jueves, 11 de junio de 2015

No visitors after midnight


                                                                                       




II
Cuando el señor juez me preguntó
¿Por qué la mató?
Me gustaba más callada, señor.
Contesté.




No visitors after midnight.

Un tal Frank estaba ebrio en la cruz
se hacía llamar Jesús o algo por el estilo
siempre andaba con los jeans sucios
y menos de doscientos dólares en el bolsillo
Santa Mónica parece un bello lugar
bueno
su esposa
yo no sé
alguna vez le arrinconé contra la escalera
alguna vez me la follé
y él le ponía el vestido
ehm
era algo sangriento
y tremendamente gracioso.
Yo andaba dopado por alguna extraña droga
y pensaba: un perro siempre es un perro
con títulos
ustedes saben
no soy un doctor
¿okay?
En fin...
hace unos días volví a ver a Frank
bebimos unas copas de whisky
me dio cambio para el gas
algo de comida
pagó las copas
Frank vivía en la misma casa
con su mismo acento francés
era encantador
siempre con el humo sobre su cabeza
su bigote bien peinado
y sus manos largas.
Frank seguía en la cruz
enamorado de su esposa
que era lo mismo a estar muerto.


Mad world.

Te deseo una hermosa vida
no es navidad, lo sé
pero te deseo una hermosa vida
mientras bebes tu champán con la nariz levantada
y yo con mi nariz en el fondo doy otro jalón de coca
te deseo una larga vida
no es tu cumpleaños, lo sé
pero te deseo una larga vida
mientras muerdes el jamón de casa con la boca semiabierta
y yo con la boca a todo dar muerdo otro pocón de coca
todo el mundo dice basura de mí, nena
pero el mundo está equivocado
simplemente el mundo no anda bien.


Shelter from the storm.

Me gustaste desde la primera vez que te vi
cargabas una mochila repleta con libros
habían temas que también me gustaban
no sé
desde Joyce por ejemplo,
hasta Ginsberg
o Bryce.

Jamás usaste lentes aún necesitándolos
y a media luz y desnuda y cansada
me encantaba cuando preguntabas
-¿eso es una araña o es mi poodle?
siempre fue ese caniche asquerosamente dulce y negro.

Caminábamos durante horas
era algo que odiaba de ti
hablando generalmente sobre el pasado
era algo que odiabas de mí
pienso que de alguna manera 
presentías lo que pasaría.

Nunca supe desde cuando te gusté
o si sólo fui un mero polvo en tu habitación
o en tu sofá
o en el carro de tus padres
o en el baño de visita
o en la facultad
y así
hasta calmarnos.

Recuerdo una tarde específicamente
tú llegabas de pelear con tu madre o tu padre
eso no recuerdo bien
dijiste en voz alta
¡si no me mato acabaré matándolos!
todos en el café donde nos encontrábamos giraron hasta nosotros
dos muchachos
hermosamente blancos
pero dos muchachos al fin y al cabo.
Yo tomé tus manos
las quitaste de golpe 
miraste lo más profundo de mis ojos
sonreíste de esa manera tan natural
un día ordinario en una tarde ordinaria de un mes ordinario con tu frase ordinaria
me dejaste un beso en la mejilla y una caricia en mi hombro
siempre fuiste un buen muchacho. Dijiste. Y ya, te fuiste.

Dos días después te vi en las noticias, habías asesinado a tus padres con el arma que tenían en el cajón de noche por seguridad, siete tiros a cada uno según la reportera. Te querías tanto que quitarte la vida habría sido lo último que hubieses hecho, siempre lo supe. Por esa razón luego de catorce años de ese día nunca intenté buscarte, o visitarte, y aunque sigo masturbándome recordando todas las veces que lo hicimos en tu habitación o en tu sofá o en el carro de tus padres o en el baño de visita o en la facultad y así hasta calmarnos, te extraño como te extrañé desde el instante que te fuiste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario