Existen dos tipos de mujeres; las que quieren joderte la vida con su amor, y las que joden contigo creyendo que es amor.
En mi nueva vida.
En mi nueva vida me enamoraré de aquella que alguna vez se llamó Sonia,
y será porque en el campo crecerán flores hacia abajo,
y será porque los niños se convertirán en cometas,
y será porque no existirá el amor entre los caballos.
Y todo será moderno como las casas azules o rosadas
y no habrá más tiempo para acostarse temprano.
Porque sólo nos quedaba tinto.
Sus piernas eran dos vestidos largos
sus tetas
sus labios
esos ojos azules como el viento
y su risa que cortaba el tiempo
eran también dos vestidos largos
eran también dos vestidos largos
así es como todo pasa
cuando nada sucede.
Sus piernas eran dos largos vestidos
sus tetas
sus manos
ese pelo dorado como todo el odio junto
y su llanto que iluminaba el suelo
eran también dos largos vestidos
eran también dos largos vestidos
así es como todo sucede
cuando nada pasa.
- ¿Qué nos queda mi amor?, preguntó ella.
- Sólo tinto.
Polvo en la nariz.
Todo es un simple movimiento,
como el susurro de tu falda en mi nariz.
Los muertos eternos.
Mujeres que alguna vez besaron mis pies,
haced de ésta figura inútil una estatua eterna
solamente para complacerme por ser hombre
y morir de formas humanas, en guerras humanas, por razones humanas
-porque inmensa es la plaga que nos asesina.
Noche de gatos.
Salí de La posada del ángel,
luego de haberme pedido tres cafés
tres tequilas
y mezclarlos para obligarme un poco.
El viento era terco y frío
se metía por todos los huesos
y la nariz era un gesto rojo
húmedo
absurdo.
Salí de La posada del ángel,
luego de haber oído a Sabina en otra boca
y haberme tomado tres tequilas
en tres cafés
mezclados a una misma voz.
El viento era más frío
más terco
se metía por todos los costados
y los labios eran un gesto apretado
seco
absurdo.
Caminé unas cuadras hasta toparme con ella
que vestía muy de negro
con los labios muy de rojo
y los ojos muy tristes.
Me detuve
se detuvo
me miró a los ojos
le miré las tetas
le sucedía lo mismo que a mí;
tenía los labios secos y húmeda la nariz.
Así que decidimos entrar nuevamente en La posada.
Así que decidimos entrar nuevamente en La posada.