lunes, 31 de agosto de 2009

Lázaro y la niña muerta













Imagen de www.emudesc.net


L
a niña muerta lanza piedras a la tumba, y de la tumba nace un hombre con nombre. De la piedra escapa una mujer, y de ella todo se sabe, así como de la piedra.
Un hombre negro disputa una canción en el norte, y del norte llega otra niña muerta. Los gusanos danzan en el vientre del gato seco, y este lame las ratas que afloran en los pies de un Dios hijo de puta.
La niña muerta lanza piedras a la tumba, y de la tumba nace Lázaro, el nombre del hombre rojo. Del hombre se forma un niño, y de él nada se sabe, así como de la piedra la mujer escapa. Un hombre blanco somete al perro, lo penetra, y en su interior encuentra le existencia del gusano mayor.
La niña muerta lanza piedras a la tumba, y de la tumba nace un hombre, yo.

Inspirado en la tumba de la niña II y el gato muerto, desde que hay espacio antes que los minutos mueran.

domingo, 30 de agosto de 2009

Cama de plata


Dos niñas muertas arrojan piedras a la tumba, y la tumba, de la cual nada se sabe, arroja flores a la monja.
Una monja muerta recoge huesos de la madre, y la madre, de la cual nada se sabe, arroja rosas a la puta.
La puta muerta recoge hombres de la cama, y la cama, de la cual nada se sabe, arroja sobres a los niños...

Hoy ha nacido un perro, y este sabe lo que el hueso ha perdido, es más, sabe que el niño duerme sobre la monja puta mientras come piedras de la tumba. Y la tumba, la cual nada callara escupe sangre por sus lados.
Hoy ha muerto un perro, y este sabe lo que la piel ha ganado, es más, sabe que la mujer nace de la puta virgen sobre la tumba de piedra, mientras nada ha callado, siente un falo rojo entre sus manos.
Todas, sobre mi cama de plata van chillando junto a las gaviotas que te comerán... Atraviesa hombre negro, tu mano izquierda en mi interior.

Dos niñas muertas arrojan piedras a la tumba, y de la tumba arrojan niñas a los hombres.
Ha nacido otra monja, mientras la mujer acomoda sus huesos, y acomoda el falo de sus manos en mi boca...

Dedicado al niño muerto sobre la monja. Inspirado en la tumba del muerto mayor, aquel que a la pesadilla llama.

sábado, 29 de agosto de 2009

Tenemos suertecita...














Imagen robada de I.M.C.
(Manos robadas)
"Deseo cumplido"-Ciudad Paraíso.
Photo © 2009
Mondragón de Malatesta

No es El Tiempo de las cerezas porque las cerezas han muerto en la boca del hombre dulce.
Tampoco haremos El viaje a ninguna parte porque él vendrá aquí; cantará, gritará, vivirá.
Enrique Bunbury por fin visita la triste Lima ofreciendo su HELLVILLE DE TOUR 08 09.

Nosotros, que hemos esperado cada instante, que hemos asesinado ahorros, que hemos robado amistades, lograremos finalizar un instante importante en nuestras vidas, el instante que dura gritar junto a nuestro personaje favorito, el instante de la pesadilla perfecta, el instante que dura un puñado de canciones desde la boca de nuestro casi Dios, Enrique Bunbury. Y digo casi, porque le faltan dos pechos femeninos para ser perfecto.

Nota: La cita infaltable, será en: La explanada del Estadio Monumental, el veintidós de Octubre.
Vayan muy tarde por favor, para yo estar lo más cerca posible al amor de mi vida. =)

viernes, 28 de agosto de 2009

Pez sobre otro pez


U
na cama vacía me muestra la distancia que tiene un pez de otro pez, carmín en los labios de la mujer que no come carne, carmín en los labios del hombre que besa y come a la mujer.
Un metro vacío me muestra el espacio que tiene un pez de otro pez, café sobre la mesa para alumbrar el sabor de la amargura, café sobre la mesa de madera pobre.

Yo, hombre, ya no sé si existe la manera de morir sin morir, ya no sé si existe la manera de vivir sin vivir, no lo sé, hombre, tú que sabes de mi especie y también sabes de mi espacio. Dime, ¿Podré nacer otra vez luego de haber muerto?. No, dices, y no miras al cielo porque en el cielo ya no existen nubes, ni su color azul, todo es negro, desde que los dioses fueron desterrados por el niño mayor, ya nada es igual, ya nada, es como tú.

Un viejo zapato me muestra la separación que tiene un pez de otro pez, mujer, tú que nada sabes, que tienes en tus manos la forma de la humillación, dime, ¿Podré caer más tarde si me lo permites? Has puesto el hueso sobre la mesa, para alimentar mi mal camino. Caes antes que yo, y grito por la injusticia que me has entregado.

Un hombre muerto me muestra la distancia que tiene un pez de otro pez...

domingo, 23 de agosto de 2009

Cuatro


Desde el tequila bebo el limón exprimido, bebo la risa de sal.
¿Qué sabe mi vida de memoria?
Sí, cuatro es el número que apenas se conoce, ellas, él, ¿Qué sabe él de memoria?
Una habitación desnuda, quizá muda, yo, como cuarto sin luna, sé, que la vida no tiene nada de espectáculos, nada parecido al muerto en la capilla del sur, no sé...
Desde un cuarto sin forma, me desmayo entre besos y tragos agrios, entre la sonrisa de Gerald y los besos de ella. Lo he visto, he visto su vida, he vivido con él, apenas moribundo aprendí a respirar por él, tal vez, sepa conseguir el corte mejorado en mi cabeza, en mi piel aseguraba en el temor de la caja fúnebre.
Desde el mar blanco bebo el momento, lo sé, sé que ya nada importa, solamente ellos, que tres en el eco vacío se esconden, y yo, claro, porque cuatro es el número que apenas se conoce...

Desde los campos de hierba seca salimos todos los hombres, capacitados para besar y amar, tal vez para danzar, luego caminar.
Consentí tres verbos, dos clavos por cruz, un tela de medida, sí, es la parte favorita de mis manos, el momento que ella muerde mis labios desbordando cada espacio de mi vida. Ellos, que se pintan como puntos en un cuadro, respiran el humo blanco a mi lado, porque ellos también, al igual que yo, hemos caído de la hierba...

Somos partes del mismo lugar, de la misma sombra, del mismo instante que parecen limones partidos, del mismo cuello, de la misma columna, tal vez, apenas me conozca, y descubra que soy como el grano del tequila dorado, como oro y sol, como ella, él, y mi hermosa Princesa...

Al cuarto, entre cuatro, por ellos y yo. Claro. (La última noche)

sábado, 22 de agosto de 2009

Veintidós (Instante cinco)


De la piel ha nacido el sustento, ella, que también ha nacido de la piel es el mío. Por cada elemento sobrenatural, sus ojos que imitan a la noche más oscura, por sus pies que parecen dos copos de nieve, por sus pechos, que son todo al momento que la pesadilla perdura.

De la gracia ha nacido la risa, ella, que también es Gracia ha nacido de la mía. Por cada fortaleza humana, sus manos que imitan el borde de un precipicio vacío, por sus lunares a contar, por sus curvas, que son todo al instante que la pesadilla despierta.

De la fantasía ha nacido la vida, ella, que también es parte de la vida que tomé como mía. Por cada nube dulce, que en su vientre de blanco algodón persisten mis besos dejando tímidas huellas. Por sus piernas, que son todo al instante que la pesadilla consume.

De la soledad ha nacido la tristeza, ella, que también ha sido alegría sabe lo que pesa la tristeza que es mía. Por cada espacio no conocido, sus labios que imitan a la locura más endemoniada, por sus manos que parecen los gestos de Dios, por su lengua, que es todo al momento que la pesadilla destruye.

Querida mía, la vida ha llamado al muerto, seduce tu alma abrazando la mía, llévame, mátame, cómeme...


A Cambalache, for sentimental reasons.

sábado, 15 de agosto de 2009

Niños tocados del mundo


U
n niño tocado del mundo come ratas secas desde la boca de una madre mutilada, es quizá el verbo algo que va más allá de la voz del perro atropellado.
Dos niños tocados del mundo beben orina desde la boca de un loco atormentado, es quizá la fábula de los sexos envueltos en una salsa roja el sabor de la virgen muerta.

Luchadores sin manos, un viejo que patea un pan cuesta arriba, tres niños negros.

Tres niños negros tocados del mundo defecan bichos desde un culo roto similar a la boca de la madre golpeada, es quizá el sexo algo que va más allá de los perros abortados.
Cuatro niños tocados del mundo caen desde la boca del loco asesinado, similar a la virgen muerta cae la mierda que descansaba antes en mis manos.

Ha caído otro más, ha caído el niño negro. Gritaban las blancas aves que tus fauces habían vomitado.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Dulce emoción


La carne caía de mis manos como gotas de lluvia, era el gesto asqueroso una parte de tus labios.
La piel imaginaba una tela o dos, tal vez tres. Y arropaba con ella el repugnante instante de mi pesadilla.
Tus ojos arrancados yacían en el piso como dos perlas podridas, como arcada de un perro enfermo.

La sangre manchó el piso donde días antes mi esperma fulminante calmaba tu sed.
Tus huesos gritaban al momento que mis manos te ofrecían aterradoras caricias.

Tres niñas tendidas sobre una cama roja, vejadas y hermosas.
Sus pezones arrancados dejaron llanto en sus pechos aún no formados, sus manos atadas a su espalda presumían la idea de un hombre mayor, tal vez más fuerte. Pero eran tres y yo uno.
Sus piernas amoratadas por mis mordidas se dirigían a un sexo humilde, pequeño, virgen.
Tres niñas duermen sobre una cama roja, humilladas y únicas.
Sus lenguas cortadas de un grito regalaron el eco de mi orgasmo menor. Sus pies atados y alejados me dejaban ver sus dedos restantes.

Yo ofrecí y dí el amor que ellas me pedían. El amor que un padre otorga.

Un hombre se mueve en el parqué de la tercera habitación, como serpiente sin cabeza. Tiembla ante mis palabras. Su manos sin uñas mostraban las espinas de una rosa seca.
Desnudo y sin sexo, sangraba y el frío era insoportable. Lloró unos minutos mientras mi mano entraba en su cuerpo por atrás, empalado y partido en dos se marchó a ese mundo maravilloso.

Yo ofrecí y dí el amor que él me pedía. El amor que un dios otorga.

La carne caía de mi boca como saliva de un perro rabioso, mientras las niñas me miran y cierran los ojos luego. Les enseño al despertar mi falo moribundo, ellas saborean un buen momento mientras imagino a una monja muerta y azotada.
Saludo al hombre sin sexo ya tieso, lo miro un instante y voy por un café.
Los ojos de una vieja mujer se muestran en mi mesa, como dos fresas entran en mi boca y mis dientes sienten el fluído putrefacto de su perfección.
Lamento no haber usado la botella rota en la cara de la mujer, giro en mi cabeza el sentido mayor de la piel asesinada, tal vez me entretengo en el culo de esa niña de doce años y le quito las bragas blancas incitando mi purificación. Termino una vez mas en ella y duermo.

Al despertar veo en mi mano izquierda un cuchillo que no es de plata, saboreo la sangre seca y siento un gran deseo de matar. Una dulce oración se escribe en mi boca, corto mis venas con el, corto mi falo con el, planto su punta viva en mi pecho mientras mis ojos extienden su luz final.
Tuve ganas de matar -me dije. Y yo era el mas cercano...

Nota: A pedir de boca, la muerte ha mandado. Dedicado y nuevamente publicado para no enterrarme con ella.