sábado, 18 de abril de 2009

A la sombra de Dodó antes de pintar su último adiós en el pecho del hombre sirena


Imagen de "SIENTO DEJAR ESTE MUNDO SIN PROBAR PIPAS FACUNDO"

Dodó jugaba sobre el parqué mientras su lengua acariciaba su piel azabache.

A la distancia un ser de mirada morena la defendía de cualquier idea de hombre. Él como cualquier tarde subía por la patas blancas de aquella hermosa dama y terminaba en sus dulces pechos.

Ella lo miró, en silencio le sonrió.

Dodó: Te mataría en este mismo instante.
El: ...
Dodó: Te mataría y nadie te extrañaría.
Él: ...
Dodó: Quiero caminar de tu mano sobre la arena blanca de playa San Lorenzo.
Él: Miéntame y dígame que no me olvidará...

Dodó regalaba sus huellas y las regaba por doquier y él, tan callado; la miraba. Caminaron juntos desde San Pedro a Las Mestas, se alejaban como arrastrados por el viento, se marcharon entre besos de saliva y pelo.

Dodó: Eres sur, eres viento. Algo que se mueve como el lamento.
Él: Yo solamente quiero ser lo que Usted diga que puedo ser.
Dodó: Quiero que seas muerto, muerto y azul.
Él: ¿Algo parecido a una sirena o la sombra de ésta?
Dodó: Algo que se mueve en mis pesadillas y revienta con la marea.
Él: ...

Día uno: Dodó y él jugaban sobre la arena blanca y quemada.
Día dos: Ella tomó y marcóle algo en el pecho de manera profunda.
Día tres: Se despiden con un abrazo, seis besos, dos gritos y un ronroneo.

Él siente la sal en las heridas, respira, se hunde, salitre en la garganta.

Ola uno: Un dolor extraño golpea su cabeza y lo confunde.
Ola dos: Agua y sal en la lengua mientras la sangre se mezclaba con la mar.
Ola tres: Sus ojos ven aquel hoy negro similares a los de aquella dama.

Él: Pero no es un drama, no... No es tan trágico. Esto no es...

Dodó soltó la punta de plata y arañóse los ojos.
Buscó en sus palmas algo parecido al beso. Lamióse, vistióse. Marchóse.

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