martes, 22 de septiembre de 2009

Veintidós (Instante seis)


Imagen de Mondragón (Lugares & espacios)
"Esquinita del tango"-Cuarto paraíso.
Photo © 2009Mondragón de Malatesta


Las tardecitas limeñas tienen ese qué sé yo... Respiro y salgo de mi casa que es tu cuerpo, por la calle Caricias y Besos que son tus piernas, lo de siempre en mis manos y en ti...
Cuando en un instante, bajo tu negro vestido desaparezco yo...
Como un polizonte bajo tu piel de seda, me llevas al sitio más frío que no es Venus, y me transformas en un cuento de tres segundos...

Mujer, hoy que la vida tiene sabor a tango, en besos de tango, resuena como un bandoneón en cada esquina de mi vida la completa felicidad...
Como vaticinios de un romance eterno se prende en fuego el agua que proviene del cielo, es decir de tus ojitos como la noche.
Mujer... hoy que la vida tiene sabor a ti, no me la quites.

Dedicado a la mujer de mis pesadillas, que se prende en el cielo como el mejor de los tangos.

Colofón

¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!

Astor Piazzolla.

A Cambalache, for sentimental reasons.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Simpatía por el demonio


















Imagen basada en los Cómics de Mike Diana. (Por no decir casi copia)


E
lucubrando con ese cúmulo de sesos casi agotados, engaño de gente tan mala, de mujeres de papel, como si todo resultara un brindis de mesa a mesa, como un beso sin mejilla, solamente para disfrutarlo. Evocando con ese húmero dividido, sin sur ni norte, aquellas pequeñas cosas que la vida no me ha logrado embargar, como aquellas señoras sin ayer, como niños sin mañana, como la duermevela del hombre pez...
Cavilando con el pie gastado, sin caminos por recorrer porque los caminos también están vencidos, como en el orco de los ángeles caídos duerme la rosa oscura de tu vientre marrón, engañando cada borde de la plaza rosada.

Subí la escalera de polvo, respiré el azufre de tus costillas, expulsé de mi ser lo celeste de su grandeza, tomé tu piel para fundirla con la mía, me vestí de rojo para perderme en la sangre y en el fin del astro mayor, purificándome...

Ha nacido otro rey. Gritaban las naciones mientras todas las trompetas, que eran siete, resonaban en el eco de cada garganta muerta. Ha nacido otro rey. Gritaban los dioses y gusanos, mientras ella acomodaba mi corona de huesos sobre la mesa de piedra, antes de alimentar mi ego con su corazón.

Dedicado al demonio mayor que duerme bajo mi cama, aquel que siempre supo darme un lugar.


viernes, 18 de septiembre de 2009

Todo para mí



Un rápido cortejo entre dos mujeres permite la facilidad del sexo contra el sexo, relatos que asemejan escenarios paupérrimos, mediocres, escenarios de cortesanas y grandes señoras con otros de poca facultad corporal.
El álter ego del autor de pobre procedencia, de manos acomplejadas, sentimentales...

Con el río vienen las formas del agua marrón, del cuerpo maltratado por la estética, por la espina del cristianismo tan prostituido, tan envenenado. Cae el frío con el peor de todos los inviernos, abrigando las tetas heladas de una mujer muerta, mientras la espuma roja sobresale de su boca. El gesto que iguala un patetismo casi al borde de la locura y la risa baldía fruncen el ceño.
En la jaula de paja encerramos al viento que se mueve sin plumas, sin premura, aquella buhardilla de locas, una esquina parisina similar a una calle gastada y rota de mi querida, nada querida Lima.

Bohemia y soldaditos de látex cada vez que la noche llegue con el peor de los inviernos, en noches de melancolía y soledad, noches en las cuales pesa hasta el alma, hasta la risa. Y la risa deja de ser una moneda, deja de ser suciedad para convertirse en el pecado de una inmaculada monja que ya no cree en Dios ni en ella, que sufre lo que Borges jamás sufrió en la ya olvidada Argentina, objeto de título en la portada de una rota cabeza, que ofrece sus partes virgenes a los desdentados sin frases célebres, como la hoja en blanco, como el muerto sin cajón, sin tierra como frazada, como manta que cobija el cráneo aplastado, de la fábula muerta sobre la pesadilla perfecta...

Dedicado al tiempo sin tiempo de tus pechos, al exagerado instante de un sueño que no entiendo.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Alicia

















Imagen de http://www.taringa.net/posts/arte/821583/Alicia-en-el-pais-de-las-Maravillas.htm
l

Sus tetas, grandioso instante si la muerte perdura inquieta, callada, putona. Bajo su vestidito color cielo sus dos piernas, entre ellas el pozo virginal. O el pozo es muy profundo, o yo entro muy lentamente en el, luego grita, calla, grita, duerme...
Su melena como rayos de sol me destruye la lengua, como la medusa de Caravaggio, que al fijar sus dos ojos en mí en piedra me transforma, me aprisiona, me envenena.
Mis uñas convierten su piel en dolor, la viva carne que la gaviota devora me enseña su fluido inalcanzable, mientras eso, sigo entrando en ese paraíso húmedo y profundo, o insisto en una penetración perezosa, no sé...
El tiempo parece no detenerse, una mutación a mitad de mi existencia se hace más grande y fuerte, es decir, ella grita, calla, grita, duerme.

Bajo su vestidito color mar un culo apetecible aparece, lo muerdo, lo golpeo, otro pozo virginal, no sé si es profundo o entro muy lentamente en el, luego se estremece, sonríe, tiembla y dice:
¿Es este el país de las maravillas? Termina en mí para creerte.
Yo la transformo, la aprisiono, la enveneno y destruyo su lengua, instante después traga el milagro blanco como la espuma que mi vida obsequia. El conejo me ve, en sus ojos rojos el pavor crece, mientras el corre apresurado, yo esputo la sobra naranja que su boca me invita.
Ya sin vestidito añil, descubro su espalda flagelada, sus manos torpes, su boca, también profunda, o también entraba muy lentamente en ella. No sé...

Sus tetas, delirio preciso que la vida perdura, ilustra, agranda. No sé si mis manos son largas, o voy con premura, quizá ella está muy cerca, mostrando su entrepierna dulce y estrecha, delicada y hermosa, mientras yo la miro desde el otro lado del espejo.

Inspirado en uno de mis libros favoritos, inspirado en mi Alicia querida, que no es otra cosa que una dama más para mi mano izquierda.

martes, 1 de septiembre de 2009

Un invierno fatal y divertido


E
spero como el consolador de una viuda en el cajón que duerme a un lado de la cama, estoy como la vagina de una vieja enamorada de si, cansada, humillada, feliz.
Como esquina sin puta, maquillada y sin escenario, como potro eunuco, terriblemente feliz. Estoy como guitarra sin cuerdas, como dedos en el culo de mamá, como lápiz sin punta, tal vez...
Espero como el santo en una casa de citas, como perro sin perra, como silla en un mercado de miserables. Así espero.
Espero como un chino desnudo a mitad de la calle, estoy como el falo de un hombre pobre de mujeres, doblada, malvada, feliz.
Como palo sin pirata, como lumbre de verano, así estoy si tú no estás aquí para golpearme, para humillarme, para ultrajarme...

Espero, en este invierno fatal y divertido, como un coreano a su norte, como cantinero borracho, como un Neruda fracasado. Tal vez... ¿Por qué no?
Como un rifle luego de la guerra, que duerme en casa con la memoria de los jóvenes que mató, como un cuchillo que solamente tiene el pescuezo del pollo, como las manos de mi asesino favorito. Tú, que nada sabes de romances, también me esperas, mutilado, castrado, muerto, feliz...