jueves, 24 de junio de 2010

El paraíso de las flores muertas


Que caí, que me recogen, que vuelvo a caer, que me dejan ahí...

Sobre las alargadas enredaderas de tus cabellos camino, como en una liturgia las oraciones, y sobrepongo estrepitoso mi caudal desmedido en tu oscuro pasaje y a la vez mojado. Miras desde la cama gris por las cenizas de tus cigarrillos con ojos desaforados mi herida y lames la postilla. Retomas el guión que dejóse mamá sobre el parqué rayado por tacones de putas y payasos, lees titubeando y das risa; entonces me vuelves a mirar y dices: hay gatos más tristes que yo... Y justo ahí, donde se amotinan mis vanas emociones caes como un rayo sobre la tierra, sólo que esta vez será sobre la tibia madera, tibia porque el semen que se derramó aún permanece así. Hay gatos más tristes que yo, vuelves a decir, mientras retuerces parte de una sonrisa y gimes desde ya, lo que se avecina.

La temible historia de una puta con flores en las manos, la triste pero aún así, abominable historia de una puta enamorada. ¿Perdón para tal pecado habrá?, gritas al cielo una y mil veces, llamas al Ícaro cruel que en tu camino señaló su flecha, semejante desdicha la tuya, que no sabrás jamás quién merece todos los besos que guardaste, todos esos añejados besos que a tus clientes negaste. Yacen hoy, putrefactos bajo tu lengua, y que tu inválida boca no sabrá jamás qué precio tuviste que pagar, a pesar del acerbo sabor y fétido olor que soportó, no sabrá nunca aquel precio.

Me entretengo en tus alargados cabellos, que corren y crecen, en mis manos y en mi boca, en mis pies y en tus gritos, ¡puta!, hay gatos más tristes que tú, ¡flores!, que en tus manos se mueren, ¡penetración!, extiendes ambas piernas a lo ancho de la cama y me llamas, no me besarás, porque no seré yo el maldito que tu amor reciba, ni mucho menos el amante al que no le cobrarás, sino uno más de aquella calle tan gastada, que el llanto te absorbe, y los chillidos, y los orgasmos, y algunas oxidadas monedas dejará a cambio.

Regóse aquella viscosa dama blanca entre tus piernas, no rozará tu interior porque el látex en su finura separará la desdicha del amor absurdo de tu abertura, no sabrá nadie ya, que feliz termina el hombre que ha pagado, e infeliz quedarás tú, por haber recibido parte de su miseria. Así volverás a dormir una vez más, con las flores muertas entre las manos, en ese paraíso rojo y angustiado, no de sangre, sino de rosas que a tus labios asemejan su ternura.

A Dodó, en su habitación oscura.

12 comentarios:

  1. pobre ........ no la aman ...... la amaran?... en fin con q tu no me dejes al olvido me vasta y que el mundo ruede si no estas para mi.......love u.
    me enamoras con letras.....

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  2. Cada vez me asombran mas sus extraordinarios relatos. Cada dia mejor, señor. Y aunque Jaime no lo crea, ella no pescó un pez. Eme lo cazó.

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  3. Srta. Liv, qué halagado me siento, al leer tan sublime comentario. Gracias. GRACIAS.
    Y es que los peces también se cazan, usted lo sabe. Un saludo fortísimo.

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  4. Prisa, a ella nadie la ama, ni la amaran, y si quieres que sea así, pues entonces sí, el significado radica en lo que tú quieres que signifique. Prisa, gracias por pasar por aquí, una vez más.

    Saludos.

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  5. "Miras desde la cama gris por las cenizas de tus cigarrillos con ojos desaforados mi herida y lames la postilla."

    Uno casi puede sentir que cada palabra es más gris que la anterior. En realidad no me esperaba que desembocara en orgasmos.

    Me ha gustado :) Un besito muy fuerte.

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  6. Dafne Isern, ¡BIENVENIDA!, y es que ya el nombre Dafne me resulta atractivo. Más aún sí comenta algo así. -Y todo desemboca en orgasmos. Gracias por haber pasado por aquí, un besote leve.

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  7. Puede que haya gatos más tristes que ella, pero ellos se lo pueden permitir, tan solo desaprovechan una de sus siete vidas. Me ha encantado. Mua! ;)

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  8. ¡Mandarina!, los gatos pueden darse el lujo de muchas cosas. Gracias por el comentario. Saludos.

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  9. y los perros tambien!
    besos mondragón!

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  10. ¡Silvi!, todos los animales de una vez por todas. Besos también. Gracias por pasar. (Argentina Campeón)

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  11. Así que usted es peruano? Que bien! Mire usted, de su país no puedo dejar de recordar unos alfajores roquísimos que son como el cielo!

    Me hacen recordar mi adolescencia con mucha felicidad, pues yo iba en una escuela de monjas y tenía una compañera peruana cuya mamá hacia unos alfajores que parecían el beso de Dios.

    Eran medio caros, pero no me importaba pagar diez pesos por cada uno... que delicia.

    De su entrada, pues quiero decirte que e suna maravilla, hermosa y sublime.

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  12. Gabrielle Dupré, peruano como Vallejo, de nacionalidad solamente, claro.
    ¡Los alfajores!, y es que son tan dulces y riquísimos, justo ahora, hace unas horas me comí varios, con té, ¡qué delicia!, tiene usted toda la razón. No sé cómo rayos besará dios, pero si usted lo dice es porque lo sabe, y si lo sabe, pues trataré de creerle.
    Aquí no son tan caros, es decir, el precio cambia de acuerdo al lugar en que son comprados.

    Me alegra que tenga buenos recuerdos 'peruanos', es grato saberlo.
    Muchas gracias por el comentario y todo lo demás, me ha dejado un poco alegre la noche.

    Saludos.

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