Dos niñas muertas arrojan piedras a la tumba, y la tumba, de la cual nada se sabe, arroja flores a la monja.
Una monja muerta recoge huesos de la madre, y la madre, de la cual nada se sabe, arroja rosas a la puta.
La puta muerta recoge hombres de la cama, y la cama, de la cual nada se sabe, arroja sobres a los niños...
Hoy ha nacido un perro, y este sabe lo que el hueso ha perdido, es más, sabe que el niño duerme sobre la monja puta mientras come piedras de la tumba. Y la tumba, la cual nada callara escupe sangre por sus lados.
Hoy ha muerto un perro, y este sabe lo que la piel ha ganado, es más, sabe que la mujer nace de la puta virgen sobre la tumba de piedra, mientras nada ha callado, siente un falo rojo entre sus manos.
Todas, sobre mi cama de plata van chillando junto a las gaviotas que te comerán... Atraviesa hombre negro, tu mano izquierda en mi interior.
Dos niñas muertas arrojan piedras a la tumba, y de la tumba arrojan niñas a los hombres.
Ha nacido otra monja, mientras la mujer acomoda sus huesos, y acomoda el falo de sus manos en mi boca...
Dedicado al niño muerto sobre la monja. Inspirado en la tumba del muerto mayor, aquel que a la pesadilla llama.
Una monja muerta recoge huesos de la madre, y la madre, de la cual nada se sabe, arroja rosas a la puta.
La puta muerta recoge hombres de la cama, y la cama, de la cual nada se sabe, arroja sobres a los niños...
Hoy ha nacido un perro, y este sabe lo que el hueso ha perdido, es más, sabe que el niño duerme sobre la monja puta mientras come piedras de la tumba. Y la tumba, la cual nada callara escupe sangre por sus lados.
Hoy ha muerto un perro, y este sabe lo que la piel ha ganado, es más, sabe que la mujer nace de la puta virgen sobre la tumba de piedra, mientras nada ha callado, siente un falo rojo entre sus manos.
Todas, sobre mi cama de plata van chillando junto a las gaviotas que te comerán... Atraviesa hombre negro, tu mano izquierda en mi interior.
Dos niñas muertas arrojan piedras a la tumba, y de la tumba arrojan niñas a los hombres.
Ha nacido otra monja, mientras la mujer acomoda sus huesos, y acomoda el falo de sus manos en mi boca...
Dedicado al niño muerto sobre la monja. Inspirado en la tumba del muerto mayor, aquel que a la pesadilla llama.
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