El diciembre, mes glaciar,
sus nubes retira,
y un abril primaveral
a la tierra admira.
Vegas
I
Abriré, de algo llano un cementerio, como garra de gato, y cuervo, dentro de la llaga. Sepultaré mi odio, de la que se juró mía alguna vez, y este florecerá, como el cactus dentro de la nada, y roja será, la cruda flor de la amargura.
Abriste, de mi olor la caja dentro del lodo, a tres metros de la mar, tú sabes que yo sé estar libre, pero te siento respirar... Y te aborrezco una vez más.
II
Beberé de la mar y sus hermanas, olas enteras de maldad, como diciembre en su nostalgia, tibias formas de ahuyentar, la angustia brava de la marea.
III
Sucede que es diciembre y no abril el mes más cruel, ¿quién se lo iba a negar?, sí, aquí apesta a pólvora, y chas estornudo y me hago llama, ¡leve quemadura!, del hachís en la boca, como pipa y madera, arrogantes humos de la sabiduría...
IV
De mujeres y saliva sólo está hecha la vida, ¿qué hago yo?, si aún creo en la idea absurda de la mujer, que anuncia sin anunciar, algo detestable como ofrecer cariño, y dejarte después, como al perro más triste del mundo. Noviembre, noviembre será la puta nostálgica que anuncia el mes glaciar más pronunciado del año, que sin regalos estará mi lana, y sin sus manos, que se han convertido, en garras austeras de poca inocencia...
V
Demostré mi cuerpo mutilado, en diciembre la carne vale más decía el pobre mercader, mostré mi costilla perforada, en diciembre el hueso pesa más ladraba, enseñé mi estrecho de costillares, en diciembre todo es rojo como usted. Dijo el hombre embelesado.
VI
Suave herida la mía, que el cuerpo entero como una uta me ha consumido, ¡gangrena!, de mi amor sin su atención, ¡fiebre!, que es algo ardiente, en mi falo flácido, como el germen de la necedad.
VII
Idioma de imbécil; amor que no existe, sí, maravilloso síntoma de necesidad, que es si no estar con ella, y ella sin estar contigo. ¡Dime!, no te diré nada, ¡dime!, no diré nada, ¡dime!, diré que ya no te necesito.
VIII
Te querré siempre, y le creí, te amaré por los momentos, y le tomé la palabra, te adoraré cada día, y yo, le juré la voz...
Hoy, al verla con otro, no me queda más, sino gritos de odio diciendo, que te vaya bien miss carrusel, que te vaya bien sin mí...
IX
Y dices que te has alejado de mí, pero yo te siento, te siento cuando respiras… No te pongas esos harapos por mí, sé que no eres pobre, no me ames con tanto ardor, cuando conoces todas tus dudas.
X
Abriré la misma carroña vacía de mi esperma, imaginando a un niño nacido en diciembre, de una madre tuberculosa, que es sino una huella, de fluido, sobre mi cama.
XI
Hiciste de mí una copa perversa, que ya no es más sino una magia neutralizada en la carta de un don nadie, tú, serás ya ella, que me dijo, alguna vez que me adoraba, y que hoy, siendo aún ese don nadie bajo la carta de ese otro, justificaré mi existencia, con una bala dentro de mi sien, que será una caricia de tus manos, sí, esa caricia de tus manos...
XII
Comeré dentro del plato material y familiar de maldiciones, y vomitaré cada trozo, como a esos niños que también fueron vomitados, dentro del maizal de la inocencia de su estupidez. Dime si jamás fuiste niño, y creíste que el fin del mundo no era sino una mujer, una mujer vestida de amor innecesario, que te decía, que te mentía, que tal vez pedía... te amo más que ayer...
Odisea.
Te regalaré tus doscientos huesos y un collar de calaveras, para que no sepas nunca, donde encontrarme. Y hallaré yo, la magia puta de otra mujer, en una cama, que es una boca, y esa boca una nada, una nada llena de bendiciones llamadas eyaculaciones. ¡YES MISS! Ya no te necesitaré ni hoy, que es diciembre, ni mañana, que estaré muerto.
Y si no me entra la locura, se esfumará la esfera de la promesa irremediable, del vino en la sangre, de mi falo en tu sexo, que es lo mismo.
Que fácil hacer daño y, que te lo hagan a ti, y a las personas no hay quien las entienda, será que a lo mejor, les resulto tan extraño sí, como ellos lo son para mí...
* Bunbury, Vegas, Cohen e inspiraciones.
Modificado, por un domingo en el vagón. Y será ya, la idea feliz de un conejo viendo su reloj.
Abriré la misma carroña vacía de mi esperma, imaginando a un niño nacido en diciembre, de una madre tuberculosa, que es sino una huella, de fluido, sobre mi cama.
XI
Hiciste de mí una copa perversa, que ya no es más sino una magia neutralizada en la carta de un don nadie, tú, serás ya ella, que me dijo, alguna vez que me adoraba, y que hoy, siendo aún ese don nadie bajo la carta de ese otro, justificaré mi existencia, con una bala dentro de mi sien, que será una caricia de tus manos, sí, esa caricia de tus manos...
XII
Comeré dentro del plato material y familiar de maldiciones, y vomitaré cada trozo, como a esos niños que también fueron vomitados, dentro del maizal de la inocencia de su estupidez. Dime si jamás fuiste niño, y creíste que el fin del mundo no era sino una mujer, una mujer vestida de amor innecesario, que te decía, que te mentía, que tal vez pedía... te amo más que ayer...
Odisea.
Te regalaré tus doscientos huesos y un collar de calaveras, para que no sepas nunca, donde encontrarme. Y hallaré yo, la magia puta de otra mujer, en una cama, que es una boca, y esa boca una nada, una nada llena de bendiciones llamadas eyaculaciones. ¡YES MISS! Ya no te necesitaré ni hoy, que es diciembre, ni mañana, que estaré muerto.
Y si no me entra la locura, se esfumará la esfera de la promesa irremediable, del vino en la sangre, de mi falo en tu sexo, que es lo mismo.
Que fácil hacer daño y, que te lo hagan a ti, y a las personas no hay quien las entienda, será que a lo mejor, les resulto tan extraño sí, como ellos lo son para mí...
* Bunbury, Vegas, Cohen e inspiraciones.
Modificado, por un domingo en el vagón. Y será ya, la idea feliz de un conejo viendo su reloj.
La moraleja de todo esto es que huyas de las señoritas que suspiren en rojo. Y es que tienen una extraña obsesión por desangrarlo todo. Hasta las palabras...
ResponderEliminarel amor que desborda y se derrama por la boca, se escancia desde los huesos y se derrite en los dedos siempre se confunde de objeto, porque devora lo que ve y lo que ve no es lo que espera
ResponderEliminarPalabras tristes como hace mucho no leía...
ResponderEliminarDiciembre es un mes que a mi tampoco me gusta para nada =(
Enterrá el odio y aunque hoy te parezca imposible, no brindes por última vez.
Espero que encuentres a otra reina que merezca un nuevo brindis y otras palabras =)
Un beso o 2 !
Pd: Y que importan los errores ??? =)
*_* don de expresión,tristeza transmitida,mis ojos se derriten en lagrimas-cristales.
ResponderEliminarsaludos!!!
Salomé, me ahuyentaré de todas las mujeres, y será ahí, que me daré cuenta, de lo mucho que nos hacen falta. Gracias por regresar.
ResponderEliminarElena, ahora, que no espero, ni veo nada, solamente busco, encontrar el beneficio de la vida. Un beso.
ResponderEliminarEleanor, los errores son los mejores maestros del hombre. Y el hambre, es un síntoma de necesidad. Me quedo con sus dos besos. Gracias por seguir aquí. Dos besos más.
ResponderEliminarSasha, que las córneas se queden fuertes. Un abrazo, gracias por seguirme.
ResponderEliminarsi de cada equivocación vas a escribir terrible texto ojalá que te equivoques mil veces mas... mil besos por cada equivocación y un abrazo de consuelo!!
ResponderEliminaruna mujer parió tu vida y una mujer,la mujer esqueleto, recogerá tu aliento.
ResponderEliminarno es tan cruel ni diciembre tan maldito, aunque en él exista la noche más larga del año.
una mujer me parió en esa noche sin fin
"...Hiciste de mí una copa perversa, que ya no es más sino una magia neutralizada en la carta de un don nadie..."
ResponderEliminarY ahí me tiene vaciando los licores de las botellas, bebiendo gota a gota cual si fuera néctar, para arrojarle al tiránico mar mis cartas a ninguna parte...
"Toda guerra promueve genios"
Francisco Umbral.
Culpable yo de abrir de un solo tajo pecho y vientre.. para ver desangrase ciertas entrañas.
ResponderEliminarCulpable de ser vampiro, necesitar más sangre que la mia... y succionarla gota por gota.
Sin reclamos.. que me envien a la hoguera, porque meresco la tortura del cielo negro lleno de olvido.
Joer Mon Dragón.. hoy me diste un gancho de derecha... pero aprecio lo que duele y hasta los dientes rotos. Ya era tiempo que me lo dieran en la cara...
Me hurto tu escrito...
Las Consecuencias son.. inevitables!
A tus pies.
Depresión... ese mal casi innombrable, casi pandemico..
ResponderEliminardiciembre es el mes mas triste del año para ti
para mi.
pd: Esa chica de la que tanto hablas
te trae como loco
Noe Palma, me equivocaré cada tarde, por Usted, ¿vale? Luego sacaremos cuentas y líneas.
ResponderEliminarCamino roque, las mujeres siempre, siempre, estarán... Le escribiré solamente, que diciembre será, el día más largo del año.
ResponderEliminarGatoPardo, siempre Usted citando genios, aquí en este recinto, donde nada es de genio. Gracias por pasar aún por aquí, gracias por comentar, y gracias, por beber, conmigo a la distancia. Un saludo.
ResponderEliminarArya, seré yo el cuchillo que corte pecho y vientre, de tu cuerpo. Y seré yo, quien devore gota a gota de tu sangre, es el retorno de una maldición llamada literatura... Gracias, porque siempre será un gusto leerle, y además, un gusto tenerle. Robe lo que pueda, mientras pueda, que sin consecuencias, no hay vida.
ResponderEliminarUn abrazo fortísimo.
Y seras tu...
ResponderEliminar"Nos salvaremos juntos.. que para eso estamos" dice el gran dios!
Uyyy te tomare la palabra entonces, que sed de literatura.. y de ti.. siempre.
Mis todos.. Sr Gato Negro Hijo del Tejado.
Arya, doblemente agradecido estoy, por tanta ternura. Quédese entonces, con mi palabra, que más palabra de borracho que la mía, ninguna.
ResponderEliminarEs tiempo de salvarnos juntos, un abrazo, señorita adoradora del GatoNegro, del tejado hijo. Adié.
Anónimo:
ResponderEliminarDiciembre será siempre, la trizteza con más regalos del mes.
Esa chica, es una sombra dentro de la nada... Y loco nada, jamás estaré loco, ni por la delgada mujer, ni por mí.
lo único cierto es que todo es una vaga ilusión...
ResponderEliminarSilvi, tanta razón tiene Usted...
ResponderEliminarBuena forma de modificar realidades...
ResponderEliminarA mi no me ahuyentas, por eso me quedo.
Gracias por tu visita!
Saludos
Me gusta mucho tu manera de escribir y de expresarte. Es una delicia haberte encontrado.
ResponderEliminarUn beso y un susurro con suavidad
Respirando entre palabras, gracias por quedarse, un abrazo.
ResponderEliminarYemaya, gracias por el susurro, por el beso, y además por el halago. Duramente, me despido, un beso.
ResponderEliminarDiciembre siempre ha sido mi estación preferida de entre todas.
ResponderEliminar¿Te refieres a Nacho Vegas?
Un beso.
Dafne Isern, este diciembre, es el mejor en toda mi histeria. No historia, sino histeria...
ResponderEliminarSiempre me refiero a Nacho Vegas, siempre.
Otro beso.
En efecto, me ha sonado mucho a Bunbury. Nadar en la desesperación a veces puede ser un recurso literario. Aunque, de vez en cuando, no está mal respirar un poco de luz verde y comer unas fresas. Aunque sea diciembre.
ResponderEliminar¿Que no? ...
Sue, y es que Bunbury está calado en mis huesos, como el hachís a mi pipa. Comeré fresas entonces, y respiraré luz verde, que mi pipa emocionada está. ¡QUE SÍ!
ResponderEliminar¡Vaya que tremenda entrada! La deja a una sin aliento. Felicidades Mondragón, tus letras sugieren tantas cosas que una se queda entre paralizada y espectante. ¡Que bueno!
ResponderEliminarPasaba a visitarte, dejarte un abrazo que traigo desde Buenos Aires, y te espero por mis blogs cuando quieras.
Un beso
Tienes cierto iman,sabes?...creo que me sumergire en tu mundo a veces irreverente.
ResponderEliminarDeja que se paseen mis ojos si?.
Un beso
Menta
Susana, ¡bienvenida!, gracias por comentar, y por tanto halago. Buenos Aires es casi mío, falta solamente, que me convierta en tango.
ResponderEliminarUn beso.
Menta, pasee lo que pueda, todo lo que quiera. Gracias por pasar una vez más por aquí, este rincón está para los que puedan, y tengan ganas de regresar. Un beso.
ResponderEliminarRemolinos de sensaciones, me marcho encantada.
ResponderEliminarBesos.
Pequeña, gracias por pasar por aquí, esperaré encantado. Beso.
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