lunes, 31 de marzo de 2014

Las damas eternas / Cortos



Y si quiero morir es porque ya bebí demasiado.




Relato corto.

Me masturbo muchas veces al día, tantas veces, imaginando tu culo rebotando entre mis piernas, o tu boca abierta, callada entre mis piernas. Sí, es un gesto inútil, sólo soy un hombre, un solo hombre. Me gusta despertar con las manos adormecidas, me recuerdan que todavía estoy vivo, me gusta sentir que todavía estoy vivo. Así como me gusta el café frío, así como me gustan los besos de tu boca, así como me gusta gastar el dinero que no he ganado. Me gusta.

Hoy no me he masturbado, quizá por esa razón estoy un poco sentimental, recuerdo la época de colegio, los culos de mis compañeras, sus faldas cortas, sus piernas jóvenes, recuerdo esa época hermosa, cuando una sala de química me regaló las tetas de una tal Carla, o el baño del cuarto piso que acumulaba mis orgasmos inevitables. Hoy no me he masturbado, quizá por esa razón me he puesto un poco sentimental. Desperté temprano, no tenía las manos dormidas, salí a correr, preparé jugo de naranja, caminé hasta el instituto, luego de las clases me dirigí al trabajo de medio tiempo, me enamoré como me enamoro cada día del culo de mi jefa, me sonríe, voy al baño en el break, intento masturbarme y no puedo, Luis toca la puerta y me quita la aspiración, el culo de mi jefa tendrá que esperar. Me masturbo muchas veces al día, tantas veces, pero con las clases, el trabajo, el regreso a casa, ¡mierda!, esto de la sociedad es muy duro.



Las damas eternas

Las damas eternas
no vuelven
no se van
están en la habitación de la memoria
cuando tocar mi falo es una explosión feliz
o cuando un saludo cordial es un beso inútil.

Las damas eternas
no regresan
no saben marcharse
muertas viven dentro de la memoria
lloran o ríen
para luego entretenerse con mi falo

haciendo de todo eso
un acto inútil que se repite.




El futuro vuelve

La vida es un cuento que dios cuenta...
 ¡Carajo!, qué mal lo está contado.



Mañana.

Mujer de las tetas pequeñas
cuando vuelves
así
con tus tetas pequeñas
haces gigante
este mar entre mis piernas
y no explota
como quiero yo
y no explota
como quiero yo...



Cortos


I

Mujeres,
como verbos sus carnes
dentro de esa piel abominable
mi boca aspira
como rayas de coca
cada sombra
cada espacio
de todo ese tumulto asqueroso
que son sus sexos
-donde su verbo calla
mi boca.


II

Vivir
qué peste interminable
-que se acaba
así como este pedazo de carne
entre tus manos
cuando besas mi rostro
y tomas mis mejillas
haciendo ese coro con ecos
de tu voz herida.


III

Los huesos
con los años se alejan de la carne
y duelen
duelen hasta el útero de esa madre
de esa madre de donde vine.
La piel
con los años se abrazan entre ellas
y arrugan
arrugan hasta el último instante de mi memoria.

Todo eso es triste
pero más triste es saber que no sólo yo
me estoy apagando.

 

El gato bajo la mesa.

Hermoso animal
herido entre su sangre
entre sus moscas
y ese mal aliento

trémulo aire sobre sus plumas
con los ojos inexistentes
con su lengua entre sus dientes
porque la carne al sol se evapora
lo he visto
en ese gato
hermoso animal
bajo la mesa muerta
lo he visto.


You.

En cada mano
¡una calavera!
en cada mano
pero qué hermosas manos
y qué pequeñas tetas
que se escapan del escote
del sujetador quieto

en cada mano
una calavera
cuando acaricia mi sombra
mi espacio se esfuma
desde mi boca
hasta su lengua.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Leopoldo María Panero



 "La literatura es una enfermedad mental, y el tabaquismo lo mismo"
L.M.P.



Imagen de http://www.madridya.es/noticias/


Y dijo:

"Viejo es poco, me creo Matusalén".

Y luego se presentó ante todos diciendo:

"Aquí estoy yo Leopoldo María Panero, hijo de padre borracho y hermano de un suicida, perseguido por los pájaros y los recuerdos que me acechan cada mañana escondidos en matorrales, gritando porque termine la memoria y el recuerdo se vuelva azul y gima, rezando a la nada por temor".


El último poeta maldito.


Imagen de http://revistadeletras.net/

Vejez

Estoy marchito y acaricio mis heces como si
    fuera un revólver
Oh disparo en la sien que haga nada del hombre
Oh sinfonía de disparos
Para que nazca
Mudo
El hombre.
Equiparándose a la nada
Y equiparándose al viento
Oh poema que cuelgas de mis piernas
Oh falo barrido por el viento.



-Sin título.

Rezo a la nada envuelto
en la nada cruel de la deshonra
y de la flor de la carne, del descenso
cruel de la Merkaba
-facile est descensus ad inferos-
fácil la muerte y difícil la vida.

(63) Pág.



-Sin título.

Oh hipócrita lector, que hay en mí que en ti
no haya, cuál de los dos es más canalla
que oscuro perfil en el marfil se cincela
para acabar de una vez con el hombre:
después de muerto Dios, muerto está el hombre.

(75) Pág.

De 'Erección del labio sobre la página'.


El último hombre.

Imagen de http://gorkadeduo.blogspot.com/


Antes de marcharse a dormir...

"Dicen que el manicomio es un lugar donde se pierde la razón o donde ayudan a perderla unos cuantos hombres".



Hay pocos hombres que no mueren al morir, porque su ser, jamás aprendió a marcharse. ¡Larga vida al dios Leopoldo! Que se quede algunas vidas más entre nosotros para hacernos disfrutar de todo eso que logra con su tacto. Gracias Leopoldo, por seguir viviendo, gracias.



Imagen de http://www.buscamusica.es/