sábado, 13 de octubre de 2018

El género bobo




...y otra noche más tú querrás soñar
pero la más pura soledad no se cura con champán y cocaína...

Nacho Vegas



Las manos dentro del agua.

Me gusta apagar las luces para verte más bella,
llorando en tus silencios mientras yo me derrito entre tus piernas
como un juguete sucio que grita torpe y brusco y bobo
me gusta apagar las luces
es como si cerrara los ojos
mientras meto un puño dentro de tu ano
hasta callarte
profundo hasta calmarme.


Hay un instante que duras conmigo, y no me gusta.

Subo a la balanza
el desayuno dura ese momento en tu nariz
bebo agua
bebes un beso mío

justo cuando me ilumino
a las cuatro de la tarde
un jueves cualquiera
o este martes
¡qué sé yo!
que nadie reclama.

Contamos mis escaleras eternas
pero duran otro soplo en tu nariz
ya no subo a la balanza

y los almuerzos se hacen cenas interminables

vino y tv
un colchón en el suelo

y tú

tan abierta de piernas
tan inmortal como todas ellas que saben contar escaleras
y mi esqueleto es una frase que no completa esa oración en tu boca
es lo que haces conmigo,
y no me gusta.


A vos.

Fuiste luz en mis ciudades
de sol y de neón

fuiste ocaso
mar sin olas

cielo azul de verano 
martes sin tráfico fuiste

dulce aroma en las esquinas de tu casa

ese tengo miedo que tu sombra se haga gigante bajo mi falda
fuiste David y Goliat
celos que no recomiendo

mi hermana

mi madre un par de veces

fuiste ilusión

eso que se pierde y se recupera 
un recuerdo que se quema con arena y palo santo

nostalgias imposibles de contar
rancheras que no cantamos nunca


fuiste

tantas cosas
todas las cosas

eso fuiste

cuando la nada te devuelve
cuando esa tormenta te vomita

fuiste

seis orgasmos en un día
tres polvos con mi padre en la casa
fuiste ese cabalgar loco bajo la lluvia de una ducha
y mi garganta derrotada...


Noches árticas. 

Dime si no es un milagro que aún siga vivo
en este lugar oscuro de grandes bocas y de hombres sin alma
mira esa antigua fotografía
me veo como un ángel joven dentro de ese hotel de tres pisos donde los vidrios rotos y las gafas negras y el humo de tabaco y las faldas cortas de las putas hacen juego con los ojos rotos y las llamas de tu oscuro corazón. Entonces pasa un auto lleno de borrachos y drogadictos, son como serpientes sobre el asfalto, ¿Puedes creerlo? Porque yo, yo también voy dentro de ese vehículo, por esa razón cierro los ojos y me pongo a rezar, no por mí, si no por ti, y digo: "ayúdame nena, ayúdame nena, no me dejes caer aquí"...

Tal vez tengas un plan, porque tus fríos ojos negros entran hasta mi alma y solo me hacen daño. Hay coca e inspiración que finalizan en poesía, y nace un genio que empujo dentro de tu falda hasta romper tus rodillas, tú solo sabes decir adiós, envuelta en ese traje blanco nieve que me congela la gran boca, y quiero adentrarme en ese hotel de mierda, o en tu vestido, y explotar como un maldito globo apretado por tus garras
solo para morirme de frío.


Relato breve de un largo romance.

Recuerdo tus dedos torpes acariciando mi falo,
mientras desesperada tu boca buscaba mi boca y me besaba
tu lengua seca sobre mi lengua seca
tus ojos café sobre mis ojos café
tus tetas blancas sobre mi pecho blanco
mierda
hay tanto de tus tetas en mis índices que al señalar al sol el mundo se hace más pequeño
sé que no andaremos descalzos por Madrid
sé también que tu concha no volverá a mojarse en mi boca
ni secaremos el agua en las ciudades
ni beberemos mezcal en los hoteles,
es lo que yo pensaba mientras tú bailabas con él
el mundo se me derrumbaba 
el alma se me iba 

¡mierda!

como toda mujer hiciste de algo que me asesina un resumen patético para satisfacerme
¡mierda!
prometiste que tus rodillas siempre serían mías
y que tus ciudades nunca se moverían de aquí

pero te hundiste
dejando de lado esos besos que me dabas cuando te corrías
cerrando los ojos como un ciego agradeciendo mi espacio dentro de ti
como un mudo suplicando esa primera palabra que decías en mi boca justo cuando terminabas

y luego acariciabas mi falo con los dedos mientras yo imaginaba un mundo raro a tu lado
un mundo sin estrellas donde caminar bajo la lluvia en verano
tú pintabas de azul a los Vallejos mientras yo los vestía de gris,
y tus dientes torpes rozando mi falo
en las largas noches de no decirnos nada
y tus lenguas torpes rozando mi falo
tú pintabas de azul a los Vallejos,
era como tener un cielo dentro de una caja.
¡Mierda!

Te vengo a recordar justo ahora que todo mi mundo está hecho mierda
espero que estés bien
mejor que yo al menos
o que ya hayas muerto
qué más da,

ya no bebo
ya no fumo
ya no consumo esos hermosos inventos del hombre
todo lo que alguna vez tomé para olvidarte
torpemente

me gustaría quitarme los zapatos y caminar sobre ti
pero hace tanto frío que comienzo a derrumbarme
y aunque ya te he olvidado en muchas para no regresar a ti
hay algo que tampoco me deja marchar
yo aún no me hundo y ya me estoy ahogando
en esta caja que pintaste de azul tantas veces...


No me toques.

Algo débil corre por mi cuello
es tu lengua suave y torpe bajando por mi cuello
babeas mis formas y mis sombras y mis esquinas
y el sol 
              el sol 
                        el sol que haces en mí es una forma hermosa

                       y el cielo 
           el cielo 
el cielo que logro ver desde aquí

justo cuando me agacho entre tus rodillas,
es solo un camino rápido
un atajo a tus formas
soy un hombre afortunado 
soy un hombre afortunado
es lo que pienso justo ahora que estoy muriendo
y algo lento baja por mi cuello
suave y torpe
pero no es tu lengua.


Te quiero.

Hoy que mi mundo está exhausto
y los abrazos que te debía se esfumaron
hoy que mis latidos ya no sufren por culpa de ese polvo absurdo
te digo que te quiero
tanto que la luz del sol se apaga en mi chimenea
tanto que el agua de la mar es suficiente contra mi sed

hoy
dentro de este martes que no recuerdo
fuera de las 4 de la tarde que no olvidas
habitación 208
habitación 208...

mierda.

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