martes, 22 de diciembre de 2009

Veintidós (Instante nueve)


En besos de hachís y de vino, en besos robados, regalados, mendigados; en todos esos besos, siempre encontré tus labios
.

Yo la vi, desde lo alto de la enredadera cuando era yo un pájaro, atrapado de muerte. Rompí mis alas y también agoté mis fuerzas, aún así la vi. Ella respiraba el humo de la noche y la noche le enredó de muerte. Ajusté mis plumas como para no volar jamás y, expirando mi último suspiro le quité aquellas garras nocturnas, cayendo luego a sus pies, totalmente desahuciado, ¡agónico!
Ahora pues, me vio ella desde lo alto de la oscuridad cuando era yo un pájaro. Rompió su temor y en sus manos me tomó regalándome suaves caricias, como en el cielo las nubes rascan la panza de dios, así me tomó. En sus ojos de miel quemada me reconocí y, recordé cuan frágil era mi vida fuera de ella, alejada de ese tinto corazón de algodón dulce.

Es martes, y los martes pesan por su tristeza, ya no soy un pájaro, pero aún estoy entre sus manos, entre sus dos manos de frágil oro celeste. Volando como en el cielo vuelan aquellos gorriones blancos que a la forma escapan, volando como gaviotas entre sus dos pechos de algodón dulce y su boca. Es martes, y los martes pesan por su nostalgia, ya no tengo plumas, pero aún tengo su piel de seda que cubre mi existencia, esa piel, que a la vez se queda también con mis caricias.

Yo la vi, desde lo alto de la enredadera, cuando era yo, aún un pájaro.


A Cambalache, for sentimental reasons.

2 comentarios:

  1. Libre que te quiero libre.... tan mortales desnudandonos para volar!

    Hoy llego de donde no vengo... Leerte es como el olor de majestuosa muerte. Ufff Sr Hijo del Tejado... seran los tacones (y demases..) que me alzan para verte.

    Pienso en sacarme las espinas.... porque guardo un aguijon. Ya.. no digo, porque digo... dos mas :)

    ResponderEliminar
  2. Arya, muerto que me quiere muerto...

    Hoy despierto la resaca, y encuentro tres detalles suyos, gracias por leerme, y es que más, ya no se podría pedir...

    Y le escribiré, que si son los tacones los que molestan, se los quitaré, como es vestido de la noche. Y si de dos más se trata, mejor pidamos dos botellas. Y punto.

    ResponderEliminar