miércoles, 23 de abril de 2025

Los momentos azules



"Con un trapito azul
y una botella azul
y gasolina azul
y con un mechero azul
ya tengo un cóctel molotov, azul". 

Albert Pla Bomba



Don't Take Your Love From Me
de Coleman Hawkins.
Se oye en el ambiente oscuro del vino.


Un ángel azul.

Como una mujer muerta
mientras chupo algo agrio
tu cuerpo despide mal olor
a un lado queda solo el acto poético
y al otro únicamente baba.


El gato azul.

Despiertas
de tu letargo
pájaro eterno de la noche
estirando tus patas únicas
tu perfecto cuerpo
abres los ojos que espanta
a la oscuridad espanta
       tan amarillos
y ya dentro de cualquier lugar
de donde eres el único dueño
saltas a mi cama
y con tu ronroneo quieto
me pides un poco de comida.



La caricia azul.

Lenta caricia del diablo
rozando mis espacios
tan vacíos. 

Lenta caricia
de ese ser de la oscuridad
en mis recintos quietos
tan sublime.

Oh, Señor de las tinieblas.
¿Quién soy yo para negarme?
a tus delirios
a la locura
¡a la gran ramera verde!
dime
¿quién soy yo para hacerlo?

Me levantas entre tus brazos
abrigando la pesadilla
cuando el húmero tiene frío
y de dios está lejos
y del mundo. 

Dame tus regalos
gran Señor del pecado
vanidoso como el brillo del sol
y el  más hermoso
déjame tus ofrendas
eternas como tu casa
tan larga
de tanto tiempo
larga.

Oh, amo de la ciencia y la verdad única
léeme los libros del hombre
junto a tus libros
y enséñame a rezar nuevamente
para no caer en el amor
o en la esperanza.

Lenta caricia del diablo
en mi alma pequeñita
mientras mi sangre susurra algo
siento como si me cargara alguien.

Oh, buen Señor
deja por favor
mi corona, tus espinas 
y todo eso
 que has guardado para mí.



A mi hermano azul cuadriculado. 

Qué te puedo decir
yo también te quiero
discúlpame
por esta pena tan larga
yo también me duelo
      te juro que yo también me duelo.


Los espacios azules.

Dentro de tu corpiño
aprendí dos cosas
que la sombra duele
y que la noche es azul.

Cuando ya no te miro
tú cierras los ojos
en ese momento donde mi lengua
tiembla en tus pezones
entretanto susurras algo
para ti
muy adentro de la nada
durante ese temblor que mi cuerpo
logra
cuando el tuyo se estremece.

Y mis índices
frágiles al tacto
de tus rodillas malvadas
acarician tus espasmos
con ese frío matutino
que disfrutamos abrazados.


La tumba azul. 

Cerramos tus alas
en ese cajón lleno
de tanta tristeza lleno
ahí
tus alas acomodamos
blancas como nubes
y cruzamos tus brazos
sobre tu pecho y tus plumas
elegante
tan pulcra
y con una frazada de tierra
cubrimos tu última sombra
para que te pudras
y los gusanos terminen de acabar contigo
y tus restos hablen como mariposas con la soledad
      del vacío
           de la hondura
      de tu largo apagón
sí, de todo eso que los vivos no comprendemos.

                   Mira qué bonitas están tus flores aquí afuera
           cuando te visitamos de vez en cuando.


Tu sujetador azul. 

Abriste tu blusa como una guerrera
con una cara de puta
tan sublime
y mi figura era una espada rota
que justificaba su poco brillo
frente a ti
tu sujetador era hermoso
suave
bordado con hilos de un fino azul muy llamativo
y la tela también azul
por partes transparente
hacían de todo ese momento
algo mágico
mientras yo intentaba aferrarme a tus tetas
tú no soltabas mi boca
lo que duró ese ascensor en bajar
del piso 17
al primero
en tu edificio.


Interiores azules.

He muerto tantas veces
sobre tu cuerpo dorado
derrotado
como un dios soberbio
tantas veces
mientras agitada bajo mi cuerpo inerte
susurrabas que me querías
después me rendía a un lado de la cama
con tus interiores azules
flotando sobre las sábanas.

Besé tus rodillas
porque mi sombra se escondía en ese lugar
me gustabas tanto
mujer dorada por el sol
frágil y delgada
como una espiga a media luz
fina como un hilo de oro. 

He muerto tantas veces
para quedarme dormido sobre tus pechos
como tu Cristo santo
espiga de oro tostada por el sol
mientras tus interiores azules flotan sobre la cama.


Los azulejos en las paredes. 

Despierta
abre los ojos
de tu perfume
de tu aquí me arrimo
cuando me emborracho
pero no estás borracha
y hueles rico
hay jazmines aquí
hay jazmines allá
y una flor
en tu montaña
                       con olor a jazmín.


      Diagonales
   esquinas rotas
           perfume que sale caro
en la pared.


Despierta 
abre los ojos
de tu perfume
cuando me abrazas
entre los azulejos de tu cuarto de baño
y mi esperma.


Los días azules.

Mis dedos llorando sangre
tus bragas usadas sobre mi cama
tú ya te has ido
botellas de cerveza vacías a un lado
tu biblia en el suelo
las seis de la tarde en el calendario,
hay bruma en el ambiente
humo maloliente
mucha soledad
y eso que me dejaste. 

Mi corazón es una lágrima
el retrete no funciona
entonces decido salir a la calle.

Compro en la bodega de siempre una cerveza
intento pensar en otra cosa que no seas tú
extraño tus rodillas
los noviembres en el reloj
tus pómulos
y los junios
       y tus manos
y los septiembres
       y tus pies
incluso tu diciembre largo
todo en el reloj.

Me siento en la banca de un parque
intento acabar mi botella de cerveza
un pajarillo se para cerca de mí
no tengo nada para darle
me mira
y se acerca 
y se aleja
como esperando algo
pero no tengo nada para tirarle
así que decide irse a un lugar mejor.

Acabo mi cerveza
voy a la bodega por más
mi corazón es un puñado de lágrimas
cuando me acuerdo de ti 
de la piel en tus mejillas
de su alegre rubor
de tus suaves codos
y así
hasta que abro nuevamente 
la biblia
una vez en la habitación
leo pero no leo
busco pero no encuentro
mierda
empiezo otra cerveza más
pero no te vas de mis adentros
miro por la ventana
un poco se ha limpiado el cielo
hay un azul pequeñito
me gusta
imagino el cielo de Huaraz
y a tu prima hermana comiéndomela
mientras tú te duchabas en el cuarto de baño.

Una cerveza más recién abierta
fría como el corazón de un lagarto
la bebo
enciendo la TV
intento poner algo de música
el disco Big Time de Tom Waits queda
suena Falling Down mientras veo las letras amarillas en el disco.
Termino mi cerveza
abro otra
las seis de la tarde en el reloj
hay un poco de gris en el cielo
ya no se visualiza nada de su azul
la ciudad siempre apestó de esta manera
apago todo
cojo otra cerveza y salgo a la calle
un perro con su dueño me huele los pies
mientras intento pasar de ellos
una muchacha delgada y no tan alta, 
con un largo y ajustado vestido verde de tirantes finos me adelanta
lleva un escote gigante en la espalda
es tan delgada y su espina muy fina
sus hombros delicados parecen un paisaje bajo la lluvia
dobla la esquina
yo sigo de frente
qué hermoso culo, pienso
acabo la botella y enciendo el porro que armé en la mañana
fumo un rato
sacudo la cabeza
voy a la bodega
compro un six-pack de cerveza y regreso al parque de antes
me siento en una banca
bajo una débil sombra de árboles
para unos rayos de sol que ya se esfumaron
siento que el aire es bonito
mientras surca por mi cara
tan cálido
y que tu corazón azul
tan frío
también es bonito,
cuando tú
me dejas
cuando tú
ya te has ido.


Cielo azul tomado.

Abril
viernes o jueves
no lo sé
4 de la tarde
o de la madrugada
tampoco lo sé
solo en una habitación
atado
la locura es así
nadie te quiere suelto
marzo
lunes
tal vez.

Abro el recuerdo de mi pesadilla
fumo algo marrón
enciendo el papel de plata
una pipa extraña
los pechos de una morena hermosa
en mi cara
mis rodillas acariciando el parqué
mientras ese collar en mi cuello
mientras ese collar en mi cuello...

De huesos y saliva solo está hecha la vida
mientras tu collar largo de piernas morenas
en mi cuello.

Marzo
jueves o viernes
no lo sé
4 de la madrugada
o de la tarde
tampoco lo sé
atado
solo en una habitación
la locura suele ser así
todos te quieren quieto
lunes
abril
tal vez.

Cierro los ojos una vez más
luego del pinchazo
y la tela torpe de mi cuerpo
sufre
cuando eso entra en mi vena
algo en mí se apaga
hay trucos en mi sangre
y un rubor pálido que vuelve todo lento
ahí dentro.
Me apago
y una ves más
cierro los ojos.

No sé qué semana es
ni qué día
alguien distinto viene a verme cada cierto tiempo.
¿Serán las 4 de la tarde?
Le pregunto
pero me mira
con una estúpida superioridad
y se queda callado.
¿Será martes, 
o quizá es lunes?
Vuelvo a balbucear
pero él se limita a mirarme desde arriba
como un dios que reconozco inmediatamente
con ese eterno silencio
y su estúpida superioridad
coloca algo en mi sangre
ajusta las correas contra las barras en esta cama
y se marcha
así es la locura
todos te temen.

Miro por las persianas tímidamente abiertas de la ventana 
y el cielo me deja ver
un poco de su azul
tan pequeñito...

         Sí... 
         Todavía es de día. Me digo.

       Y en mi cabeza,
cierro la nevera con tus cervezas frías.


Los dedos azules. 

Mis dedos nadando en tu sexo
húmedo como tu voz
con tu lengua mojada
húmedos, como tu voz.

Me meto en tu rincón
mientras me besas
y es que te pones como loquita
doblando las piernas
jalándome los cabellos
ya con tu cólera
de haber acabado así pues
tan rápido
y luego te reías
encima de mí
tan bonito
¿te acuerdas?
de mis dedos azules
en ese lugarcito entre tus piernas. 

Luego fumábamos tu cigarrito raro
tan rico
escuchando a Nick Cave
Do you love me? sonaba
Like I love you?
mierda
qué bonito.


Los ojos azules.

Las amapolas despertaban
con el dolor de tus ojos,
dos sombras para la noche
una caricia rota bajo tu falda
y la soledad cercana
a una tumba
o dos. 

Me decías
desnuda sobre tu cama
que los ángeles no saben morir
saben de colores
de miradas
pero no de acabar. 

Soy una sombra
sobre tu tumba quieta
arrogancia matutina
aroma a jazmines
de tus ojos azules.


Tu vestido azul.

He bailado contigo
y con tu vestido
qué rico te ajustaba
esa cintura
mi amor
y tus caderitas
tan delicaditas
carajo
qué rico se apretaban
en tu vestido.

Y nos casamos
y nos divorciamos
y ahora ya no nos queremos
qué ironía.

Y qué rico era tu vestido
cuando estaba vacío
y cuando llegabas de tu trabajo
ayayay
más rico todavía
luego de ponértelo
tu sombra azul
tus piernas abiertas
tu lengua muda
entre tus piernas tu lengua muda
cansada de mojarme
se hacían cataratas.

Te amo
siempre te he amado
aunque solo te haya lastimado, 
y cuando estoy a punto de pedirte disculpas...

Pienso que es algo real
pero no
he despertado
solo ha sido otra pesadilla
mierda
cómo me dueles. 

Abro los ojos y recuerdo el perfume de tu cuello
en tu vestido azul
mientras bailabas para mí
dándome la espalda
sin brasieres
sin calzones
solamente con tu vestido
señorita bonita
a veces  ya no me dueles
pero sí
cuando bailas para mí
en mi recuerdo
I'm confessin de Peggy Lee
y justito después
Love Is Here To Stay
de Blossom Dearie
te movías maravillosamente
y se me ponía tan dura
que luego hacíamos el amor
como dos gatitos
en la noche
durante toda la noche
fumando María
fumando María.

        Sí
fumando 
        María


Los carnavales azules. 

Ya no nos juntamos en carnavales
ni en los recuerdos de la memoria
con nuestros globos de colores
siempre elegías los azules
cuando éramos niños
y jugábamos
de tanto jugar
así nos dimos nuestros primeros besos
a escondidas
abajo de un camión grande
allá en tu cocina
o en mi azotea.
Pero crecimos
nos hicimos novios
te rompí
no tanto como quería
y me dejaste
para extrañarte
cuando sueño
que te pones
ese vestido de flores que no dejaba que tus globos azules
te mojen.

Ya no cubro mis heridas
la vergüenza es para los que lloran
los que sabemos dolernos
de tanto curarnos
nos hemos curtido
que solo le hemos agarrado miedo al agua
por eso ya ni con los ojos
nos mojamos.

Algo diferente
hay en ti hoy
me digo
y despierto. 


Relato azul.

Pastillas
el ruido de las pulseras en tus muñecas
el lunar con forma de corazón cerca de tu pecho izquierdo
el olor a jazmines por la tarde
el reloj quieto
la pesadilla
la toalla húmeda
tu pelo mojado
la misma pesadilla
más pastillas
más ruido de las pulseras en tus muñecas
tus pendientes dorados sobre la mesa de noche
restos de migas de pan en un plato
restos de quesos y jamones en otro
un libro de Cortázar con su marcapáginas hecho por ti
tu piel perfecta en las mejillas
mis índices acariciando tu espalda
Tchaikovski
El lago de los cisnes trepando por tu cintura
más pastillas. 

Me gustan tus dedos sobre mi espalda, 
me dices sin mirarme
recostada boca abajo sobre la blanca cama
mientras suena la música que disfrutas
desnuda
tan blanca. 
Me gustan tus dedos acariciando mi espalda,
vuelves a decir sin mirarme
con los ojos cerrados
respirando muy lento sobre tu almohada 
tu pelo parece un acordeón claro
y esas pecas en tu espalda
todas esas pecas en tu espalda
tan diminutas
tan soberbias
logran un universo infinito justo ahí
que recorro lentamente con mis dedos.
Me gusta cuando tocas mi espalda con los dedos
aún sin mirarme
dices otra vez
bajo una suave melodía
te siento hasta en mis rodillas cuando haces eso
y es bonito... Y callas.

Servimos dos copas de vino tinto después de un rato
sentados al borde de la cama
tú aún desnuda
con tu pelo cubriendo el universo pequeño de tu espalda
hermosamente ondulado
y tan claro
bebemos los dos
sentados todavía al borde de la cama
comes un poco de queso
comes un poco de jamón
y bebes vino nuevamente
en ese momento me miras
tu rostro es tan cálido
tus ojos marrones tan claros
y tus mejillas tersas simplemente divinas.
Me encantas, dices
me encantas como no tienes idea,
haces que me vuelva loca.
Salucita, ladras despacito
y acercas tu copa a la mía
yo choco levemente mi copa con la tuya y bebemos casi todo
luego las dejamos junto a tus pendientes, casi vacías
y tan desnuda y de pie
te acercas a mí
tus rodillas entran entre mis piernas
tu pechos hermosos rozan mi barba
mi rostro
con los ojos cerrados acaricio mi alma en ti
siento los latidos de tu corazón
tu respiración tan sublime
y tu piel tan suave
mientras tus manos en mi cabello
y tus brazos rodeando mi cuello
hacen de mí un muerto feliz.

Me gustan tus besos
dices mientras me abrazas
¿yo también te gusto verdad?
preguntas
¿disfrutas como yo de todo esto,
cierto?

Yo levanto la mirada
y mis ojos tristes miran los tuyos
como no tienes idea mi amor...
Te digo
y me besas
y volvemos a amarnos
sobre tu blanca cama. 

El reloj quieto
los pendientes sobre la mesa de noche
las copas con tonos morados
los platos vacíos
la botella de vino vacía
tú dormida a un lado de la cama
apago la música
la luz
me acuesto a tu lado
y a la mañana
despertamos abrazados.

Y más pastillas.


Uñas azules.

He visto la orilla
acariciando tus arenas doradas
iluminando al sol desde abajo
como suplicándote
pero no.

He tocado los espacios en tu sombra
esperando el relámpago
de tus ojeras cansadas
como queriéndote
pero no.

He comido de tus carnes
mientras el fuego se acomoda en tu pelo
como un rayo de luz
dividiendo en dos
cráneo y dentadura
como saboreándote
pero no.

He caído
a las profundidades del abismo
donde otro abismo se abre
allá en el fondo
con los ojos abiertos
esperando verte
como despierta en la noche
pero no.

Araña mi espalda mujer,
con tus uñas azules.

He visto la orilla
he tocado los espacios en tu sombra
he comido de tus carnes
he caído en la multitud
         araña mi espalda con tus uñas mujer
     azules.


Las puertas azules.

Como un cántaro cuando se rompe
así mi corazón se divide
en varios fragmentos
algunos pequeñitos
otros no
y mi luz ahí adentro
roja como tu voz
como la voz de dios
brota
y logra una flor
algo marchita
pero todavía una flor
ahí adentro
donde antes había algo.  

He cerrado mis puertas
para quedarme solo en esta habitación
las pintaste de azul desde afuera
para que nadie intente entrar
y colocaste una cerradura
también azul
para que tampoco pueda salir. 

Como una piedra cuando se rompe
así mi corazón se fractura
en muchos pedazos
entre pequeños y no
y esa luz roja que antes era una hermosa flor
con sus hojas largas y sus espinas largas
ahora es una herida enferma
con tus lágrimas 
con tu esperma
con todo eso
que me ofreciste.


Azul.

El sol alumbra la mañana
los pajarillos cantan
hay nubes adornadas con cocaína
hoy tengo ganas de morir otra vez.


Un perfume para tu cuello
mi gato dormido en el sofá
una taza de café
galletitas de vainilla
y tus brazos rodeando mi cuello.
Nada más.


La muerte azul. 

En el corazón de la pesadilla hay una flor azul
que recogí con dulzura
mientras la muerte se tocaba para mí
con su larga falda levantada
y con las piernas abiertas
hermosamente
manoseándose para mí.

Yo dejo la flor azul
entre los muslos de esa dama oscura
donde mi semen dibuja
un río blanco
y pequeñito
para su placer único
y nauseabundo.

Quiero corregir mi torpeza
entre tus piernas mi torpeza corregir
pero el ginebra hace de mí
un ser más torpe todavía
hay excremento en los parques
pasto seco y amarillo
árboles sin hojas.
¿Qué más puedo pedir?
la soledad es así
todo se derrumba
adentro muy adentro
donde ya nada sucede. 

En el corazón de esa muchacha
solo hay odio contra mí
y está bien
de verdad que está bien. 

Voy a decirle a la dama de la noche
que se detenga
que cierre las piernas
esconda sus tetas
y se marche de mi habitación
pero su largo pelo negro puede más
huele a cementerios
hermosos cementerios
a flores muertas
a magníficas flores muertas
carajo
dime que te has ido
llevándote tu odio contigo
muchacha.


Hace no mucho tiempo
eras feliz
tenía mucho dinero.

Carne de caballo
ojeras en la tarde
cabello mojado
azulejos
espantapájaros
soledades interminables
inyecciones pa' la salud
frío
muchas sustancias
un retazo de pan
ofrendas al dios de la misericordia
y mi semen en tu boca.

Sí...

Me gusta cuando la muerte se toca para mí.


Caricia divina de color azul. 

Oh, lenta lencería del diablo
azul
tan pequeñita
azul
tan puro
azul
como tu sangre.

Oh,
tela frágil que corrompe el alma
y a la luz.

Oh, hermosa lencería del diablo
cuando te derrumbas delante de mí
muchacha de los ojos marrones
de los lindos ojos marrones
con tus interiores azules

tropezando de cocaína.


El acantilado azul.

Toma el camino largo a casa
cruza por atrás del almacén de los viejos camiones oxidados 
salta sobre ellos como lo hizo Sofía antes de morir
hace dos años.
Hay mariposas sobrevolando sobre la mierda
un gurú que adivina el pasado
parece un dios
a veces un fantasma
porque desaparece cuando quiere
pero solo es un viejo gurú.
Toma algo de dinero
intenta hacerlo crecer
respira despacio
abre el envase de café sobre el cuerpo de tu gato
recoge los papeles del suelo
chilla un poco
y pon algo de música.
Lava los pantalones de trabajo
cuelga tus blusas blancas
no sé si es algo en mí
o en ti
cuando te sueño
siempre brota algo de sangre en esta escena
agranda la pantalla
mira a tu fantasma
a tu dios
a tu viejo gurú
y saca el brazo por la ventana para ver si está lloviendo
apuesto a que él no supo que pasaría. 


Dime si esto es real
mientras camino sobre el filo del acantilado
él también me mira
sabe de mis profundidades
y me invita a caer
yo me limito a sonreír
a dejar todo eso que has preparado para mí
sobre la mesa
y vuelvo a preguntar
dime
¿esto es real?
abres tus heridas
me las enseñas como si mostraras un cuarzo blanco
te siento feliz
algo emocionada
mi corazón late rápidamente
como el tuyo en este momento
me miras después de unos segundos y dices
es real.

Y juntos caemos en el acantilado. 


El escarabajo azul.

Quiero ver
tu cintura abrigada
con mis palmas
mientras el humo de ese raro cigarro flota
sobre tu cuerpo dorado
muchachita hermosa
y la poca luz
de mi garganta
se agota en ese rincón tuyo
donde tu baba
es una flor
blanca como mi alma.

Dame dos toques
y abriga mis dedos
con los tuyos
muchachita de los ojos azules
mientras torpemente me detengo
en tu ombligo
e intento
dibujar ahí un río
con sus montañas
en tus alturas
hermosa muchachita de los ojos como el cielo. 

Me gustaría quitarte el escarabajo que tienes en el pelo
te digo
cuando cierras los ojos entre gritos desesperados
con miedo y risa
pidiendo que lo haga rápido
y luego ver  tus lágrimas caer.

Y el miedo
cede a la risa
cuando me abrazas
mientras ese escarabajo se escapa por abajo de la puerta.


El reloj azul.

Subimos al ascensor 
con algunas compras para la cena
tú tenías un reloj clásico muy bonito
que fue de tu padre
con una fina correa de cuero azul
en tu delicada muñeca
francesa hermosa.

Me gusta tu reloj
te dije
con las bolsas en cada mano
tú me miraste
te paraste de cara a mí
te quitaste de la muñeca el reloj
y lo colocaste en la mía sin soltar mi antebrazo
mis brazos apuntaban hacia abajo
por las bolsas de las compras
y mientras tú hacías todo eso no dejabas de mirarme ni de tocarme
tus manos están frías, 
eso pasa cuando las personas son cálidas...
Te dije sin pensarlo, y me quedé callado.

No sé qué pasaba con el ascensor
pero demoró más de lo normal en arrancar
entonces te pusiste de puntillas y me besaste
de una manera muy sublime
fue tan lento y suave y húmedo lo que duró en mí tu aliento
que dejé de sentirme vivo lo que tardó en subir el ascensor
tú te giraste después de besarme esos largos segundos
entonces sonó la campanadita que avisaba la llegada directamente a tu piso
y cuando se abrió la puerta
Omar, tu novio, estaba esperándonos.
¡Por fin llegaron!
exclamó
justo puse a calentar el horno.

Luego me ayudó con las bolsas, 
y nos dimos un largo abrazo y un beso en la mejilla después de eso. Así nos saludábamos siempre.
Algunas bolsas las colocamos sobre la mesa del comedor
otras en la isla de la cocina 
yo puse las botellas de vino y las de cerveza que traje en la refri para que vayan helándose
todavía alucinado
mientras Omar ordenaba las cosas que trajimos para empezar a preparar lo que nos había prometido.

Ustedes no se preocupen por nada, habló muy alegre
motivado con su delantal de cocina a cuadros, 
un cuchillo en una mano y una tabla de picar en la otra.

Gorda
me dice con cariño
como siempre solía hacerlo
solo ábreme una cervecita bien fría, sírveme una copa por favor, préndeme ese cigarrito y ponele Play a la radio. Y MÁS NÁ. Él estaba muy contento.
Ustedes pueden empezar con el vino, 
hay una botella que ya está fría 
los papás de Josephine nos la enviaron hace un mes por fiestas. Me comenta. Yo obedezco las órdenes y empieza a sonar Police in Helicopter.

Yo me daré un baño rápido y me pondré algo cómodo dijo ella,
y se fue a su habitación
al rato salió con un hermoso vestido suelto hasta las rodillas de color azul oscuro 
con detalles de golondrinas blancas, era perfecto ese vestido en ella, pensaba,
mientras sonaba Stranger in Town
con el pelo húmedo y el rostro muy pálido
sus ojos entre azules y grises eran como la chispa adecuada
brillaban como dos lunas llenas.

Cuando ella se duchaba y vestía yo abrí el vino que enviaron sus padres, lo coloqué sobre la mesita de la sala frente a los sofás para que tome aire, con dos copas a un lado y piqueos variados al otro. Yo estaba conversando con Omar y bebiendo unas cervezas mientras él hacía su magia. Cuando Josephine llegó cambié de lugar y ya con ella nos sentamos cómodamente en los sofás. Voy a servir vino, dijo, y lo hizo, se veía tan hermosa haciendo ese gesto tan mínimo en ese vestido, carajo, qué tontería. Pensé. 
Dejaste respirando el vino, habló ella luego de servir, en Francia decimos aérer. Dijo con ese acento tan sublime. Muy bien pensado porque realmente es muy bueno este vino, es de un viñedo muy famoso en el Médoc, mis padres lo mandaron por fiestas. Comentó mientras brindábamos y tomábamos. Tenía razón, realmente estaba muy rico ese vino.

Omar estaba sumido en la cocina elaborando su sorpresa culinaria
mientras Josephine y yo conversábamos de cualquier cosa, pero se nos unía de rato en rato,
entre el aroma agradable a comida, la buena música de Omar y el humo de ese cigarrito extraño.
La cocina y la sala estaban separadas por la isla de la cocina, podíamos conversar los tres sin mayor problema.
Ella no me miraba como siempre a los ojos
yo tampoco intentaba hacerlo tanto
ninguno de los dos estaba incomodo para ser sincero
solamente que había algo
en nosotros
y nada más. 

Omar venía cada cierto tiempo para brindar, chocaba nuestras copas y mencionaba lo bien que iba su preparación, fumaba un poco, elegía otra canción, y se iba más alegre todavía.
La botella de vino ya había acabado y él iba por su cuarta cerveza
abriré otra, dijo ella mientras se levantaba e iba en dirección a la cocina,
está bien, en la refri puse las que traje, 
yo iré al baño que tengo que descontar un par de copas, mencioné como en broma al aire,
y me dirigí al cuarto de baño
cerré la puerta
moviéndome suavemente al ritmo de Satta Massagana
luego levanté la tapa y el asiento del váter 
miccioné y jalé la palanca
pasé un poco de papel por si salpicó un poco y lo tiré en el tacho
me paré frente al espejo
abrí el grifo del agua y lavé mis manos
sentía la cara como acalorada
el vino ya estaba en mis venas calentando mi alma
realmente el vino estaba muy bueno, pensaba
así que mojé mi rostro también
giré los ojos buscando una toalla de manos
todo estaba perfectamente ordenado y limpio
con demasiados accesorios femeninos y demás
veo el toallero de barra y quiero coger la toalla pequeña que estaba ahí
y cuando lo hago
unas prendas negras caen
era un sujetador y algo más
lo levanto tan pronto como puedo y lo coloco nuevamente en su lugar
me agacho otra vez para lo segundo y eran unas delicadas bragas negras muy suaves
iba a ponerlas junto al sujetador pero el diablo entró en mí
supongo que fue eso
porque una malicia breve se apoderó de mi ser
que luego se volvió un cosquilleo terrible en todo mi cuerpo
miro mi mano otra vez y... Sí.
¡Eran las bragas de Josephine!
Involuntariamente las acerqué hasta mi nariz, lentamente
olía maravillosamente a mujer
de una manera que no puedo explicar
todavía se podía sentir como una ligera y tibia humedad 
no sé cómo explicarlo
cerré los ojos
y me metí en el mundo imaginario de su último escondite
apreté sus bragas contra mi nariz y mi cara mientras el mundo
que para mí era gigante
se hizo pequeñito. 
Recordando, no sé por qué, ese beso en el ascensor.

En ese momento
la puerta se abre de golpe
era ella
yo quedé inmóvil
congelado
durante el Wanna Be Love de Buju B.
con sus bragas todavía en la cara 
bajé las manos muy rápido
mientras ella se disculpó.
¡Perdón!
exclamó, y muy rápido se dio media vuelta cerrando la puerta.

Yo dejé las bragas donde estaban,
miré mi reflejo en el espejo
estúpido como el más estúpido del mundo
volví a mojar mi cara
miré nuevamente el espejo
y solté una carcajada.
Solo rogaba que ella no se haya dado cuenta.
...Qué más da. Pensé. Y salí. Mierda.

En la sala ella ya había abierto otra botella
estaba sentada con las piernas cruzadas
como un ángel mientras espera a la luna
Omar seguía en la cocina cortando cosas
moviendo ollas,
todo eso.

¿Quieres que te sirva una copa más?
me preguntó Josephine mirándome directamente a los ojos
por favor, le respondí
y ella sirvió mi copa y luego la suya
me encanta cuando una mujer sirve las copas, menciono
se ven tan femeninas,
mientras ella se levanta y va al cuarto de baño
también me quiero lavar las manos y la cara, sentenció.
Mi cuerpo se estremeció un poco.

Lo que quedaba de la tarde transcurrió de lo más normal,  bebiendo, hablando, riendo y escuchando entre otros a: Burning SpearToots & the MaytalsSteel PulseAlpha Blondy, Alborosie, Clinton Fearon, Jimmy Cliff, The Abyssinians, The Congos, Bob Marley & The Wailers, John Holt, Gregoy Isaacs, Buju Banton y Laguna Pai.

La cena fue maravillosa, reímos y disfrutamos los tres muy a gusto de todo.
Omar se había lucido realmente, hizo un pernil al horno con una salsa agridulce riquísima, realmente lo hizo todo muy rico; verduras hervidas, arroz blanco con choclos y un pan casero único. Pero la salsa agridulce con el cerdo... ¡Dios! 
Para el final tomamos helado de lúcuma de postre, a ella le fascinaba el helado de lúcuma, así que pedimos uno artesanal en una tienda que ellos frecuentaban. Tenía buena mano, como siempre le decía
su sueño era tener un restaurante  propio en algún momento de su vida.
Bebió muchas cervezas mientras preparaba todo,
y nosotros casi cuatro botellas de vino conversando. 
Regresé al baño un par de veces más pero los interiores negros ya no estaban en su lugar,
y en cada vez mi cuerpo se estremeció un poquito.

Bueno chicos, dijo Omar mientras se ponía de pie
yo me disculpo pero estoy muerto, gordita
dijo acercándose a mí. Yo también me levanté
me abrazó muy fuerte. Night Nurse sonaba bien rico.
Voy a dormir, estoy realmente muerto, gracias por los vinos, las cervecitas, los cigarritos y por venir.
Gracias a ti, todo estuvo muy rico, le respondí
abrazándolo muy agradecido.
Ustedes acaben el vino, buenas noches amor, le dijo a Josephine, y se dieron un beso en los labios.
No levantes nada, ya mañana lo hacemos nosotros
tú eres el invitado. Y mientras decía eso
se fue a su habitación

¿Acabamos el vino? 
preguntó ella muy fresca y amable
claro
le dije.
Y cambió de música, eligió a Bill Evans y dejó correr la Playlist.
Por fin puedo poner otra cosa que no sea solo lo que Omar escucha, sentenció suspirando. Nada molesta. Haciendo un gesto con los labios hermoso. Estoy jodido. Me dije.

Por cierto, tengo que devolverte tu reloj. 
Hummm no.
Hoy no. Dijo ella de una manera muy coqueta y suave. Y en el fondo sonaba The Two Lonely People. Sentada con su lindo vestido en su sofá, con las piernas medio cruzadas, con los manos en su regazo, después de acomodarse un lado del cabello, bella, única.

Yo no podía dejar de mirar sus labios,
sus piernas
sus manos
ni su lindo vestido.
Toda ella era perfecta
mierda
espero estar disimulando bien
decía en mi mente. No puedo estar así.
Ella sirvió otra vez vino en las copas
y cogió la suya
Santé, dijo con su acento hermoso.
Y choqué mi copa con la de ella. Mirándonos a los ojos.
Estás hermosa, ese vestido realmente te queda muy bonito. Le digo.
Merci beaucoup. Dijo con un tono maravilloso y una mirada felina.

Conversamos un poco más sobre su infancia
mientras sonaba But Beautiful
sobre lo que le gustaba del Perú y lo que no
Like Someone in Love se oía en el fondo
de la soledad
Peace Piece inundaba las esquinas
y esas cosas
reímos un poco
reímos bastante
hasta acabar el vino
con Waltz for Debby alegrándonos otro poquito.

Tengo que irme pero no quiero dejar todo así
le dije
te ayudo un poco y me voy. 
No, de verdad no es necesario, dijo ella. 
Que no se te haga más tarde, para que regreses tranquilo a casa. 
Almost Blue de C. Baker nos despedía.

Me acompañó hasta el ascensor
y cuando nos despedimos me dio un beso muy, muy cerca de mis labios
se pegó lo más que pudo a mí y me abrazó fuertemente
yo sentí que puso algo en el bolsillo de mi pantalón
y se dio media vuelta sin mirarme más
para que no te olvides de este día, susurró mientras se cerraba la puerta de esa caja metálica.
Y empezó a bajar. 

Metí mi mano en el bolsillo y saqué lo que ella dejó
eran sus bragas...

Mierda. Dije. Y sonó la campanita que avisaba que llegué al primer piso. 
Las acerqué a mi nariz con la mano donde tenía aún el reloj de Josephine, y el mundo empezó a flotar como una golondrina en un vestido azul oscuro.


Tus braguitas azules.

Margaret
¿te acuerdas?
cuando me abriste tu puerta
llevabas un vestido blanco muy corto
que dejaba ver mágicamente tus espacios 
gracias a esa luz artificial en tu entrada
mierda 
qué vestido
tan blanquito
tan traslúcido
tan cortito
qué hermosa morena estabas
exactamente ajustada
perfectamente moldeada
por tus sastres
por las Afroditas
en tu traslúcido vestido blanco
me miraste impaciente con esos ojos medio árabes
con tus cejas y pestañas algo árabes
con tus lindas ojeras como desiertos árabes
tan calientito me miraste.

Te abracé
en tu perfume me abracé
tantos segundos
¿lo recuerdas?
cuando me aferré a tu cuello
me quedé ahí largos segundos
abrazado a tu perfume de Givenchy.

Yo me había demorado un poco
por ir a comprar un vino
uno español muy rico
tan aparentando ser mayor
como no sabiendo impresionar.

En tu cocina cortamos dos manzanas
mientras te daba de comer unos pedacitos
y tú también me dabas
con tu boca
de sabor a manzana
pedacitos de besos
tantos pedacitos de besos me dabas
con sabor a manzana
con tu lengua de manzana. ¡Dios mío!

¿Te acuerdas?
¿Qué pensaste cuando abriste tu puerta?
¿Te resultaba un poco atractivo?
¿Ya me querías un poquito?

En tu cocina cortamos también naranjas
igualmente dos
qué rico olían mis manos
me gustan tus manos, me decías
y ahora huelen rico, me decías
a muchas naranjas
y me besabas
a muchas manzanas
y me besabas
a muchas naranjas y manzanas
y nos reíamos
tú de nosotros
yo de esa exnovia mía
y nos reíamos otra vez.

Te conocí cuando ella me había roto el alma
por una Cocacolita
y un cafecito
aún lo recuerdo
y me reía.

La sangría que preparé esa noche para nosotros realmente te gustó.

La primera vez que nos vimos fue en el carro de mi mejor amigo
tú estabas con tu pareja de ese momento
yo solo con el corazón roto, atrás,
y en el asiento de copiloto una buena amiga tuya se carcajeaba
por las cosas que yo contaba
era la novia de ese gran amigo en común
todos en romances y entreverados
encima yo
todavía.

En ese primer instante
tus ojos me recordaron a una noviecita que tuve
hace tiempo
que también me dejó, por otro buen amigo
hace ya tanto tiempo.
Ahora ella vive en Buenos Aires
allá tiene un novio que me gustaría
para ti
porque dice que él sí sabe querer bien
no como yo
            no como yo.

Me acuerdo de tus besos agridulces
con sabor a naranjas y a manzanas
ay, cuando subimos tus escaleras
ay, qué culazo más hermoso
ay, dios mío.
¡AY, DIOS MÍO MÍO!
En tu vestido blanco
con tus braguitas azules
exactamente moldeada.

¡Ay, mi dios mío mío!
Ay tu vestido blanco.
Ay tus braguitas azules.
Cuando subías como una serpiente morena
moviendo las caderas
del otro lado para este lado
así de rico y moderna
paso a paso
con tus perfectos pies
escalón tras escalón
con tus insuperables piernas
íbamos hacia ese cielo
que era tu sofá 
en el living de tu casa
en ese segundo piso
ay dios mío que me muero.

Traje mis mejores películas, te digo
puedes elegir la que gustes.
Y te mostré unos DVD de Wong Kar-wai
uno de La Strada
otros de Wes Anderson
algunos de Léos Carax 
y cuando estaba por enseñarte otros más
tú agarraste de entre todos el DVD de W. A.
The Darjeeling Limited
a este actor creo que lo conozco
dijiste mientras tratabas de recordar mirando la foto
pon esta, sentenciaste.
Yo la verdad habría preferido Chungking Express
porque en ese momento yo estaba roto tan roto
como Owen Wilson ahí
que no me apetecía verla
no esa noche en particular
pero ya con el DVD entre tus manos
hice lo que me pediste
que a pesar de tu vestido traslúcido
y tus diminutas bragas
azules como tu cuerpo moreno
hermosa Margaret

       divinamente ajustada
     y un Amazonas
          y dos
       tus hermosas tetas

aguanté 
y acabamos toda la película con créditos incluidos
tú también soportaste, y... ¡No!
¡Ahora recuerdo bien!
Puse dos o tres discos antes
pero el reproductor de DVD no los leía muy bien
y las películas se paraban cada cierto tiempo
muchas veces
que tú renegabas
te hacías más bonita
de tanto renegar
para que yo te llene de piquitos
muchos
entonces ya a la mala
puse a Wes Anderson 
y para mi mala suerte
ese disco sí funcionó.

Por fin terminamos de verla
y tú ya no aguantabas
y yo ya no aguantaba
ninguno pudo resistir más
nos arrojamos hacia nosotros 
yo contra ti
tú contra mí
chocamos como dos estrellas gigantes
y fuimos explosión y ruido y jadeos y vacío y humedad y fuego y polvo y luz y noche y todo
                     y más,
algarabía de dos
amor sin amor
todo eso
cuando ya te han querido.
Qué mal follamos ese día
como casi siempre.

En ese sofá
abrí tus piernas como un libro
dios mío
qué hermoso poema de mar
y de cielo
y de sal
y de miedo
y de todo eso cuando tus muslos me abrazaban
dios mío qué miedo
dios mío qué rica sal
y qué bonito cielo
qué maravilloso mar, tu mar azul tan pequeño
te murmuraba
mientras te besaba ahí
y comía de ti
como si fuera un mango maduro 
ese rincón tuyo
así te comía
y desesperadamente
acabamos sobre tu cama
yo tan muerto
como en una tumba
tú tan tibia
como un sol moreno
estabas tan azul como ese dios que tanto adorabas
y yo tan desamparado
es solo un truco divertido, te decía
cuando te quitaba las bragas
y tú me besabas
sin tanto miedo
y  me besabas nuevamente.
¡Oh dios mío!
Que me muero.

Eso debía suceder...
Así lo mal planeé en mi cabeza.
Pero no
ni bien abriste tu puerta
me abalancé a ti como si fueras una gacela indefensa
esa noche yo era un tigre
herido
de tanto vino
y tu baba en mi boca
y mis manos en tus nalgas
y tu cuerpo apretándose contra el mío de una manera increíble
bajé y ya de rodillas levanté un poco tu falda y besé tu coño sobre la tela
tus vergüenzas
tu última sombra
ya sin la tela.
Tú te dejaste caer sobre la pared más cercana y un mueble de madera
cuando te giré rápidamente
y así levanté más tu vestido tan cortito desde atrás para ver todo eso...
Qué hermosas eran tus nalgas
qué hermoso culo tan moreno y majestuoso
hice a un lago tu tanguita de ese azul tan diminuto
y adoré tu último lugar con locura
dios mío qué caliente
dios mío qué pequeñitas
dios mío qué azul tan bonito
dios mío mientras tú rogabas
que siga
que siga
que por favor, 
siga.
Así me lo pedías.

Y subimos por tus escaleras
tambaleando muy juntos
risas y besos
éramos una guerra
de locura y besos
contra nosotros
desenfreno y besos
mierda
una torpe guerra fuimos
subiendo tus escaleras
tropezando con nuestras piernas
cuando tus fronteras se arañaban con las mías 
sin odio
y riendo
qué segundos más duraderos
de tu boca contra mi boca
de mi lengua contra tu lengua
y ya arriba en tu habitación
en tu cama te hice mía
sí que te hice mía
fuiste mi perra tres veces
hasta que lloraste de alegría
luego de habernos corrido
tantas veces
todas las veces
morena azul como la lenta nieve
que suavemente cae
sobre mi nariz. 

Eres muy hermosa. Te digo,
desnudos, acariciando tu espalda con mi nariz
mientras nos amamos
sin amarnos
todavía.

Eso debí hacer
y quedarme
todos tus días
todos los días
de domingo a domingo
abrazándonos sin olvidarnos de los lunes que odiábamos
y tus feriados
también los feriados.

Ay, Margaret de mi vida
ahora tienes un gato
y yo tantos dolores
y tus tetas
ya no son tan grandes
como mis penas.
Por eso me gusta tu gato
y a ti te gusta
mi lengua.

Volveré a poner a Wes Anderson esta noche para que veas.


Blue in Green.

Te quiero
azul y verde
verde y azul
niña de la espalda única
azul y verde te quiero
verde y azul
mientras tu dios está escondido
y tus rodillas suplican al suelo
así te quiero
niña de las piernas largas
como sombras largas
azul y verde te veo
verde y azul
te espero.

Te quiero
verde y azul
azul y verde
así te quiero
y ya dentro de todo este halo
de misterio y soledad
donde tus manos me tocan
hay un instante
azul y verde
en el cual te quiero más
niña de la mirada triste
como sombras largas
azules o verdes.

Te quiero
azul y verde
verde y azul
cuando desnuda sobre una cama
me hablas
entre tu azul y tu verde
entre tu verde y tu azul
así te siento
niña de las orejas frías
como azul en verde.

Te quiero
no sabes cuánto te quiero
hoy que me pintas de azul la cara
y yo de verde
niña blanca de las pecas morenas
verde y azul
son tus momentos
azul y verde
tus misterios...

       Niña
     hay algo aquí que me gusta
         eres tú callada bajo mi cuerpo
      o soy yo sordo 
 flotando sobre tu alma
   tan verde y tan azul
       tan azul
    y tan verde
así te quiero
     niña de los corazones de colores
   azul azul
         y verde verde.

viernes, 11 de abril de 2025

Los caminos eternos



"Ya no existía nada, la nada estaba ausente; en mi oscuridad, ni lumbre, ni unas manos celestes, ni vida, ni destino, ni misterio, ni muerte; pero seguía volando, desesperadamente".

Oliverio Girondo | Vuelo sin orillas




El último beso. 

Besa a tu niño
que tu niño está muriendo
inventa una canción 
donde tu niño no se encuentre enfermo
contempla sus ojos pequeñitos
toma sus manos pequeñitas
y bésalo.

En la Villa todos saben que tu hijo morirá
que será incinerado en el bosque
entre los árboles sin hojas
los llantos de algunas mujeres
y los fríos ojos de los hombres,
una pisca de bondad
no vas a encontrar
porque en lugares como este
hasta Buda ha sufrido
esconde el ombligo de tu niño
guárdalo en una cajita con cariño
para que recuerdes que alguna vez fue tuyo
y bésalo por última vez
mientras respira de tu aire tibio.

tal vez éramos buenos
quizá
en algún retazo de nuestras mentes
fuimos buenos
pero ahora no lo somos más,
soñamos con demonios
asesinamos cuando tenemos que hacerlo
comemos carne humana
si queremos
dios no se entromete por aquí
los demonios besan nuestras manos
y los gatos todos
todos
saben que la oscuridad es nuestra única compañera. 

Déjame ver a tu niño por última vez
mujer de los ojos azules
él es tan blanco...
Lleva mis ojos oscuros y malditos
lástima que no sobrevivirá hasta mañana,
haré una hoguera pequeñita
será tan rápido
verás que el fuego al final
es la única luz que nos abraza mejor que nuestras madres.

Besa a tu niño mujer
que será la última vez
luego ven aquí
arrodíllate
y haz eso que me gusta
porque hace un poco de frío
y quiero ver el final del túnel
de tu boca tibia.


Un juego sin gracia.

Aquí donde ya nadie dice nada
el mar está en calma,
y todos duermen en sus casas
todos
que de alguna manera están muriendo.

Hoy que el sol brilla sobre las olas
de este mar en calma
entierro los pies en la arena
tibia como tu cama
y mis ojos se cierran un momento
imaginando un cielo bajo tu pelo
azul como tu alma

la arena tibia calma un poco
mi dolor
mi sufrir
lo que tengo en lo más profundo de mi ser
mientras tú
juegas con el cielo azul de tu pelo.

Hoy
aquí
ya nadie dice nada
el mundo está en calma
los vientos pasan tranquilos
los gritos se han desvanecido
y todos duermen en sus casas
quizá dios ya esté muerto
o quizá sea yo
el que está muriendo.


He decidido dejarte.

Cuando vuelves
las noches son pesadillas que duelen tanto
y me destruyo
me destruyo torpemente.
Tus oraciones hacen de mis sombras gatos muertos
oraciones que desaparecen luego de ese maullido infernal
donde tu dama blanca gana
cada batalla contra ella
esa dama blanca
la gana.

Me adentro en tus hojas
antes de cortar esa raíz que nunca regaste
y violento me pongo
cada noche
que cierras los ojos y yo no estoy en ellos.

Mi prisión es la sombra pura de la inocencia.

Te marchaste cuando los hombres éramos malos
y regresaste
para caminar donde nadie lograba poemas todavía
hablo de duros poemas
de lugares monstruosos, nada modernos.

             Esta es la luna 
      y este soy yo
        muerto sobre tu cama.

Mira mis huesos
son nuevos
mira mi nariz
casi ya no está marchita
pero mi falo brilla
cierra la boca por favor
deja tus lirios sobre la mesa
luego cierra la puerta 
por favor
y márchate.


Cuando dormías conmigo, esas pocas veces.

Logré inventarte un pijama que tantas veces te quité
cuando con tu boca todavía
lograbas eso en mí

todo eso dentro de mí.

     ¡Una fiesta!

De un mar en movimiento.

Una botella de champaña o dos
como ese mar en movimiento.

Todo esto dentro de mí lograste

cuando con tu boca todavía
mezclabas amor y baba
donde mi voz ahora ya no termina.

Y la frágil tormenta que en mi corazón se acaba
escribe poemas y versos 
y construye puentes y ciudades y malecones y tal vez algo más
en una ciudad que se desmorona
cuando dormías conmigo, esas pocas veces.


Ruido tanto ruido.

Hay ruido en mi nariz
parece una fiesta
una loca fiesta de gitanos que pasan por la TV

mudo de canal
de piel
la cama que soporta las pesadillas contigo
es una dura nube con largas ideas,

hay tanto ruido en mi nariz
ruido como espuma de mar
como baba de caracoles
chocando en el acantilado.

Hay ruido
ruido de fiesta en mi nariz
sin luces
sin papel
porque el papel roba esa magia
del arcoíris con todos sus colores dentro

       y hacen una fiesta en mi nariz

     que dura
   lo que dura una pesadilla contigo.


Las tumbas eternas. 

Solo los muertos son eternos
durmiendo ese largo sueño
para siempre
allá donde los olvidados reclamamos
una caricia o dos. 

Ya no tengo miedo
de ese último beso
sé que la vida dura tan poco
y es pequeñita
como tus dedos
cuando te cargaba entre mis brazos
para que cumplas cinco años. 


Hallelujah.

Oh diosa maldita de las profundidades del abismo
carcomes la calavera
frágil esperpento de mi alma
de todas las almas. 

Alabada seas
dama aborrecida
negada
alabada seas
por todos los que alguna vez
hemos maldecido tu nombre.

Oh gloriosa luz donde todo arde
despacio
despacio hasta fundirlo todo
raíz y rama
pelo y dentadura.
AY, de la piel que te roza
ay, de mi piel. 

Oh mujer bendecida por la rabia y la sangre
de tus niños muertos
de sus madres tristes
con sus hombres erectos
alabada seas
antes del fin del mundo.


Cuando mi amor no te sirve.

Si dices que te hago daño es porque aprendí a querer de esta manera
si mencionas que mi forma de quererte te lastima 
es porque mi madre me acarició con sus colmillos y sus garras,
tan mal hago todo esto que ahora mientras te amo y te pienso dos putas están quitándome la ropa
una de ellas es tan blanca como las nubes en el mar
la otra es una trigueña tostada como las espaldas de dios
si dices que todo esto te duele
¿qué puedo hacer?
me gusta ver las tetas de esta trigueña cubiertas de ese polvo mágico
como un dulce de mostrador en una pastelería
bocado a bocado pruebo de sus tetas
esa magia
mientras la otra baila dulcemente y se toca
para nosotros.

Vamos
arma cuatro rayas le digo a la blanquiñosa
mientras la dama canela me besa de muchas maneras.

Nuestras lenguas adormecidas
nuestros cerebros despiertos
hay seis manos tan juntas
y nuestros sexos desnudos se humedecen demasiado.

He de dejarme llevar
porque te amo
así te amo
mientras las botellas de vino recorren mis venas
ay
ay de mi alma
cuando no me sirve. 


Besos con sal. 

Me gusta tu boca
húmeda junto a mi boca
adormecidas con tu sal rara
dulce por ratos
pero también amarga
como luz de jueves por la tarde
o la tristeza de un septiembre que no ve
cuando me besas
hoy a las seis de la tarde
con tus interiores combinando
tan perfectamente
con los visillos de esas cortinas dulces de tu ventana
y me cuentas de penumbras en tus veranos
de tus tristezas gigantes que guardas en la nevera
de tus uñas rotas
en tus mejillas
en tus hermosas mejillas
muchacha pálida
como una muerta pálida...

...Y tus mejillas sonrojadas
y tu rostro sonrojado
cuando un verano tibio
bonito
nos inunda desde nuestros centros
mientras nos amamos todavía
sobre tu cama.

Me gustan tus besos con sal
muchacha de la luz blanca
y cuando me besas
tu baba envuelve mi baba
con tu rara sal
que sentimos en nuestras rodillas
en las costillas
como si la risa brotara
de esa manera única
y ya desnudos
con tus bragas y tu sujetador perfectamente combinados
con los visillos blancos de tu habitación
descansan a un lado de la cama
mientras abres tu nevera
y te me pones triste
para que yo peine
con los dedos peine
tu corta cabellera
muchacha blanca como la luz blanca
calmando tu respiración quieta estás
junto a mi pecho
y ya no estás triste.

me gustan tus besos con sal
hoy jueves de un septiembre cualquiera
a las seis de la tarde.


El hombre que no podía dejar de masturbarse.

Me acuerdo de ti
luego de una paja triste
me abrazo a tu recuerdo
luego de este acto inútil
qué será de ti
muchacha de los ojos como el horizonte
qué será de mí
parado aquí en esta lejana orilla...


Toma este vals.

Ahora en Belgrado hay una mujer
con su vestido corto y rojo como su pelo
es verano
ya lo sé
junto a su ventana
esperando por mí
yo 
que soy la muerte
y desde temprano
he querido cubrirla con mi frío manto,
toma
esto es para ti
y abro los brazos.

Ahora en su cama
suena una dulce melodía
ay
ayayay
toma
me dice
esto es para ti
esto es para nosotros.

Aléjate de tu ventana
que la muerte ha venido a por ti
vamos al mar
lento como los cisnes gordos de tu Danubio frío
ay
ayayay
toma
esto es para ti
y abres las piernas.


Un infierno encantador.

En el infierno te espero
para quemarnos un poco más
y acurrucarnos
como dos pajarillos sin plumas
para sentir los latidos que nos quitamos en vida
de tanta cocaína
de tanta cocaína.
¿Te acuerdas?
Adormecidos hasta la médula
por tanta cocaína
cocaína en tus pezones
cocaína en nuestras lenguas
cocaína en nuestros sexos
y vino.
Mierda
yo me acuerdo
locos y medio muertos
agitados y poco tontos
con nuestros latidos a punto de llegar a la meta
en este teatro de caballos corriendo
con las patas rotas
cada noche era el último día
cada beso estaba mezclado con ese amargo que nos resumía
en calavera y carne
nada más. 

Entonces
luego del acto
desnudos y adormecidos
otro poco de coca
mierda
tanta coca
cocaína entre tus piernas
cocaína en tus mejillas
cocaína sobre la mesa
y vino.
Así durante varios días
locura, sexo y algarabía
desenfreno
algo más
y nosotros
mierda
¿te acuerdas?
yo me acuerdo
de cada centímetro donde tu piel tocó ese polvo maravilloso
de tus rodillas
sobre el frío parqué
mientras tú hacías con la boca eso que yo más adoraba
mierda
y más cocaína.

Sombras nada más
de la noche
de los días
carne y esqueleto
sin almas
sin nuestras putas almas. 

A la mañana siguiente de cualquier día
agua
bastante agua
frío
tantísimo frío
vergüenza
toda la vergüenza
contra la venganza del mundo
y nosotros tan húmedos de nosotros
hasta secarnos. 

Te extraño
cubierta de ese mágico polvo
te pienso
mientras los viejos ademanes llegan a mi cuerpo
rasco mi nariz
mis brazos
mis piernas
mierda
realmente te extraño
cubierta de mi blanca esperma
tiritando de frío
y ternura
de tanto luchar entre nosotros
mierda
mierda
me acuerdo de cada instante que pasamos juntos
ebrios de todo
únicamente por el placer de sentirnos vivos
y de nadie más. 

A veces me duele
algo adentro
cuando veo a lo lejos una iglesia
sé que allí nada queda
hay escombros
invisibles
de algo que quizá
antes se elevaba
pero nada más.

Recuerdo nuestras piernas juntas
moviéndonos
atormentados de la vida
de aquellos que nos quisieron tanto
como abandonados
tan tristes
pero no
y mira que yo antes me había asesinado tantas veces
pero ninguna
como esas noches contigo
ojalá
nos encontremos en el infierno.


7 minutos y medio. 

Ay morena
morena hermosa
con esos labios tan carnosos
con esa lengua tan roja
y ese culo
morena ay
hermosa morena
con esos pezones de chocolate
con esas tetas de diosa
carajo.
- Qué buena que estás,
te digo
mientras preparaba ron con Coca-Cola en una jarra
hielo y limón
tú a mi lado
con esa sonrisa de diabla
de diabla morena.
- ¿Y mi regalo?
preguntaste
mientras yo removía el ron con la Coca-Cola
limón y hielo
- ¿tu regalo?
pregunté de regreso mirándote a la cara
- qué hermosa estás
digo sin dejar de mirarte
y tu sonrisa endemoniada
y mi novia en el patio
y nuestros amigos con ella
y tus padres en la sala
y tus primos
celebrabas tu cumpleaños
mierda
tu cocina se hizo gigante
y nosotros tan pequeñitos
nos lanzamos hacia nosotros
tú desde tu esquina
yo desde la mía
nos besamos de una manera desesperada
jadeando
nuestras lenguas eran un solo eco de baba y aire caliente
mis manos en tus nalgas
en tus caderas
en tus tetas
tu escote se escapó de su lugar
tus tetas escaparon de tu sujetador negro.
- Dios mío,
dije
mientras las miraba
ahí
todas para mí
me abalancé hacia ellas
las besé 
las lamí
las chupé
mientras tú doblabas las rodillas
gemías
y tu baba
y el aire caliente de nuestras bocas
y mis manos dentro de tu pantalón
de tus bragas
de tu sexo
carajo
- esto no está bien decías
  esto no está bien
  pero no pares.

Y chocamos con todo
en esos dos metros
tocándonos como dos niños torpes
sudando 
apretándonos
más allá de lo que ya
no podíamos hacer.

Nadie entró
en esos 7 minutos y medio
nadie se asomó.

Mis manos en tu pelo
mis manos en tu cuello
nuestras bocas quietas
entre su calor y su humedad
temblando
nos mirábamos alucinados
respirando un poco agitados

dios mío...
y nos reímos calladamente.

Hasta ahora me acuerdo salir al patio
yo tenía la jarra de ron con Coca-Cola
hielos y jugo de limón
mi novia vino hacia nosotros
era tu mejor amiga
me sonrío
tú venías detrás
ella se abalanzó hacia ti
y te envolvió en un abrazo fraternal
fue bonito.


Brujita.  

...En este momento donde el mundo duerme, yo despierto entre tus pechos, tú desnuda, totalmente, como una luna a mitad de la media noche, brillando hermosa y gigante, sola, únicamente para mí. Mientras yo, un clochard humilde y moribundo, acaricio tus pezones, dulces como el azúcar de las flores, como la sombra de los espacios azules. Y en tus vestidos amarillos te quiero, y en los retazos del mar, y en todo eso que es el teatro del mundo, en todo esto, que es el gran teatro del mundo... 


Las aguas tristes.

"Si la cuerda te deja sin aire
deja un metro del otro lado
para seguirte
y ayudarte a respirar
allá a donde vayas
princesa de la noche".

Fue lo primero que escribí para ella...

Ella siempre fue una chica un poco rara
su corazón tenía forma de lágrima
y era tan blanca como el papel donde yo le escribía algunos poemas
vestía siempre de negro
con el pelo muy negro,
sus uñas también de negro eran como rayos de luz en la noche
cuando la veía cruzar el largo pasaje que la llevaba a su casa
yo escondido detrás de una vieja cortina
salpicando miradas sutiles a su joven figura
desde mi habitación
agazapado y con la luz apagada
a veces se giraba
como si notara que alguien la miraba
pero yo hábilmente me movía
rápido y silencioso como un búho sin latidos.
Su sombra era cálida
como lluvias de verano
y sus Jeans negros
y sus botas negras
siempre brillaban
a veces me sentía como un lince mirando la nieve
acechando torpemente a su presa
¿existirán flores más bellas que ella?
me preguntaba
mientras le escribía algún poema.

"Veo a la hija de la noche cuando pasa,
como un fantasma flotando
y me acaricia con sus cuchillos
cuando solo la miro
con sus garras.
Ojalá te apagues en mi hoguera
niña rara
hermosa niña rara".

Una tarde nos cruzamos en la bodega del barrio, 
gracias don Carlos, le dijo al señor que siempre atendía
de nada Alicia, le respondió, y salió sin mirar a nadie 
con muchos dulces y varios chocolates en sus manos.
Ese día supe su nombre
el de don Carlos
y su loco gusto por las chuches y el chocolate.

Llegando a casa escribí:

"En el país de las maravillas un muerto camina
eres tú
lejos de la noche
de sus flores negras.
Abre mis costillas
saca mi corazón
para que lo cuelgues en tu cuello".

Siempre caminaba como si nada le importara
siempre en solitario
una tarde me armé de valor
compré una flor de un azul muy oscuro
envolví la mitad de una hoja con lo que escribí el día que supe su nombre
me sentía extraño mientras me acercaba
como triste 
y cuando la vi entrar en el pasaje que daba a su casa
la llamé por su nombre
ella volteó
como si nada ocurriera
yo estaba a dos metros
me aproximé flor en mano
toma, esto es para ti
le dije
ella me miró un poco seria y pensativa
eran tan blanca y hermosa,
contempló la flor
es un azul muy bonito, dijo
y luego preguntó
¿tú eres el que siempre me mira desde esa ventana?
señalando con la mirada mi habitación
que del segundo piso daba exactamente a medio pasaje. 
Bajé la mirada.
Escribí eso para ti, solo quería que lo leas. 
Yo tenía 13 años y ella 15.

Los años pasaron
ella estaba rota como toda la soledad en el mundo
se cortaba las muñecas cuando no podía más con ella
y las piernas
luego pintaba con su sangre extraños dibujos
y los sombreaba con un lápiz 2B
nunca me dio ninguno,
decía que eran para su padre
cuando vuelva a verlo.
Su padre murió cuando ella tenía 5 años
en un accidente laboral mientras viajaba
aún se acordaba de cuando jugaban en su jardín,
su madre trabajaba en Bellas Artes
era profesora de pintura
muy dulce y amable, parecía un ángel en movimiento.

Nunca pude sanar sus heridas
nadie pudo
ni siquiera ella.

Yo la amé hasta ese día que entré en mi habitación
y la encontré colgada y azul
como la flor que le regalé aquella vez
era una imagen triste
muy triste
pero hermosa
todavía de negro
con su portafolio de dibujos
y con mi poema justo donde su sombra terminaba.

Ahí supe que ninguna flor está en paz
y que la gente no es buena.

"Hoy que la luz se nos ha acabado
quiera dios que nuestras almas alumbren
un ratito el infinito infierno..."

Fue lo último que escribí para ella.
Ojalá sea mi padre quien entre primero en la habitación,
y no mi madre.