jueves, 31 de diciembre de 2009

El último grito


"Oh perfecta blancura del diablo
Señor de la mierda y de la muerte
Cadáver que se desliza Sobre tus tetas,
que tapa como el perro
Con tierra sus heces
Oh tú, perfecta venganza de escribir

-el crimen moral al que se llega por escrito"-

Leopoldo María Panero


Noche, que a la soledad esputas, pereces como en el trigal los difuntos.
Muerte, que a mi lecho escapas, me follas como en el burdel una ramera.
Hombres del más allá, que como moscas plantan en la espalda marrón sus huevos putrefactos; jadeos de otros muertos, otros que ya justificaron su divinidad y su letargo.
Carne, que en la boca disimulas el olor, a niño no nacido sabes.
Mujer, que a mis manos te sometes, lloras tu imperfección desde el pavimento.
Caballos del infinito, que en sus cascos de plata perciben el quejido de los recién nacidos; chillidos de grillos, que entre la hojarasca y la quebrada quitan el sustento del jaco.

Ya no tengo más gritos que los tuyos, morirás más tarde, luego del beso infinito.

Sin más qué decir...

jueves, 24 de diciembre de 2009

Deseos indeseados


Casi se acerca ya el fin del año dos mil nueve, rápido para muchos, lento para otros. Sea como fuere, aquí o allá, les deseo fervientemente una feliz navidad, y un terrible año nuevo. Gracias a los que por aquí han pasado, en tiempos de tanta nostalgia y mucho calentamiento global. En tiempos de guerras y de poca paz. Gracias, a cada uno. Adiós por este año.

martes, 22 de diciembre de 2009

Veintidós (Instante nueve)


En besos de hachís y de vino, en besos robados, regalados, mendigados; en todos esos besos, siempre encontré tus labios
.

Yo la vi, desde lo alto de la enredadera cuando era yo un pájaro, atrapado de muerte. Rompí mis alas y también agoté mis fuerzas, aún así la vi. Ella respiraba el humo de la noche y la noche le enredó de muerte. Ajusté mis plumas como para no volar jamás y, expirando mi último suspiro le quité aquellas garras nocturnas, cayendo luego a sus pies, totalmente desahuciado, ¡agónico!
Ahora pues, me vio ella desde lo alto de la oscuridad cuando era yo un pájaro. Rompió su temor y en sus manos me tomó regalándome suaves caricias, como en el cielo las nubes rascan la panza de dios, así me tomó. En sus ojos de miel quemada me reconocí y, recordé cuan frágil era mi vida fuera de ella, alejada de ese tinto corazón de algodón dulce.

Es martes, y los martes pesan por su tristeza, ya no soy un pájaro, pero aún estoy entre sus manos, entre sus dos manos de frágil oro celeste. Volando como en el cielo vuelan aquellos gorriones blancos que a la forma escapan, volando como gaviotas entre sus dos pechos de algodón dulce y su boca. Es martes, y los martes pesan por su nostalgia, ya no tengo plumas, pero aún tengo su piel de seda que cubre mi existencia, esa piel, que a la vez se queda también con mis caricias.

Yo la vi, desde lo alto de la enredadera, cuando era yo, aún un pájaro.


A Cambalache, for sentimental reasons.

lunes, 14 de diciembre de 2009

La batalla del fin del mundo


La mujer preñada sabe lo que mi carne pesa, y desde su interior yo me atraganto con su sustento, así será hasta matarla.


Las guitarras amoldan en el viento sus notas que a pesar del sol no se calientan, vuelan mariposas invisibles y en sus lomos de escarcha cargan a los enanos llamados elfos defectuosos, llevan en esos lomos también a los jacos magullados y a otros muertos. Las vetustas hadas recogen frutas secas para el señor sapo y él, recoge moscas para el eterno dios de la sabiduría. El hambre crece en las barbas del pobre y en sus manos, el moho muta en ampollas, en sangre y ardor.
Hienas corren desnudas a lo largo de un vientre llamado tierra, y de ella emergen los cráneos que antes otros han enterrado, como frutas rojas elevan su tamaño apuntando hacia el sol, y es el sol el que baña todo el valle con su luminosidad. De la costa este delfines se mueven entre la tierra y la nieve, cantando cosas que otros peces les enseñaron para entrenar a la humanidad, y en sus lomos de plata cargan a los gigantes llamados elfos perfectos, traen con ellos espadas blancas y piedras negras. Las jóvenes brujas recogen semillas húmedas de la boca del búho y él, entrega sus ojos para vencer a la oscuridad. El frío crece como crece la hierba mala, y quema con su seco temblor hasta la última gota de sangre de los guerreros del norte, matándolos sin siquiera luchar.
El viejo mayor levanta las manos y una flecha parte su corazón antes que sus rodillas toquen el suelo, el segundo dueño de la humanidad ha caído, y con él, dos mil niños inocentes.
Del otro lado del mar, grandes barcazas se hunden en el olvido, las que antes surcaban orgullosas hoy se ven desmoronadas ante un leve suspiro de la mar, mueren ahí, miles de seres, entre niñas y mujeres. Perros sin piel nadan entre la carne y el lodo, buscando corazones e hígados para alimentarse, en sus lomos heridas que dejaron otros secan poco a poco.
El viejo menor se toca la barba, otra flecha perfora su cabeza y muere antes que su cara toque la negra y fértil tierra, el primer dueño de la humanidad ha caído, y con él, los niños restantes...

Inspirado en uno de esos sueños que jamás se terminan de comprender.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Nieve azul y la gran ramera verde


"Antiguos sapos he buscado en el océano infinito".
Leopoldo María Panero.


Verlo solamente caminar era desagradable, en su cabellera sin peinar la grasa de los años se había acumulado, su barba mal oliente y amarilla recogía los restos de pequeñas migajas, sus uñas afiladas en la mugre le daban otro sabor a la mierda del suelo, sus prendas casi inútiles en invierno abrigaban totalmente su sexo, ¿qué más necesita un clochard?
Verlo solamente llorar era detestable, en sus gritos reclamaba a la pobreza un poco de miseria, sus labios partidos y sucios entrenaban a los microbios más desconocidos, su nariz quebrada y desviada ya no recordaba el etéreo sonido de respirar, sus ojos perdidos ya no distinguían lo bueno de lo malo...

Arrastra un pie, camina de lado, respira por la boca y tose cada dos minutos, arrastra otra vez el pie, mira al otro lado, respira por la boca y vuelve a toser, ¡se tira al piso!, algo parece alimento, ¡excremento de perro! Sí... otra buena comida en una semana, ¡dios ha de ser piadoso! pensaba en su interior. Mientras que sus dientes negros tomaban otro color y su feliz lengua se mojaba en saliva mientras se ponía de pie; y volvía a arrastrar el pie, y a toser, y a respirar por la boca, y a caminar de lado.

Verlo solamente reír era horrendo, en sus muecas exageradas se percibía una locura inalcanzable, en su boca poco visible se escondía el pavor más temible del silencio, en sus ojos profundos el vacío más abundante de llanto y tristeza era lamentable, sus manos tan deformes habían tomado la idea de una rama seca y mezcladas entre si, sus costillas se podían contar desde leguas de distancia, ¡un arpa! sí, un arma a cada lado.
Arrastra un pie, mira hacia adelante, una bolsa abierta por los perros nada bueno guarda, sigue caminando, tose, se toca la nariz, la barba, descubre un poco de tierra y vuelve a toser, camina, acomoda su nuevo saco roto y parchado por doquier, arrastra el pie nuevamente, otra bolsa abierta por los perros, nada bueno por qué agacharse. Alguien de lejos le lanza una piedra, un ojo pierde visión mientras algo caliente moja su rostro y su barba, se seca rápidamente, una piedra más golpea su cabeza, cae, ajusta su saco nuevo por si alguien quiere hacerse de el, ¡lo encontré yo! ¡Es mío! ¡Es mío! gritaba en su interior, otra piedra cierra su otro ojo, la sangre seca se confunde con la que vuelve a regar sus arrugas y la mierda de ayer, ajusta más su saco, y desfallece...

Va descendiendo a un lugar desconocido, una mujer de ojos verdes se acerca a él y le ofrece agua dulce como la noche, agua como jamás había bebido. El loco más loco del mundo se retuerce en el frío invierno mientras lo cubre una tenue nieve azul, y la luz de sus ojos que tristes respiran el perfume de aquella dulce mujer, que también como la noche era, se van apagando. Sí... aquella dama verde le cierra los ojos cuando él deja de respirar, los cubre con aquellos restos azules del cielo y se va.
-¿Eres un ángel? pregunta él en su interior. -No, solamente soy una puta más de aquí.
Sí... eres un ángel... dijo en su interior y murió...

viernes, 4 de diciembre de 2009

Cactus y sapos en el océano de mi garganta


¡Oh! no te olvidaré... ¡Oh! no te olvidaré...
-Gritaba la loca Marlén.

Como una súplica entras en mi ojo, como rayo asustado de sol eso también entra en mi garganta, pintando con su semen mi profundidad y la cicatriz. El polvo del cuervo quemado se levanta entre el humo de la cucaracha y los cactus; y son los sapos los que suben luego entre mi piel y mis huesos destrozando la oscuridad de mis manos, en mi interior descompuesto crecen como la sangre que es chupada y escupida con el veneno de la víbora. Nacen nuevamente el cactus y los sapos en mi boca, mientras el mal olor de la cama se extiende por el sucio suelo de carne marrón, provocando el camino de mi lengua entre el pálido polvo de la mesa y la lluvia muerta que hace daño. ¡Tengo cactus! El sapo es una ramera, que grita en mis oídos llenos de mujeres molidas, como el vómito de dios se dibujan entre el vestido y las espinas de mi espalda, que caen entre mi mierda y mi sangre para ser tomadas luego por el viejo que parece un limón seco, como un leve canto demencial.

¿Qué es la gracia? Preguntas sobre la cama vacía.
¿Qué eso que sale de mi entrepierna? Preguntas saliendo de la habitación vacía.
¿Qué es ese perfume dentro de mi piel? Preguntas cayendo por las gradas de la escalera en la casa vacía.

La calavera te ha quitado el vestido, mientras la luz de la niña que besa a Lucifer devora el cuerpo que ya no le pertenece y de él, es la aguja que crece en sus manos , finge ser el susurro de la noche para picarse luego con el falo de un sapo, ¡espinas de cactus en su sexo!
Como una súplica entras en mi otro ojo, con tu lengua y tus dedos pretendes la caridad de mi carne, obsceno como una monja sin piel, que ya su sustancia corresponde a mi lápida blanca, en mis dientes deformes la costra crece como la hierba. ¡Tengo sapos! El cactus es una ramera que ahuyenta al ser sombrío, antes que los pelos de esa mujer suban por mi sangre, que es como el elemento que antes fue mercurio, mientras de mis huellas las mandíbulas asesinan a todos los culos sonrosados y humildes que ellas han perforado.

¿Qué es esa cosa plateada que me perfora el sexo? Preguntas en mi interior.
¿Qué es esa sensación a mitad de mi boca? Preguntas cuando sales de mi interior.
¿Qué es esa cosa roja que sale de mis entrañas? Preguntas luego que el cuchillo de plata respira en el viento de la habitación vacía y te veo caer a mis pies...

Recreado e inspirado en todas las canciones del álbum "Panero", que aún me acompañan, a pesar del pesar.

martes, 1 de diciembre de 2009

Evocaciones


"Me gusta la mierda seca, porque así mi cuerpo no tiene frío".
Resquebrajados

Me enamoré de la venda de mi mano izquierda, porque es blanca como la nieve, y lo que no sea blanco no es glorioso ni grandioso. Como una puta de esquina, que si no es blanca como la espuma del mar del sur, la mataré, la mataré y haré de su piel una lisonja en las fauces del hambre, y la dejaré en las mandíbulas del hombre oscuro, para que sepa de esa manera lo que mi bondad pesa.
Me enamoré de la lluvia que se forma en mi vaso luego de poner dos pastillas efervescentes, es lo más cercano que tengo a lo natural, porque mi salvajismo no es de dios, y dios tampoco es blanco, no es blanco porque no es grandioso ni glorioso, no es como yo.
Me enamoré de una perra que era penetrada por un viejo, yo la tomé entre mis manos mientras ladraba de terror, y la follé también mientras sus patas escurridizas y desesperadas se movían entre mis piernas.
Me enamoré del gato, mientras tomaba su cuello y lo ajustaba cada vez más, lo ajustaba y apretaba, sentía como sus uñas se enfurecían con mi piel, se enfurecían con mi piel y la rasgaban, en mis ojos el gato vio mi fortaleza, y antes de morir me regaló ese canto tan patético como cantaba también, la niña de ocho años. Sí... aún recuerdo cuando gemía.
Me enamoré del pasto marrón que se quema en hojas escritas, mientras del humo nacía el sueño inalcanzable deduje en los pechos de mi tercera mujer el grito desmedido de su muerte, antes de abortar el llanto de sus ojos, ella goteaba, mientras yo la penetraba como también lo hice con aquella perra de la cual me enamoré.
Me enamoré de la rápida y furtiva morena asesinada, porque en sus manos el vitilígo hacía de esa parte algo como la nieve, aunque su fondo putrefacto se encuentre como en el vientre del gallinazo las vísceras se encuentran. No lo sé, no sé si matarla fue algo por gusto o simple perdida de tiempo, quizá un juego de aburrimiento, y quizá también mate a su niño, pero a este si lo mataré por odio, porque no tiene esa cura de la piel y no tiene nada blanco, ni los ojos, que ya en el piso se han secado como dos gotas de sangre...
Me enamoré de la carne muerta, esa carne que cuelga de mi costado y alimenta a la vez tu humanidad, me enamoré de todos los actos que en vida, me hiciste cometer por gracia divina de la mía...

Retales de un sueño de media noche.


lunes, 30 de noviembre de 2009

Lectura en diagonal


S
e dice que físicamente fue penetrada por tres desalmados/
Doce muertos en desfiladero tras desbarrancarse el bus en el que viajaban/
Niña era golpeada por su madre desde los dos años/
Obrero muere aplastado por una pared mientras movía sus herramientas/
Pastor de una iglesia ultrajaba a menor que sufría de trastornos mentales/
Quince toneladas de cocaína fueron decubiertas en casa de un suboficial/
Doce balazos recibió canciller de la amistad/
Niño es ahogado por su madre/
Un hombre se declara culpable de asesinar a veinte niñas menores de diez años/
Restaurante ofrecía a sus clientes carne humana/
Descubrieron el cráneo de un bebé en la cartera de una profesora/
Matan a pedradas a ladrón tras ser descubierto in situ/
Violan a bebé de ocho meses de nacido/
Hombre es colgado en la plaza de su ciudad tras haber matado a golpes a su mujer/
Niña es humillada por su padre en una tienda de comida rápida/
Perro es mutilado en vida mientras los espectadores no hacían más que filmarlo todo/
Cantante es encontrado muerto en su departamento, se presume exceso de drogas/
Padre violaba a su propia hija durante veinte años/
Joven salta de un puente luego de enterarse que su novia le había contagiado VIH/
Señor de veinte años muere antes de llegar al hospital luego de ser atropellado por un policía que conducía en estado de ebriedad/

...Marcha de paz deja doce muertos y cien heridos de gravedad/...

Pequeños recortes del Noticiario.


martes, 24 de noviembre de 2009

Luzía cat face



"He olvidado también qué cosa, era olvidar"


Sobre la cama de plata se descubrió como mujer, una tarde de aquellas en las cuales la heroína le hacía ese pequeño favor, en su piel grababa la minúscula marca del beso infinito, del beso sin sonido y que no conoce límites, aquel beso que despide locura arrebatada. En sus claros pechos de melón, ni tan grandes pero sí muy pequeños, las manos de la mente inexacta exploran la versión del canto marginado, una versión salida de época, tal vez más dulce, tal vez más agria...
Sobre la cama de plata se descubrió como mujer, cuando aún no estaba loca, cuando aún las formas de su cabellera se distinguían en el orden formal de un peinado cualquiera, y sus pantorrillas tan secas encendían el paso del fuego que de sus pies brotaba, aquella llamarada de emociones pobres, que carecen de guión, que desbordan frases que en el mundo real pensarlas, sería un exceso.
La loca cara de gato, que al sonido del canto vacío se descubre en el miau y en el yo, desbordando piel dentro de su piel y dentro de mis manos, como en sus delgadas piernas, que ya no se sabe si es dulce o polvo a ingerir, a escarbar, o si la sal de sus mares pretenden la pólvora y la mecha, en el chispazo brusco de un beso figurado...
Sobre la cama de plata se descubrió como mujer, una tarde cualquiera, donde se ahorcó.

Ya no era la princesa de la boca de fresa, ya no era la princesa de los malditos bastardos que de la gloria escaparon para robarle una mirada. Ya no le tenía miedo a los viajes, ni a la risa, ni a la soledad y tampoco a la prisa. Recuerdo como cada domingo comía los besos y cigarrillos preparados por mis manos, comía del pan andaluz para no enamorarse, pero ya no tenía más amor, que el de los papeles como frazada.
¿Ya llovió? preguntaba angustiada. Porque quiero sacarme la ropa y añorar lo que jamás, nunca había sucedido. Quiero una postal de tus manos rajadas, y otra de mis manos sobre ellas... Y terminaba más angustiada. Yo la miraba y me perdía en el fino hilo que eran sus dos piernas, como fiebre de primavera, en el cual el melón se hace el mejor sabor en la boca, al igual que sus dos pechos...
Tomó del vino blanco, y preparó la cuerda, preparó la cuerda cuando yo aún estaba vivo, y me miraba bostezar mientras de mis maravillosas manos la sangre se me escapaba, sí... preparaba la cuerda, y la viga central de la habitación aduló su entierro, mientras yo, seguía escapando de la vida, escapando de sus besos, de aquellos besos sin sonido y que a la locura enciende.
¿Sigue lloviendo? volvía a preguntar. Una y otra y otra vez...
Yo la vi subir y saltar luego de la silla, sin ropa, sin risas, colgaba del techo de mi habitación adornándola un poco más.

Doce años después ella rebuscó en las calles el todo del ahora en lo eterno del mañana, y sin prisa loca se volvió... la loca cara de gato, la prima de los cuervos, la madre de los pechos de melón, donde su sabor, quizá se confunda en la primera noche que le tocará morir con otro... una vez más...

Dedicado a la loca, a Luzía cat face, en corazonadas de un alejado Sabina.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Veintidós (Instante ocho)


Imagen saqueada de algún lugar perdido.

"Yo sabía ya que sus pechos eran míos, mucho antes de nacer."

En la jaula de sus labios mi vida ha cobrado forma y se ha convertido en gaviota, porque una mariposa no sabe de alturas, y menos yo, que en el barro nadé siempre. Pero ahora, que en el amor de un tango me encuentro, sé, que ya nada puede dar marcha atrás.
Adiós, cuídate, me dijo el pasado antes de entregarle cada gota y nota de mi corazón anginoso, el cual aciago es cuando el vino toma fuerza en la sangre.

En la jaula de su existencia me encuentro, robando cada instante de la vida para convertirlos en frases y letras, solamente para ella, por ella.

He visto llegar esa bala, pero eras tú...

A Cambalache, for sentimental reasons.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Mujer


Mujer, que en mi falo callabas, resuelves el misterio de la pesadilla sobre la cama vacía, sobre la cama ensangrentada, negra, sin niños. Tú, que en mi boca chillabas, escupes el silencio de tu envoltura, desbordando el fluido en mi lengua, mientras la sangre manchaba aún más la cama.
Mujer, que en tu espalda guardas la marca de mi mano, entregas el vituperio al hombre marrón, al hombre que se levanta con las manos atadas. Similar a una virgen de vodevil asesinada.
Mujer, que en la sala has descubierto el peligro mayor de la existencia, te mueves sobre el parqué, danzando como una serpiente decapitada, exitándome como nunca antes. Tal vez, si todo se convierte en una tregua de sur a norte, los sexos envueltos en esa fina capa de pescado, escarchados y escamosos se romperían en las manos y las fauces de una tercera mujer, una que sabía ya, el peligro de mi existencia...

Mujer, que entre mis manos implorabas el perdón del silencio, mientras tus gritos me desgarraban el vientre, abrí con la boca tus entrañas y devoré cada espacio tuyo, como cuando una hiena descubre la presa de otro bajo la tierra, que cubre levemente el olor de la supervivencia. Como moscas sobre la mierda del hombre vivo. Así he caido yo sobre tu cama y tu carne...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Días extraños


Odio el viento de los días extraños, odio el café con azúcar y la muchedumbre, odio el gesto aburrido de la risa, odio el campo verde, el negro, la tierra, odio todo, y cada espacio del mundo.
Odio el agua de los días extraños, odio el saludo de alguien, odio el vacío, el silencio, odio la mar, sus piedras y olas, las odio, porque son de hoy, y no es otoño.
Odio el otoño de los días extraños, y primavera, y verano, odio aún el frío, lo odio y odio todos los perfumes también.
Odio los latidos de los días extraños, odio los duendes en el jardín trasero, odio los delfines en una piscina, en la mar, en mi cabeza, los odio, pero también a los peces que nadan en el río, y al cactos, al geranio, al espacio entre tu calle y la mía. Odio todo eso y más...
Odio cada dulcería de los días extraños, odio cada postre, la risa solitaria, el llanto acompañado. Odio a las brujas, las escobas, y también me odio, porque soy como un día extraño...
Pero lo que más odio... es que tú no estés aquí...

'He visto llegar aquel insecto... Pero era una bala'...

Dedicado al peor momento sin un tango...


domingo, 1 de noviembre de 2009

Domingo


Recogiste un martes con la mano rota, y la rueda de repuesto pinchada expresaba síntomas de bulimia, tal vez algo que se asemeja a un exorcismo nada cristiano. Una extraña y mordaz marca negra en la piel, como un lunar de hachís, como la vieja foto de una abuela joven, como el monedero desnutrido, casi al borde del suicidio...
Respiraste el anís quemado, el papel de dios prende bien aquí, y suena 'Love Modern' mientras un dibujo de tus tetas resuelve el misterio de la canción absurda, mientras el mismo dibujo recibe mis sutiles oraciones. Vivo dos veces y me llevo el libro de tela, de escarcha, de pájaro, y lo entierro dentro mío.
Asesinaste al macho cabrío, en ofrendas de piel y escamas, desde mi cama hasta las dos lunas que son el dibujo material, escombros luego de sentir el terremoto que son mis manos, mi boca. Muero otra vez y crece en mí el lunar que también es de hachís, como la flor rota que apunta al piso su brote, su escote, su baja espalda. Que similar al vino hace un goce y disfrute exagerado en mi alma de carmín...
Caíste sobre el marco de la ventana azul, sobre lágrimas de azufre, de cartón y de un loco. Caíste bajo el surtido de gritos, de maullidos, de gemidos, idénticos a los murmullos de una gata primorosa, que más parecía un sol estrepitoso de luz en sus cabellos que corrían como caballos.
Tomaste café, sangre seca en la nariz, pan árabe tostado, fresas deshidratadas, igualando al espacio entre sus pechos con dos botones de azúcar y miel, de nube y de hiel... que más parecía al momento en el cual, la noche blanca se transforma en una frazada auténtica de sueños, de vida, de piel... tu piel.

-Ha nacido otro día, gritabas, mientras creías ser Domingo.

Dedicado en partes, a la sutil Dama Blanca, que en su risa encuentro toda la tristeza que me hace feliz.

jueves, 22 de octubre de 2009

Séptimo cielo


Imagen de Cambalache "Radiografía de una dama"

"Ella, que soporta mi hígado deforme, me besa, sonríe, me mata. Ella, que tiene la boca dulce, soporta mis besos, la miro, sonrío, la mato"...

Veintidós (Instante Siete)

Porque todo momento se respeta en copas de vino tinto, en labios de tango y al eco de un bandoneón, que triste, subraya cada cuartito de nuestra existencia, que triste, nos pone contentos. Porque todo momento se respeta en copa de sus besos, al eco de un te quiero, mientras su perfume de vainilla me envuelve en su cuello, en sus manos, en su mirada oscura... Porque todo momento se respeta en copa de sus pechos, que únicos mis ojos ciegos no pueden tocarlos, que tristes, encierran su poder en aquellos labios elegantes y finos, que se envuelven, en el eco mayor de su existencia, solamente para ella.

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Veintidós (Instante Bunbury)


"Como para quitarse el sombrero"


Había justificado cada costilla en delicadas notas afinadas que luego, más tarde, desafinaron. Nueve y tres de la noche, en el cielo una luna sonreía esperando ver también, a ese hombre maravilloso que no tardó en nacer sobre el escenario rojo y negro.


"Y también para arrodillarse"


...Y fue así, como este ser maravilloso apareció; hermoso, grandioso, único. Habíamos esperado tres mosqueteros nada mosqueteros, cada día, desde hace dos meses y poco más, esperábamos el día del juicio tal vez, donde todas las gargantas que ese día entonaron cada canción, perecerían. De nuestras fauces salía el vapor, salía el Gracias, el Dios, y todo acto absurdo merecedor de tal espectáculo. El murmullo general, era tal vez, lo que la vida Limeña había esperado desde hace varios años que jamás regresarán. Enrique Bunbury, dejó encantados desde que lo vimos respirar frente a nosotros; de negro, de rojo, de negro y rojo, fantástico, como él solamente es.

Sin lugar a duda, la noche del Veintidós, fue la noche más larga del año...

Nota: Aquí les dejo con un pequeño recorte de fotografías que mi pulso inquieto ha tomado.


"Bunbury gesticulando canciones"


"Ese hombre de cabellera dispersa, no es otra cosa que un ser..."

"El cielo se abrió, salió él"

"Te queremos aquí Mondragón, ¡Aquí!..."

"Sobre la sombra y su humo: La noche"

"Y al final... Humo y silencio, es todo lo que queda..."

Agradecimientos especiales a: I.M.C., por ser todo antes de... y a ella, por ser todo siempre.

A Cambalache, for sentimental reasons.

domingo, 18 de octubre de 2009

El viaje del hombre que no fue a ninguna parte







Imagen de weblog.evasee.com


En Chernóbil un niño de cuatro brazos y tres piernas implora por un camino y una caricia mediocre, mas tarde, se enamoraría de una muñeca desmembrada y maquillada con la suciedad; despeinada en el olvido, desvestida, contaminada, pero hermosa. Se hospedó después en el Gran Hotel de Guantánamo tras cerrar los ojos, durmiendo en habitaciones de un metro por otro, vestidito con su bata naranja miraba la luz que no era el sol del Caribe a mitad de la noche...
En calles de una ciudad del sur, vio un huevo blanco cubierto con hormigas negras, y el ave deforme de su interior se escapaba por partes en sus minúsculas mandíbulas, sería pues, los restos del pelícano que de grande iluminaría con su grandeza el interior de la mujer muerta.

Desoladas calles de Prípiat que vistes con tu silencio el viento que mueve las telas restantes, que acogen en su interior el vacío que a la pesadilla ha vuelto loca, porque también el niño está vacío y los gatos han desaparecido. Miras el calendario con los días que ya pasaron, y el reloj muerto asoma de reojo el tormento que ha dejado el hombre. Abandonadas calles de Prípiat, llamad pues, al muerto que se había bañado con el sustento de la semilla de ajenjo y dadle muerte una vez mas...

Alimentó con su cuerpo a las sirenas de dos colas que nadaban en las negras aguas de un lago cualquiera, abriendo sus entrañas desde adentro para liberarse de la grandiosa aventura que era estar en una mujer, viajando así al instante donde perece el orgasmo. Sí, había resumido su vida en ocho placeres mundanos, había sentido el espacio que Dios violó en espíritu, había tomado por fuerza mayor, el dolor de viajar a ningún lado...

sábado, 17 de octubre de 2009

La mujer perfecta





















Cadáver,
Soutine. 1925.

Mujer... tú que entre tus pechos escondes el grito desmedido de mi muerte, entre tus piernas los huesos rotos de mi índice.
Mujer... tú que en tu baja espalda cubres mis ojos desterrados, como en el norte el hielo se derrite, mis ganas de coger contigo se derriten también.
Mujer... tú que en tus pies ultrajados marcas el después y el mañana, entre tus labios el ápice de tu lengua, que roza tímida la cera caliente que mi falo promete.

-¿Acaso soy tan perfecta como me has pintado?

Mujer... las manos no hacen falta, tampoco tu costado mutilado, que asemeja su belleza al costado de una res que cuelga de un gancho de plata en el camal de mis putas.
Mujer... los pies tampoco hacen falta, si en ellos guardo las huellas de mi mordedura, si en ellos encontré el refugio. No, no hacen falta.

-¿Tratas de decirme, que sin pechos soy hermosa también?

Mujer... tú que guardas el poder de alimentar al hijo con ellos, sabes que yo me alimento de tu carne, porque eres mi cristo, y tampoco tus pechos hacen falta para la ofrenda.
Mujer... trata de ponerte en pie, que los rezagos que tu sangre ha dejado han manchado la alfombra de la abuela.
Mujer... tú que callabas entre tu llanto y la risa, ahora gritas de placer y terror, porque yo te quito la piel mientras tus pulmones respiran apresurados, forzados.

-Dime que soy la muerta mas hermosa... por piedad, no por favor...

Mujer... tú que ahora estás desnuda, despojada de piel, sin los diamantes que tus dientes eran, sin las joyas que tus manos fueron, sin el cuarzo que tus pies formaban, sin los rubíes que eran tus pechos... Eres mi muerta favorita.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Hellville De Luxe








Imagen del mismo y adorado
Álbum

-Porque sabemos agradecer, a pesar de lo vivido, porque de todo comienza a ser ya mucho tiempo, porque quien encontró el amor, no lo buscaba tanto, porque las cosas cambian...
Porque sabemos hacer, del escapismo un arte...
Porque las cosas cambian (8)

-Tus doscientos huesos y un collar de calaveras, para que sepa volver y volverte a encontrar...

-Aquí está el fugitivo de siempre, aquí la eternidad que fue un instante, aquí donde ninguno de vosotros se atreve, aquí nuestros besos comunicantes... Aquí no hay nadie a quien seguir...

Dios mío de mi vida, que la vida aqueja en mi garganta su cáncer más cotidiano, y en mi pecho su angina reboza plenitud, ¡coño!, qué más da...

Esta es una pequeña muestra de lo hermoso que será el GRAN concierto que el Español, Enrique Bunbury celebrará en la ciudad de Lima, nuestra adorada nada adorada Lima la Gris, la triste, la pobre, la olvidada, la rechazada, la puta... Y puedo seguir con adjetivos y demás, pero será siempre la misma Lima, mas Bunbury, no.
La edad consume, sus canciones aumentan y sus seguidores también.
Gracias a Dios que no existe por haberlo traído.
Bobby Perú se despide. Agradecido.

Contanto los segundo que restan... y cantanto estoy. (8) ...El fin es el comienzo, ya nadie te espera, no sabes si sale el sol, si entras... Son asuntos de familia, que no se pueden tratar, la gente no cambia los genes no engañan...
...Y las huellas de tus pies, en la arena frente al mar, borradas por el vaivén de las aguas, el fin es el comienzo... (8)

martes, 13 de octubre de 2009

Depeche Mode

Imagen de djcarlosuk.blogspot.com

Sobre la fría noche de ahora, martes, que fue muy trece, éste grupo explotó en canciones, gritos y fríos agradecimientos. Nada que reclamarles, toda la gente quedó satisfecha, incluyéndome. Que por esas casualidades de la vida, y por tener una hermana tacaña nada tacaña ese día, llegué a ir, como todo un chavo, 'sin querer queriendo'.
Canté las dos únicas canciones que me sabía, obviamente en mi terrible inglés de mierda, que más parecía un insulto a la hipocresía.

Con un vaso de cerveza helada que inflamaba mi vejiga gritaba luego de cada canción, entre la algarabía de miles y el negro general en las ropas. Con las ojeras como el centeno y la boca color piel de demonio, también grité con ellos.

'Thank you, very much, Children' Gritó.

jueves, 8 de octubre de 2009

Coversando el hombre que iba a morir


Estaba el hombre que casi moría, y digo casi porque aún no lo había matado. Tendido sobre mi cama de tela rosa, acurrucado porque el frío arrugaba hasta los pensamientos. Ahí estaba él, el hombre que casi moría por mi mano...

Él: ¿Y si la vida no es mas que un estado de mil muertes juntas?
El otro él: ¿Y si ya estamos muertos?
Él: ¿Y si no somos nada?
El otro él: Pues nada, ya sería algo...

Estaba la niña que hablaba con el hombre que iba a morir, detallando sus pechos sobre la boca que a futuro besaría, porque también ella, iba a morir por mi mano, y le dije:

Él, que era el otro: Te robaré un día que Dios esté muy enfermo, un día del cual tenga ya el olvido, un día en el cual la penumbra que es mi cama, y mi cama que es la soledad, y la soledad que ya no es nada, es decir; que duermo en la nada.
Te robaré un día que Dios no exista, mejor, porque si existe pecará conmigo, y si conmigo pecase es porque yo también soy Dios, y si yo soy Dios también él duerme en la nada.

martes, 22 de septiembre de 2009

Veintidós (Instante seis)


Imagen de Mondragón (Lugares & espacios)
"Esquinita del tango"-Cuarto paraíso.
Photo © 2009Mondragón de Malatesta


Las tardecitas limeñas tienen ese qué sé yo... Respiro y salgo de mi casa que es tu cuerpo, por la calle Caricias y Besos que son tus piernas, lo de siempre en mis manos y en ti...
Cuando en un instante, bajo tu negro vestido desaparezco yo...
Como un polizonte bajo tu piel de seda, me llevas al sitio más frío que no es Venus, y me transformas en un cuento de tres segundos...

Mujer, hoy que la vida tiene sabor a tango, en besos de tango, resuena como un bandoneón en cada esquina de mi vida la completa felicidad...
Como vaticinios de un romance eterno se prende en fuego el agua que proviene del cielo, es decir de tus ojitos como la noche.
Mujer... hoy que la vida tiene sabor a ti, no me la quites.

Dedicado a la mujer de mis pesadillas, que se prende en el cielo como el mejor de los tangos.

Colofón

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!

Astor Piazzolla.

A Cambalache, for sentimental reasons.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Simpatía por el demonio


















Imagen basada en los Cómics de Mike Diana. (Por no decir casi copia)


E
lucubrando con ese cúmulo de sesos casi agotados, engaño de gente tan mala, de mujeres de papel, como si todo resultara un brindis de mesa a mesa, como un beso sin mejilla, solamente para disfrutarlo. Evocando con ese húmero dividido, sin sur ni norte, aquellas pequeñas cosas que la vida no me ha logrado embargar, como aquellas señoras sin ayer, como niños sin mañana, como la duermevela del hombre pez...
Cavilando con el pie gastado, sin caminos por recorrer porque los caminos también están vencidos, como en el orco de los ángeles caídos duerme la rosa oscura de tu vientre marrón, engañando cada borde de la plaza rosada.

Subí la escalera de polvo, respiré el azufre de tus costillas, expulsé de mi ser lo celeste de su grandeza, tomé tu piel para fundirla con la mía, me vestí de rojo para perderme en la sangre y en el fin del astro mayor, purificándome...

Ha nacido otro rey. Gritaban las naciones mientras todas las trompetas, que eran siete, resonaban en el eco de cada garganta muerta. Ha nacido otro rey. Gritaban los dioses y gusanos, mientras ella acomodaba mi corona de huesos sobre la mesa de piedra, antes de alimentar mi ego con su corazón.

Dedicado al demonio mayor que duerme bajo mi cama, aquel que siempre supo darme un lugar.


viernes, 18 de septiembre de 2009

Todo para mí



Un rápido cortejo entre dos mujeres permite la facilidad del sexo contra el sexo, relatos que asemejan escenarios paupérrimos, mediocres, escenarios de cortesanas y grandes señoras con otros de poca facultad corporal.
El álter ego del autor de pobre procedencia, de manos acomplejadas, sentimentales...

Con el río vienen las formas del agua marrón, del cuerpo maltratado por la estética, por la espina del cristianismo tan prostituido, tan envenenado. Cae el frío con el peor de todos los inviernos, abrigando las tetas heladas de una mujer muerta, mientras la espuma roja sobresale de su boca. El gesto que iguala un patetismo casi al borde de la locura y la risa baldía fruncen el ceño.
En la jaula de paja encerramos al viento que se mueve sin plumas, sin premura, aquella buhardilla de locas, una esquina parisina similar a una calle gastada y rota de mi querida, nada querida Lima.

Bohemia y soldaditos de látex cada vez que la noche llegue con el peor de los inviernos, en noches de melancolía y soledad, noches en las cuales pesa hasta el alma, hasta la risa. Y la risa deja de ser una moneda, deja de ser suciedad para convertirse en el pecado de una inmaculada monja que ya no cree en Dios ni en ella, que sufre lo que Borges jamás sufrió en la ya olvidada Argentina, objeto de título en la portada de una rota cabeza, que ofrece sus partes virgenes a los desdentados sin frases célebres, como la hoja en blanco, como el muerto sin cajón, sin tierra como frazada, como manta que cobija el cráneo aplastado, de la fábula muerta sobre la pesadilla perfecta...

Dedicado al tiempo sin tiempo de tus pechos, al exagerado instante de un sueño que no entiendo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Alicia

















Imagen de http://www.taringa.net/posts/arte/821583/Alicia-en-el-pais-de-las-Maravillas.htm
l

Sus tetas, grandioso instante si la muerte perdura inquieta, callada, putona. Bajo su vestidito color cielo sus dos piernas, entre ellas el pozo virginal. O el pozo es muy profundo, o yo entro muy lentamente en el, luego grita, calla, grita, duerme...
Su melena como rayos de sol me destruye la lengua, como la medusa de Caravaggio, que al fijar sus dos ojos en mí en piedra me transforma, me aprisiona, me envenena.
Mis uñas convierten su piel en dolor, la viva carne que la gaviota devora me enseña su fluido inalcanzable, mientras eso, sigo entrando en ese paraíso húmedo y profundo, o insisto en una penetración perezosa, no sé...
El tiempo parece no detenerse, una mutación a mitad de mi existencia se hace más grande y fuerte, es decir, ella grita, calla, grita, duerme.

Bajo su vestidito color mar un culo apetecible aparece, lo muerdo, lo golpeo, otro pozo virginal, no sé si es profundo o entro muy lentamente en el, luego se estremece, sonríe, tiembla y dice:
¿Es este el país de las maravillas? Termina en mí para creerte.
Yo la transformo, la aprisiono, la enveneno y destruyo su lengua, instante después traga el milagro blanco como la espuma que mi vida obsequia. El conejo me ve, en sus ojos rojos el pavor crece, mientras el corre apresurado, yo esputo la sobra naranja que su boca me invita.
Ya sin vestidito añil, descubro su espalda flagelada, sus manos torpes, su boca, también profunda, o también entraba muy lentamente en ella. No sé...

Sus tetas, delirio preciso que la vida perdura, ilustra, agranda. No sé si mis manos son largas, o voy con premura, quizá ella está muy cerca, mostrando su entrepierna dulce y estrecha, delicada y hermosa, mientras yo la miro desde el otro lado del espejo.

Inspirado en uno de mis libros favoritos, inspirado en mi Alicia querida, que no es otra cosa que una dama más para mi mano izquierda.

martes, 1 de septiembre de 2009

Un invierno fatal y divertido


E
spero como el consolador de una viuda en el cajón que duerme a un lado de la cama, estoy como la vagina de una vieja enamorada de si, cansada, humillada, feliz.
Como esquina sin puta, maquillada y sin escenario, como potro eunuco, terriblemente feliz. Estoy como guitarra sin cuerdas, como dedos en el culo de mamá, como lápiz sin punta, tal vez...
Espero como el santo en una casa de citas, como perro sin perra, como silla en un mercado de miserables. Así espero.
Espero como un chino desnudo a mitad de la calle, estoy como el falo de un hombre pobre de mujeres, doblada, malvada, feliz.
Como palo sin pirata, como lumbre de verano, así estoy si tú no estás aquí para golpearme, para humillarme, para ultrajarme...

Espero, en este invierno fatal y divertido, como un coreano a su norte, como cantinero borracho, como un Neruda fracasado. Tal vez... ¿Por qué no?
Como un rifle luego de la guerra, que duerme en casa con la memoria de los jóvenes que mató, como un cuchillo que solamente tiene el pescuezo del pollo, como las manos de mi asesino favorito. Tú, que nada sabes de romances, también me esperas, mutilado, castrado, muerto, feliz...

lunes, 31 de agosto de 2009

Lázaro y la niña muerta













Imagen de www.emudesc.net


L
a niña muerta lanza piedras a la tumba, y de la tumba nace un hombre con nombre. De la piedra escapa una mujer, y de ella todo se sabe, así como de la piedra.
Un hombre negro disputa una canción en el norte, y del norte llega otra niña muerta. Los gusanos danzan en el vientre del gato seco, y este lame las ratas que afloran en los pies de un Dios hijo de puta.
La niña muerta lanza piedras a la tumba, y de la tumba nace Lázaro, el nombre del hombre rojo. Del hombre se forma un niño, y de él nada se sabe, así como de la piedra la mujer escapa. Un hombre blanco somete al perro, lo penetra, y en su interior encuentra le existencia del gusano mayor.
La niña muerta lanza piedras a la tumba, y de la tumba nace un hombre, yo.

Inspirado en la tumba de la niña II y el gato muerto, desde que hay espacio antes que los minutos mueran.

domingo, 30 de agosto de 2009

Cama de plata


Dos niñas muertas arrojan piedras a la tumba, y la tumba, de la cual nada se sabe, arroja flores a la monja.
Una monja muerta recoge huesos de la madre, y la madre, de la cual nada se sabe, arroja rosas a la puta.
La puta muerta recoge hombres de la cama, y la cama, de la cual nada se sabe, arroja sobres a los niños...

Hoy ha nacido un perro, y este sabe lo que el hueso ha perdido, es más, sabe que el niño duerme sobre la monja puta mientras come piedras de la tumba. Y la tumba, la cual nada callara escupe sangre por sus lados.
Hoy ha muerto un perro, y este sabe lo que la piel ha ganado, es más, sabe que la mujer nace de la puta virgen sobre la tumba de piedra, mientras nada ha callado, siente un falo rojo entre sus manos.
Todas, sobre mi cama de plata van chillando junto a las gaviotas que te comerán... Atraviesa hombre negro, tu mano izquierda en mi interior.

Dos niñas muertas arrojan piedras a la tumba, y de la tumba arrojan niñas a los hombres.
Ha nacido otra monja, mientras la mujer acomoda sus huesos, y acomoda el falo de sus manos en mi boca...

Dedicado al niño muerto sobre la monja. Inspirado en la tumba del muerto mayor, aquel que a la pesadilla llama.

sábado, 29 de agosto de 2009

Tenemos suertecita...














Imagen robada de I.M.C.
(Manos robadas)
"Deseo cumplido"-Ciudad Paraíso.
Photo © 2009
Mondragón de Malatesta

No es El Tiempo de las cerezas porque las cerezas han muerto en la boca del hombre dulce.
Tampoco haremos El viaje a ninguna parte porque él vendrá aquí; cantará, gritará, vivirá.
Enrique Bunbury por fin visita la triste Lima ofreciendo su HELLVILLE DE TOUR 08 09.

Nosotros, que hemos esperado cada instante, que hemos asesinado ahorros, que hemos robado amistades, lograremos finalizar un instante importante en nuestras vidas, el instante que dura gritar junto a nuestro personaje favorito, el instante de la pesadilla perfecta, el instante que dura un puñado de canciones desde la boca de nuestro casi Dios, Enrique Bunbury. Y digo casi, porque le faltan dos pechos femeninos para ser perfecto.

Nota: La cita infaltable, será en: La explanada del Estadio Monumental, el veintidós de Octubre.
Vayan muy tarde por favor, para yo estar lo más cerca posible al amor de mi vida. =)

viernes, 28 de agosto de 2009

Pez sobre otro pez


U
na cama vacía me muestra la distancia que tiene un pez de otro pez, carmín en los labios de la mujer que no come carne, carmín en los labios del hombre que besa y come a la mujer.
Un metro vacío me muestra el espacio que tiene un pez de otro pez, café sobre la mesa para alumbrar el sabor de la amargura, café sobre la mesa de madera pobre.

Yo, hombre, ya no sé si existe la manera de morir sin morir, ya no sé si existe la manera de vivir sin vivir, no lo sé, hombre, tú que sabes de mi especie y también sabes de mi espacio. Dime, ¿Podré nacer otra vez luego de haber muerto?. No, dices, y no miras al cielo porque en el cielo ya no existen nubes, ni su color azul, todo es negro, desde que los dioses fueron desterrados por el niño mayor, ya nada es igual, ya nada, es como tú.

Un viejo zapato me muestra la separación que tiene un pez de otro pez, mujer, tú que nada sabes, que tienes en tus manos la forma de la humillación, dime, ¿Podré caer más tarde si me lo permites? Has puesto el hueso sobre la mesa, para alimentar mi mal camino. Caes antes que yo, y grito por la injusticia que me has entregado.

Un hombre muerto me muestra la distancia que tiene un pez de otro pez...

domingo, 23 de agosto de 2009

Cuatro


Desde el tequila bebo el limón exprimido, bebo la risa de sal.
¿Qué sabe mi vida de memoria?
Sí, cuatro es el número que apenas se conoce, ellas, él, ¿Qué sabe él de memoria?
Una habitación desnuda, quizá muda, yo, como cuarto sin luna, sé, que la vida no tiene nada de espectáculos, nada parecido al muerto en la capilla del sur, no sé...
Desde un cuarto sin forma, me desmayo entre besos y tragos agrios, entre la sonrisa de Gerald y los besos de ella. Lo he visto, he visto su vida, he vivido con él, apenas moribundo aprendí a respirar por él, tal vez, sepa conseguir el corte mejorado en mi cabeza, en mi piel aseguraba en el temor de la caja fúnebre.
Desde el mar blanco bebo el momento, lo sé, sé que ya nada importa, solamente ellos, que tres en el eco vacío se esconden, y yo, claro, porque cuatro es el número que apenas se conoce...

Desde los campos de hierba seca salimos todos los hombres, capacitados para besar y amar, tal vez para danzar, luego caminar.
Consentí tres verbos, dos clavos por cruz, un tela de medida, sí, es la parte favorita de mis manos, el momento que ella muerde mis labios desbordando cada espacio de mi vida. Ellos, que se pintan como puntos en un cuadro, respiran el humo blanco a mi lado, porque ellos también, al igual que yo, hemos caído de la hierba...

Somos partes del mismo lugar, de la misma sombra, del mismo instante que parecen limones partidos, del mismo cuello, de la misma columna, tal vez, apenas me conozca, y descubra que soy como el grano del tequila dorado, como oro y sol, como ella, él, y mi hermosa Princesa...

Al cuarto, entre cuatro, por ellos y yo. Claro. (La última noche)

sábado, 22 de agosto de 2009

Veintidós (Instante cinco)


De la piel ha nacido el sustento, ella, que también ha nacido de la piel es el mío. Por cada elemento sobrenatural, sus ojos que imitan a la noche más oscura, por sus pies que parecen dos copos de nieve, por sus pechos, que son todo al momento que la pesadilla perdura.

De la gracia ha nacido la risa, ella, que también es Gracia ha nacido de la mía. Por cada fortaleza humana, sus manos que imitan el borde de un precipicio vacío, por sus lunares a contar, por sus curvas, que son todo al instante que la pesadilla despierta.

De la fantasía ha nacido la vida, ella, que también es parte de la vida que tomé como mía. Por cada nube dulce, que en su vientre de blanco algodón persisten mis besos dejando tímidas huellas. Por sus piernas, que son todo al instante que la pesadilla consume.

De la soledad ha nacido la tristeza, ella, que también ha sido alegría sabe lo que pesa la tristeza que es mía. Por cada espacio no conocido, sus labios que imitan a la locura más endemoniada, por sus manos que parecen los gestos de Dios, por su lengua, que es todo al momento que la pesadilla destruye.

Querida mía, la vida ha llamado al muerto, seduce tu alma abrazando la mía, llévame, mátame, cómeme...


A Cambalache, for sentimental reasons.

sábado, 15 de agosto de 2009

Niños tocados del mundo


U
n niño tocado del mundo come ratas secas desde la boca de una madre mutilada, es quizá el verbo algo que va más allá de la voz del perro atropellado.
Dos niños tocados del mundo beben orina desde la boca de un loco atormentado, es quizá la fábula de los sexos envueltos en una salsa roja el sabor de la virgen muerta.

Luchadores sin manos, un viejo que patea un pan cuesta arriba, tres niños negros.

Tres niños negros tocados del mundo defecan bichos desde un culo roto similar a la boca de la madre golpeada, es quizá el sexo algo que va más allá de los perros abortados.
Cuatro niños tocados del mundo caen desde la boca del loco asesinado, similar a la virgen muerta cae la mierda que descansaba antes en mis manos.

Ha caído otro más, ha caído el niño negro. Gritaban las blancas aves que tus fauces habían vomitado.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Dulce emoción


La carne caía de mis manos como gotas de lluvia, era el gesto asqueroso una parte de tus labios.
La piel imaginaba una tela o dos, tal vez tres. Y arropaba con ella el repugnante instante de mi pesadilla.
Tus ojos arrancados yacían en el piso como dos perlas podridas, como arcada de un perro enfermo.

La sangre manchó el piso donde días antes mi esperma fulminante calmaba tu sed.
Tus huesos gritaban al momento que mis manos te ofrecían aterradoras caricias.

Tres niñas tendidas sobre una cama roja, vejadas y hermosas.
Sus pezones arrancados dejaron llanto en sus pechos aún no formados, sus manos atadas a su espalda presumían la idea de un hombre mayor, tal vez más fuerte. Pero eran tres y yo uno.
Sus piernas amoratadas por mis mordidas se dirigían a un sexo humilde, pequeño, virgen.
Tres niñas duermen sobre una cama roja, humilladas y únicas.
Sus lenguas cortadas de un grito regalaron el eco de mi orgasmo menor. Sus pies atados y alejados me dejaban ver sus dedos restantes.

Yo ofrecí y dí el amor que ellas me pedían. El amor que un padre otorga.

Un hombre se mueve en el parqué de la tercera habitación, como serpiente sin cabeza. Tiembla ante mis palabras. Su manos sin uñas mostraban las espinas de una rosa seca.
Desnudo y sin sexo, sangraba y el frío era insoportable. Lloró unos minutos mientras mi mano entraba en su cuerpo por atrás, empalado y partido en dos se marchó a ese mundo maravilloso.

Yo ofrecí y dí el amor que él me pedía. El amor que un dios otorga.

La carne caía de mi boca como saliva de un perro rabioso, mientras las niñas me miran y cierran los ojos luego. Les enseño al despertar mi falo moribundo, ellas saborean un buen momento mientras imagino a una monja muerta y azotada.
Saludo al hombre sin sexo ya tieso, lo miro un instante y voy por un café.
Los ojos de una vieja mujer se muestran en mi mesa, como dos fresas entran en mi boca y mis dientes sienten el fluído putrefacto de su perfección.
Lamento no haber usado la botella rota en la cara de la mujer, giro en mi cabeza el sentido mayor de la piel asesinada, tal vez me entretengo en el culo de esa niña de doce años y le quito las bragas blancas incitando mi purificación. Termino una vez mas en ella y duermo.

Al despertar veo en mi mano izquierda un cuchillo que no es de plata, saboreo la sangre seca y siento un gran deseo de matar. Una dulce oración se escribe en mi boca, corto mis venas con el, corto mi falo con el, planto su punta viva en mi pecho mientras mis ojos extienden su luz final.
Tuve ganas de matar -me dije. Y yo era el mas cercano...

Nota: A pedir de boca, la muerte ha mandado. Dedicado y nuevamente publicado para no enterrarme con ella.

sábado, 25 de julio de 2009

Letras desde el sur


D
esde el sur veo las luces muertas sobre otras luces muertas, sonidos de los vientos que cruzan su fuerza de manera respetable. Los metales ligeros, los días eternos, la noche naranja.
Desde el sur prendo la mente asesina que corea dulces cortejos, como un viejo roto a mitad de la calle, como una línea blanca antes de meterse en la nariz de un muchacho cojudo.

Desde el sur pretendo humillar el respeto de la Capilla Mayor, la idea del pato abrazando al niño, la boca de un sólido león que parece verde. Pretendo también buscar una aldea perdida, donde el pisco entre en la garganta del pobre acompañado con queso francés.
Desde un sur maquillado, intento regresar, no muerto, pero sí acostumbrado tanto al dolor para que no me duela dejarlo.

Desde el sur grito las palabras viejas, bailo en una Plaza desarmada, corrompo a un policía azul, desde ese sur maquillado con el terror, prendo las madrugadas trabajadoras, emociono a las niñas congelados, golpeo la cama destendida, incito a un Jesús petrificado.
Desde el sur sobre otro sur veo una chinita tetona, un negro aficionado, un whiskey azulado, también propongo un nacimiento, ideo una guerra, quito mis uñas y las prendo en tus ojos atontados...
Desde el sur, anuncio mi regreso.

Nota: Del sur, los recuerdos que traigo, tan solo líneas sobre papel. Quizá un poco más adelante publique otras cosas que 'los pies' del Perú me inspiraron.

jueves, 23 de julio de 2009

Polvo


P
olvo el hombre que vuelve al polvo, risa el gesto mediocre de la pesadilla; gemidos, orgasmos, sangre: Expresiones del morbo.

Llanto la caricia cruel del hombre que humilla, y es tu carne el todo de mis expresiones, absurda magia romántica de una puta, como jugando a ser vampiro bebo tus emociones y se estrella contra el piso como del árbol la fruta cae.

Polvo el hombre que vuelve al polvo, muerte el trecho desmedido que mi mano conoce; gritos, llanto, huesos: Expresiones de mi vida.

Dedicado al tiempo que paso con el vino, que tinto me acostumbra a la pesadilla.

miércoles, 22 de julio de 2009

Veintidós (Instante cuatro)


Ella entra en mis venas de un modo perfecto, porque la imagino de una forma casi mágica, como una epidemia me va matando y me va formando como parte de ella, también me destruye si se le antoja, si se le ocurre, porque ella es como la heroína que en mí entra y me transforma.

A cada lado lleva dos hilos de seda, no es perfecta al ojo humano, pero cuando todos duermen ella se levanta como la estrella más elegante de todas, perfecta en mi mirada, porque la seda cae también sobre sus pechos delicados y vírgenes, besándome de otra manera, ella rompe mis húmeros y los envuelve en sus piernas, porque soy de ella y también lo son mis huesos.

Directas sus curvas de papel y plata, de plata porque la plata es como el cuervo de mis pesadillas y el papel es la base de todos mis poemas, y son mis manos las que escriben cada tarde sobre ella, sobre mi eterno papel de plata.

'Papel de plata' fue escrito para la Dama que suena como el tango cada una de mis noches.

Pacto entre caballeros de amanecidas a distancia.

A Cambalache, for sentimental reasons.

lunes, 20 de julio de 2009

El niño muerto



¿ves al niño muerto?... 

Dime mujer, que no fui yo el que lo mató, solamente porque mis manos están de rojo y el cuchillo de plata duerme a mis pies, no, mujer, dime que no lo imaginas siquiera, porque de mis fauces caen sus restos y a mis pies también el niño duerme, no fui yo, si eso quieres escuchar, no fui yo porque cuando llegué él ya estaba muerto, y muerto de hambre yo; mujer, dime que no lo consideras, yo que no soy capaz de tomar una pieza si tú no me lo permites, pero el hambre aterraba, y él, como dije, ya estaba muerto.

¿Ves mi espalda castigada?... 


Dime mujer, que fuiste tú la que me azotó, porque de tu mano cuelga el látigo de cuero y de metal, y también yo lo considero, no creo que otro sea capaz de mirarme, menos de tocarme, porque soy el hombre al que todos temen, de manera imposible se acercarían, imposible también porque mis piernas ya no quieren andar, menos si todos ellos duermen ahí. Él ya estaba muerto, ¡lo juro!

Yo veo una sombra patética, era tu hijo, también lo sabía al momento que su carne en mí entraba, lo supe desde el instante que gritaba tu nombre, porque sus gritos me despertaron, al acercarme fue tarde, tarde y callado lo encontré, acurrucado como un perro callejero a mitad de la cocina, destrozado y magullado.

¿Ves al niño muerto?... Mujer, te diré que yo también lo veo.



domingo, 19 de julio de 2009

El dedo de Dios















Imagen de
ivansainzpardo.blogia.com




Un índice pobre de hermosura, se hace hermoso cuando se disfraza de una boca y transforma todo en escoria y escombros, un índice que engulle y esfuma la carne del hombre y del animal. Se levanta como el suspiro del ave que ha muerto, se levanta y de rato en rato toca el suelo. En silencio crece y aparece como un rotundos aplausos de ángeles infinitos, aparece como aplausos y se va como el niño que roba una cartera, impredecible y hermoso se va.

El viento y la niebla se juntan como miles de anillos, anillos que embellecen al dedo único de dios que destruye y no santifica, no mira, no escucha, no es nadie.

El dedo de Dios transforma las cosas, es un índice emocionado, como si la tierra fuese el sexo de otra mujer, entra y extiende todo lo que se ha plantado, desde la misma piel de la tierra hasta el árbol más viejo, simplemente lo cambia de lugar, lo modifica y lo destruye.

Como una boca enseña sus dientes, como una boca traga cada espacio del hombre y lo convierte en miseria, miseria gritos y lamentos. Es el dedo de dios todo ese poder, nos libere la vida de su mano entera.



sábado, 18 de julio de 2009

La grandeza del Pelícano



En tu boca ha muerto la magia del pelícano, como dos arañas que enredan sus patas al ser quemadas por un niño de ocho años. En tu boca se han enterrado los huesos del pelícano, como dos gusanos moviéndose en la panza de un hombre oscuro.

Él, que conoce la grandeza de mi poder extiende su mano para tocarme, me roza y se imagina maravilloso, porque soy maravilloso también. Yo tengo en mi falo la grandeza del pelícano, porque mis niños tuercen sus patas al ser quemados por mí, yo que tengo los ojos blancos como la espuma donde nada el pelícano, me retuerzo entre los huesos de las mujeres asesinadas, como libros abren sus vientres para desechar lo que otro ser ha dejado en ellas, sabor a excremento de animal la carne que botan ellas.

Ella, que ha visto la carne caer de mis manos extiende sus piernas para tocarme, porque sus manos fueron expulsadas por mí, ya que soy como el pelícano, y duermo en tu boca, hasta mis huesos húmedos rompen tu garganta como cuando las arañas son quemadas y también los niños. Por eso duermo en tu boca. Las garrapatas saben lo que mi sangre vale, porque también el pelícano lo sabe, como la oruga que se arrastra me arrastré yo, y no fui proclamado mariposa, porque las garrapatas han muerto en tu sexo humilde y tú también sabes lo que mi sangre vale, ya que tampoco el pelícano quiso ser mariposa, porque sin alas son patéticas, peor que los gusanos que come el pelícano antes de expulsarlos en la boca del niño de ocho años que prende fuego a las arañas.

No seré yo quien te fecunde, porque eres como una mariposa sin alas y yo tengo la magia del pelícano, por esa razón muero en tu boca. Las olas eyaculan el semen blanco del pelícano, como la espuma, y nado sobre eso como el rey lagarto que muere ahogado en su propio vómito, yo que soy un hombre entre los dioses moribundos sé morir como tal, porque soy maravilloso y no me escondo bajo las hojas de un libro seco, que se confunde con el vientre de la mujer que se mueve entre los gusanos. Ha muerto la magia del pelícano, gritan mientras mi cara rebota en el asfalto y mi grandeza reboza plenamente su luz; sin alas, sin boca, porque yo también fui pelícano.

 


Dedicado a la magia del pelícano muerto, que torpe camina en vida, que torpe se alimenta, que torpe así, es maravilloso cuando por sobre las olas extiende sus alas, ya muerto. (Efecto Morrison)


 

jueves, 16 de julio de 2009

Pecado impenetrable


  

El pecado es estrecho, pero hemos decidido entrar, no levantaremos las manos porque no las tenemos. Me sudan los pies y también los ojos, la importancia de algo pequeño se transforma en sangre que aún más roja me engaña y me vuelve a engañar. Todo parece negro, respiro sobre la oscuridad y lo tengo que hacer cuanto antes. Los ángeles cantan sobre mí, son demonios que han caído de mi pecho, en mis pies sacuden sus huesos y los empotran en mis canillas rotas, sin pena ni respeto, de pronto oímos follar a los animales, que cruzados con hombres el resultado es decadente, aunque mejor a lo que ya existe.

El pecado es aún más estrecho, luego no regresarás para atrás, porque los muertos ya no dan respuesta ni carcomen ideas, son los gusanos los que les dan forma y los regresan al polvo.

No estoy contento, esto no era así, me muevo y grito que no.

Entonan canciones los ángeles y se confunden con los gritos de una idea mayor al ruido que hace un cuchillo de plata sobre tu cráneo rapado, lo haré en este instante, -digo, porque ya no eres importante y yo tampoco. Me sudan otra vez los pies cuando veo dos dientes amarillos sobre tu boca, son los míos que han caído.

Hemos hecho todo mal dijiste, hemos hecho todo mal y ahora pagarás el error, remendarás tu piel con la piel de un cerdo negro, porque mereces ser humillado, mereces ser humillado pero no asesinado. Le quité luego la piel a un cerdo negro y la sembré en mis piernas, en mi espalda, en mi cara... Prefiero morir gritaba, porque la muerte era nada si mi piel tenía que mostrarse como la noche, los perros me ladran y los gatos ya no existen, me muerde un caballo negro y otro patea mis testículos, rajando mi alma en doce pedazos, luego me sudan otra vez los ojos y respiro con dificultad.

El pecado se hace impenetrable, dejo escapar a la niña de catorce años, porque era hermosa y yo negro, la dejé marchar y cojeando se fue, a donde los animales se unen con los hombres, saliste y me miraste, esbozando una terrible sonrisa apuntaste tu dedo sobre mí. Eres tan humano y no lo sabes dijiste, eres tan gusano y no lo sabes, eres un hombre negro por fin, móntate sobre mí, móntate sobre mí y mátame antes que mueras tú.



Por todas las canciones de Nacho, que cada vez me hace sentir más muerto y con eso, puedo vivir mejor.