron en su arañada piel.

Fue poema en ese presente tan marcado.
Fue cuento, dos libros y un escritor amargado.

Dicen que alguna vez fue Dios, y mintió para saberse como mortal. Y así fue hombre sin mundo.
Luego se hizo mar y se dibujaba en el cielo cada vez que la luna en ella mojaba sus pies.
Un enero despertó sin sal y quiso ser miel. Al siguiente paso cantó para no ser música y fingió ser un piano sin notas.

Fue amor en ese futuro tan inventado.
Fue dos: odio-mentira y un corazón maltratado.

Dicen que alguna vez fue todo, y negó existir para saberse como el viento. Y así fue hambre sin necesidad.
Luego se hizo tierra y desaparecía cada tarde de sol para bailar desnuda en mi mente.
Un abril cayó y quiso ser cielo, paseando por las nubes que acariciaban sus pechos. Se levantó y fue clavel para vestirse de rosa.

Fue santo en ese lugar sin tiempo.
Fue seis, dolor, muerte, un templo.

Dicen que aprendió a mezclarse entre el salitre y el azufre, como jugando para saberse infierno. Y así se hizo satán sin reino.
Luego se hizo tarde, y corría para ser grito. Al detenerse gritó y se hizo silencio.

Fue tango en ese mi corazón sin sueño.
Fue mi corazón, mi sangre, mis latidos, mi dueño.

jueves, 16 de abril de 2009

Mi hermano Abel...


Imagen de blogs.seuvella.es


Mi Hermano Abel me ve tendido y sonríe. Mi hermano Abel respira a mi lado y se emociona. Suelta el retazo de hueso y plata que es su juguete favorito, junta la sangre de sus labios y me mira.
Mi hermano Abel me enseña la forma, el detalle, otra cosa que es vivir.
Mi hermano Abel eyacula luego de espantar a dios, me besa y es feliz. Suelta el trapo que viste su vergüenza, desnudo extraña a la presa.
Mi hermano Abel es justo, desmedido y no pide perdón.
Mi hermano Abel es tierra, agua y polución. Suelta el frío de sus venas midiendo la temperatura del pecado.
Mi hermano Abel se burla de dios haciéndole creer reverencia.
Mi hermano Abel camina por sobre la costilla hecha mujer y la incita. Suelta la manzana y toca la serpiente entre sus piernas, se mece el deseo, la duda, eyacula otra vez.
Mi hermano Abel corre por sobre el polvo hecho hombre y lo insulta.
Mi hermano Abel come la carne cruda, roba el corazón de dios y me lo niega. Suelta la piel del cordero hecho ofrenda y lo escupe, toma la sobra y lo extiende.
Mi hermano Abel levanta su semblante y se iguala con el bien.
Mi hermano Abel es odio, verdad y sabiduría. Quizá enseñó al creador. Suelta la lengua que jura su justicia, viste su corazón con sangre pura.
Mi hermano Abel morirá por mi mano. Mi hermano Abel me ama y morirá por mi mano...

lunes, 13 de abril de 2009

Sitios distintos (Universo mío)















Imagen de Mondragón (Bares & Noches)
"Universo mío"-Barranco.
Photo © 2009
Mondragón de Malatesta


Es el vino parte del alma. Si existe, claro. Es el amor parte del cuerpo. Si existe, claro.
Esmeralda comía pobreza, jugaba, moría. Es el papel parte del suelo. Si existe, claro. Es la culpa parte del hombre. Si existe, claro. Esmeralda pasaba frío, temblaba, moría. Es la copa parte del tacto. Si existe, claro. Es la piel parte del muerto. Si existe, claro.

Esmeralda peinaba los campos de trigo con las manos mientras un hermoso sol hacía feliz al doraro y verde suelo.
Esmeralda soñaba y por fuera tiritaba.

Es la tela parte de la forma. Si existe, claro. Es la carne parte del cielo. Si existe, claro.
Esmeralda se paraba entre las nubes, respiraba, gritaba, moría. Es el sueño parte del suspiro. Si existe, claro. Es la luz parte de la noche. Si existe, claro. Esmeralda lamía caviar desde un tacho cualquiera, lloraba, moría. Es el río parte de la sangre. Si existe, claro. Es el fruta parte de la gracia. Si existe, claro. Esmeralda bajaba por gradas de fina madera, corría, caía, moría...

Esmeralda... La gran ramera verde, luego de alimentar su hambre con frío, cerró los ojos... Si existe, claro.