"Qué mudos pasos traes, ¡oh! muerte fría, pues con callados pies todo lo igualas".
Quevedo
Satán, que a tu locura correspondo, ardo en la daga que hacia mi pecho apunta, que me quemo y no soy si no cenizas de tu ser. Devorando niños estoy, de un bocado a otro la demencia sobrepaso, y tarde es cuando pretendo encontrar no uno, sino mil infiernos.
Satán, no soy ya la espada dentro de la virgen, soy el feto que crece, sí, al que llamará la humanidad anticristo y a su vez salvador. Devorando niños estoy, de pierna a cráneo entretengo mis lenguas, y cuando decido por fin levantarme tarde ya es.
Satán, justifica delante de tu casa mi nombre, y en tu sombra recógeme, y sé de mí como ante la flor negra y marchita de tu falo yo soy. Y formar del semen maligno pretendo no uno, sino mil reinos, y de todos ellos humanidades enteras ardiendo, a placer, porque a placer me prendo.
Satán, ante la luz fortaleza absorbemos, poque más que ciervos somos, y dentro de la maldad fornicas hoy con la piedra que ya en su núcleo maltrecho y usado, crece la flor sucia de la agonía. Y desde ya canto, que desesperados vendrán a mí, y no será a la primera si no a la sétima trompeta que yo a todos ellos, los veré arder entre mis manos. Como niños atormentados deberán correr, y es que niños debieron permanecer para entrar en mi lar.
Satán, remedio de la muerte, cura de las llagas, que soy más que tú ahora, porque tu arrogancia demuestra debilidad, y mi virilidad ahora te fecunda cual llamas, que se extienden por tu cabeza como gusanos dentro de la mujer muerta.
Satán, arderemos nosotros también, del claustro seremos escupidos, y en la gólgota permanecerá el nombre maldito de jesucristo, que angustiado mirará no a uno, si no a dos Padres del las profundidades del mundo. Y tú, a mi derecha, gobernarás lo que desde ya arde a mis ojos; la humanidad completa desmoronándose ante mí.
Satán, no soy ya la espada dentro de la virgen, soy el feto que crece, sí, al que llamará la humanidad anticristo y a su vez salvador. Devorando niños estoy, de pierna a cráneo entretengo mis lenguas, y cuando decido por fin levantarme tarde ya es.
Satán, justifica delante de tu casa mi nombre, y en tu sombra recógeme, y sé de mí como ante la flor negra y marchita de tu falo yo soy. Y formar del semen maligno pretendo no uno, sino mil reinos, y de todos ellos humanidades enteras ardiendo, a placer, porque a placer me prendo.
Satán, ante la luz fortaleza absorbemos, poque más que ciervos somos, y dentro de la maldad fornicas hoy con la piedra que ya en su núcleo maltrecho y usado, crece la flor sucia de la agonía. Y desde ya canto, que desesperados vendrán a mí, y no será a la primera si no a la sétima trompeta que yo a todos ellos, los veré arder entre mis manos. Como niños atormentados deberán correr, y es que niños debieron permanecer para entrar en mi lar.
Satán, remedio de la muerte, cura de las llagas, que soy más que tú ahora, porque tu arrogancia demuestra debilidad, y mi virilidad ahora te fecunda cual llamas, que se extienden por tu cabeza como gusanos dentro de la mujer muerta.
Satán, arderemos nosotros también, del claustro seremos escupidos, y en la gólgota permanecerá el nombre maldito de jesucristo, que angustiado mirará no a uno, si no a dos Padres del las profundidades del mundo. Y tú, a mi derecha, gobernarás lo que desde ya arde a mis ojos; la humanidad completa desmoronándose ante mí.
Es...
ResponderEliminarCuanta maldad junta...
Srta Liv, y es que somos tanta maldad junta.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
Saludos.
Podriamos ser peores.
ResponderEliminar¡Oui Silvi! ¡oui!, podríamos ser peores.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Y bebe una copa de vino por mí y la terrible nostalgia de extrañar tu ciudad.
me encató ... en mi nuevo post hay un enlace a esta entrada, espero que no te moleste.
ResponderEliminarY es que nada me molesta srta. Charli Violet, mucho menos el 'marketing', se le agradece al contrario, por la amabilidad.
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