Imagen de Laura Makabresku: Lectiones Tenebrarum
Alcuérdome del olor
a caucho quemáu.
Alcuérdome de les rates
pela oriella del asfalto moyáu.
Nacho Vegas
Relato breve de un romance breve.
Semillas para junio.
Has puesto los ojos en mí
y pasas lenta como una araña
tu mano derecha sobre mi vestido
me siento dichosa de brillar junto al más hermoso del lugar
acaricias mi blancura con tu índice
hay algo de magia en todo esto
te ofreces para llevarme a casa sin antes perdernos un rato
en el lugar hay árboles por doquier y aves que parecen flores sobre las ramas
hay un sol que ya casi se apaga y pocas nubes
abrazas mi cuerpo desde atrás
y cuando todo se hace un mágico punto blanco esto se vuelve hermoso
hermoso y oscuro.
No te detengas mi amor
sí
recuéstame sobre el verde pasto
me gusta el olor de la tierra
sí
abre mis piernas y convierte mi cuerpo en una dulce pintura
roza mis pechos como lo estás haciendo
y quítame este vestido de flores violetamente como lo estás haciendo
sí
te veo, ahí, tocándome desde lo alto de tu esencia
y yo
aquí
como un triste gusano
moviéndome miserablemente
con los ojos abiertos y no
con los ojos temblorosos y no
abre mis piernas dulcemente mi amor
me gusta que me hayas elegido de entre todas
sí
te estoy sintiendo
lentamente hasta chocar mi fondo
lentamente hasta destrozar mi fondo
y mis pechos se hacen frutos podridos
aplastándose entre tus palmas y tus dedos y tus pulgares
oh dios
soy la mágica flor de tu agonía
cuando entras en todo mi ser y haces de mi cuerpo una estatua eterna
mi boca y mi lengua y mis dientes y mi baba
tus manos y tus murmullos y tus cabellos y tu piel tostada
oh hermosa risa torcida y dura
mientras yo
una humilde muchacha de labios rojos y piel blanca como un papel
una lenta muchacha de vestidos delicados y floreados donde mi cuerpo se hace todo y nada a la vez
espera
sigue muchacho de piel tostada
arranca mis bragas como lo estás haciendo
quítame el sujetador de la manera tan brutal como lo estás haciendo
y entra en mí
roza tu vientre con mi vientre
roza mi vientre con tu espada
con tu puño
internamente
arranca mis espinas y mis pétalos y todo
¡hasta la maldita piel que ya no necesito!
y conviérteme en algo sublime dentro del paisaje...
Tú acabas
yo sigo quieta
más quieta que al empezar
mis rodillas llevan algunos raspones
pero no te preocupes
es parte de todo este acto
y mis manos
y mis caderas
y todo esto que he dejado de ser
aún dentro de mi vestido de flores marchito y sucio y por partes rasgado
¿ves?
ahora soy parte del paisaje
aún quieta como la luz que nunca duerme,
veo tu grandeza desde el suelo
acomodas tu falo dentro de tus blue jeans
ajustas tu cinturón
arremangas tu camisa y buscas un buen lugar donde ponerme cómoda
lo tenías casi todo preparado
hay algunos objetos que usarás
hay un hoyo donde estaré cómoda
me cubres con tierra
en la noche cae brisa muy fría
me gusta que pienses en mí
antes de colocarme veo cómo te tocas
un último beso de despedida, -pienso
mientras mis piernas abiertas dejan ver mi hermoso sexo
tan dulce
tan húmedo
sí
son los restos de tu hombría
y acabas
sobre toda mi blancura
y haces de mí
todo esto que ya no es mi cuerpo
-¡Le tengo miedo a la noche!
grito.
Pero ya nadie escucha
y tú cubres mi rostro con la sábana que has logrado para mí
sí
lo tenías todo planeado
me dejas aquí
aquí donde todo de mí crecerá
y daré frutos que otros comerán
y aves se perderán entre mis ramas
y mi vestido
y mis piernas...
-Hola. ¿Te invito una copa?
dijo él.
Y yo
en mi vestido nuevo
me enamoré perdidamente.
Vino, pan y algo raro.
El poco aire que me debes
está roto
como mis dedos dentro de tu verbo húmedo
o palabras dentro de algo triste.
Sí
murmullos solamente
de todo esto que no imagino.
Oh cielo roto entre mis dientes
oh vino hermoso entre mis lenguas
orgullosa oruga
antes de adentrarse como una mariposa mágica en mi nariz
que muere
luego de abrir sus colores dentro de todo mi ser
como mis dedos dentro de tu verbo húmedo.
La sed.
He follado contigo como si fuese un animal
un animal desesperado
te cogí por el cuello e hice de tus cabellos cuerdas de mi odio
y la sed
y la maldita sed de tu entrepierna
hasta calmarme.
He follado contigo como si fuese un animal
y he quedado derrotado
derrotado como un animal herido
te tomé por la espalda hasta hacerte reír
y la sed
tu maldita sed
rocé tu hondura
tu garganta húmeda
hasta explotar todo esto que soy yo
y culminar todo esto que soy yo
dentro de tu boca.
Sublime lectura para la sed de unos ojos hastiados de lo vulgar.
ResponderEliminarUn placer leerte!
Estimada Lourdes, mío es el placer.
EliminarFuerte escrito.
ResponderEliminarAbrazo
María, sí, a veces somos así. Otro abrazo. Gracias por pasar.
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