Imagen de C.Ch.
"Creo sinceramente haber interceptado muchos pensamientos que los cielos
destinaban a otros hombres",
decía el irlandés Laurence Sterne, citado por José Saramago en El hombre duplicado.
decía el irlandés Laurence Sterne, citado por José Saramago en El hombre duplicado.
Los ángeles no mueren de noche.
¡Oh gloriosa alfombra donde expulso todo esto!
Todo esto que son todas mis especies juntas
y mis dedos ajustándose entre ellos
y mi puño cerrado
como quien recibe un poco de heroína
un poco
para opacar la extensa tristeza de mi alma
un poco
para apagar la gigante melancolía de mi alma.
¡Oh maravilloso culo tu culo!
tan blanco
tan duro
como una flor de loto
que abro con mi maldito pene
¡oh tenebroso hoyo oscuro!
que aprieta hasta mis especies más inútiles
-oh sí
dámelo todo-
chillas
mientras Waits canta
en el fondo de la habitación que nunca duerme
"Way down in the hole"
tan intensamente
tan gloriosamente
y yo me adentro en esa asquerosidad tan ínfima
sólo para sentirme más humano.
Jalas un poco de coca mientras mi pene se hace más grande dentro de tu ano
jalas y jalas mientras yo lo penetro duramente
y me estrello contra tus nalgas
una y mil veces
¡oh asqueroso acto!
tan sublime
si lo ves desde donde yo lo veo
tu espalda humilde
delgada
donde dos alas alegran el espectáculo
negras y hermosamente tatuadas
y tu espina finalizándolo todo
y tus cabellos entreverados y húmedos
¡oh maravilloso acto!
de mi sombra aferrándose de tu sombra
hasta eyacular dentro de tu voz
dentro de todo eso que es tu voz.
Hielo en el corazón.
Hay cosas que detesto de tu alma
la bondad que escupe
y todo eso que rodea tus tetas
todo eso que son tus dos tetas.
Y si tu corazón es una flor seca
¡qué importa!
¿qué importa si sólo somos muñecos sobre tu cama?
he follado tantas veces contigo
tantas que olvidé de contar ciertas formas.
Tengo las rodillas casi rotas
los índices magullados
la sien marchita
¿y tú qué tienes?
-un poco de coca en el corazón, respondes.
Hay cosas que aborrezco de tu alma
tu cara bonita que pienso está bien
y todo eso que son tus dientes
todo eso que son tus asquerosos dientes.
¿Y si mi pene es un cactus grotesco?
¡qué más da!
dentro de tu alma sólo es una espina
o una flor hermosa
una maldita flor hermosa.
Tengo las tetas adoloridas, dices
tengo el culo adolorido
hasta la voz lastimada
hasta la voz.
¿Tú qué tienes? -preguntas.
Un poco de hielo en el corazón.
Y jalas otro pocón de coca
y jalo un poco de hielo
con nuestras narices que son dos rocas inmunes a la tristeza
con nuestras narices que son dos huesos imposibles
con nuestras narices
juntas
blancas
con rojo mezcladas
con ese maldito rojo de tu sangre mezcladas
¡oh maravilloso espacio que es tu corazón!
cuando tu alma está inundada de esa hermosa dama blanca.
¿Qué tenemos? -preguntas
al vernos humillados sobre esa cama tuya
pues un disco de Cohen, el hermoso camino a casa
¡ah! y seis gramos de esta hermosa señorita helada.
La mujer duplicada.
Ayer te vi
como luz bajo mi noche
no eras tú
pero eras.
Tus grandes dientes de conejo
tus grandes ojos
tu sonrisa poco encantadora
te vi en todo;
envuelta en un vestido barato de puntos blancos, negro y hasta las rodillas, con
medias púrpuras y en zapatillas. Bailabas y te movías de la misma manera que te
movías conmigo.
Nos presentaron, un indiferente hola con las manos
y todo llegó junto
el paquete completo
fuegos artificiales
coca en el corazón
relámpagos
pupilas dilatadas
etcéteras.
No estabas tan alta y llevabas tu antigua nariz
aún delgada
con las caderas que tanto limé
con las piernas que tanto conduje hacia el mal camino
me pediste bailar
yo con un cigarrillo en mi mano derecha te seguí
tiré el cigarrillo y te tomé por la cintura
había cierta confianza
ya te conocía
esos ojos
esos dientes
esa maldita sonrisa
hasta tus tetas pequeñas
todo
en esa muchacha que no eras tú y sí
más baja y con tu antigua nariz.
-Bailás bien me dijo la muchacha que robó tu rostro.
Eres tan hermosa... -Dije.
-Me mirás como si me conocieras, respondió.
Sí, años atrás, hasta hicimos el amor muchas veces. Yo me encontraba un poco tomado y
sin contenerme le conté todo ese pasado que nunca tuvimos.
-Es la primera vez que llego a esta ciudad. Vine con mi novio... bueno, ex
novio, discutimos, nos mandamos a la mierda, un bobo, se quedó en Santa Cruz. Contó.
La bulla de la música nos juntaba mucho para hablar. Era maravilloso, tú ahí
conmigo sin estar. Más baja, claro, y con tu hermosa y antigua nariz.
-¿Querés salir un momento? preguntó.
Absolutamente. Contesté.
Contemplé su rostro en mi respuesta.
Subimos las escaleras de ese antro absurdo, me puse la polera que traía conmigo, una bufanda, ella sólo la pequeña chompa que llevaba en la cintura. Era delgada.
Afuera llovía, pero eso no la detuvo, se encaramó en la vereda de una forma
libre, giró para verme, apura, dijo. Y me extendió la mano.
La tomé, estaba tibia, luego se pegó a mi costado. Me gusta la lluvia. Me
gusta que esté lloviendo. Gracias por acompañarme, hacía mucho calor adentro
y no me gusta mucho ese tipo de lugares...
Luego de unos instantes.
Me gusta cómo me mirás, pero no me digas que soy igual a alguna ex novia tuya, o que me parezco a alguna puta de tu pasado. Soy yo, única y simple y ya...
...
Luego de unos instantes.
Me gusta cómo me mirás, pero no me digas que soy igual a alguna ex novia tuya, o que me parezco a alguna puta de tu pasado. Soy yo, única y simple y ya...
...
Llegamos a la plaza principal, avanzamos hasta el centro donde se mojaba una estatua de
bronce. Ella seguía de mi mano y cada vez más apretada a mi costado. Eres
hermosa le dije, tus ojos, grandes como son, y tus dientes y tu risa loca y tu
mano tibia, me gustas hasta cuando giras para hablarme y levantas tus ojos
hasta mis ojos y no puedo evitar ver tus pechos, pequeños, como flores que aún
están creciendo. Eres hermosa, muy hermosa y yo estoy muy borracho. Lo lamento.
Ella estaba callada, mirando hacia el suelo, también mojado. Turistas y
turistas pasaban junto a nosotros, avanzaba la madrugada y la lluvia pero aquí
donde estamos eso no detiene a nadie.
Me encantá tu manera de mirarme... Erica dijo que venía por vos, es más amiga de Tomás, mi novio, bueno, hemos peleado por ese motivo, Eri habla tanto de vos, no sabés, tenía ganas de conocerte, y mirá, supongo que ahora ella tampoco me verá con buenos ojos, creo que pienso demasiado...
En ese momento yo dejé de tomar su mano y giré todo su cuerpo hacía mí, ella fijó sus grandes ojos en mis ojos, con el vestido húmedo y el rostro húmedo y el
cabello que llegaba hasta los hombros húmedos, tenía una leve sonrisa en los labios y las
mejillas serias.
-Si me besás debe ser...
No dejé que termine, besé tu boca en esa boca, puedo jurar que besé tu boca
justo ahí, en ese acento argentino de lengua brava. Apretó su cuerpo al mío de tal forma que los pájaros dejaron de existir en ese instante,
elevándose en sus puntas, abrazando mi cuello con ambos brazos, empujando su
lengua contra mi lengua, mordiendo de a poquitos mis labios, ¡tu antigua nariz y mi
nariz!, ¡mierda!
Nos aferramos al poco aire que nos dejamos, a la luz sin luz del lugar, a la lluvia de ese cielo oscuro y rancio, a las sombras que pasaban, a los lunares que son todos los lunares de tu garganta húmeda, ¡maldita sea! imaginar tu boca en esa boca, sentir tu lengua en esa lengua, era algo terrible, tan terrible como besarte sin besarte, ¡demonios!, todo esto es una mala broma.
Dos minutos supongo, y ella ya sin besarme seguía aferrada a mi cuello, en
sus puntas, yo sentía sus pechos pequeños, su vientre, su respiración y la
lluvia que nos seguía mojando. Con los ojos casi cerrados y su boca entreabierta respirando tan delicadamente. Yo le apreté el culo con una mano, algo que le robó una leve sonrisa.
-Si prometés hacerme el amor como me has besado, prometo quedarme por ti y
ser quien tú quieras que sea... Porque ese beso vos ya lo has dado, lo sé, y es mi
primer beso así... dios... ¿lo prometés? mis piernas me tiemblan... Dijo ella aún sin abrir los ojos y sin pisar tierra y sin dejar mi cuello.
Han pasado algunas horas y recordé lo que te dije cuando nos dejamos:
"sólo te olvidaré cuando te encuentre en otra",
y mira
todavía no te he olvidado
ella está desnuda sobre mi cama y yo
con los dedos destruidos.
Supongo que más tarde
cuando te olvide
estaré eyaculando dentro de ella nuevamente
como quien dice
esto no es para mí
pero sí
lo es,
lo es,
como ella
que me mira con los ojos más hermosos del mundo
sin tener los ojos más hermosos del mundo
mientras yo
mientras yo
imagino tus miradas café
como quien imagina que el monstruo bajo la cama existe
y jalará pronto mis pies y mis sombras y mis cuerpos y todas mis almas juntas
sólo para calmarse.
sólo para calmarse.
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