lunes, 22 de marzo de 2010

Nuestro primer año juntos (Instante doce)


Desde el silencio más puro hasta el grito más profundo, hallarás siempre un Te Amo.
-O dos...


Acto primero.

¡Pero qué hermosa era! me decía, hermosa y maravillosa.

-Señorita, ¿desea bailar?
-No.
-Señorita, tampoco yo, pero con Usted bailo lo que sea.
-No.
-Señorita, no tanto lo que sea, ¡un vals!
-No.

Pero que hermosa era... me decía, maravillosa y hermosa.

-Señorita, ¿desea bailar conmigo?
-No.
-Señorita, tampoco yo, pero puedo bailar yo con Usted.
-Okay.

Ha pasado el tiempo, y pesa como el metal, entre la tristeza y la soledad acompañada. Ha pasado el gesto, y besa como besa también una mujer abandonada, entre la decadencia y la remembranza. A duras penas comprendí después que la nostalgia era siempre pasajera, pero que siempre también, estaría presente.

Acto segundo.

-Señorita, es Usted muy bella.
-Eso ya lo sé.
-Señorita, sus labios saben a vino tinto.
-Eso también ya lo sé.
-Señorita, su boca sabe a vino tinto y además, la amo.
-También eso lo sé...

Y comprendí que entre la noche con sabor a vino tinto y el frío los amores son menos breves, y que la angustia que más se parecía a una resaca me devolvería cada instante en besos ya no robados. Comprendí, que la dulzura pura de una Princesa sería mía, que la más hermosa Princesa de la boca de fresa, sería mía.

Acto tercero.

-Señor, es Usted hermoso.
-No lo sabía.
-Señor, es Usted hermoso y su boca sabe a tinto.
-Lo segundo sí que lo sé.
-Señor... lo amo...
-Yo también señorita, la amo.
-Pero que no quede constancia de mi amor por Usted.
-¡Ya quedó!, el sabor a tinto sigue en mi boca.
-Entonces lo amo aún más.

Y comprendí, que todo era mejor a su lado, que era mejor y que era también feliz, nuevamente. Porque ni en sueños la vi venir, y eso que de soñador yo, tengo bastante. Comprendí también, que su boca siempre fue mía, y su sabor también, eternamente mío. Así todo se resuma en un leve segundo.

A la Princesa de la boca de fresa, que justo ahí, supe el verdadero sabor de un beso.

A Cambalache, for sentimental reasons.

2 comentarios:

  1. Oh mierda, ¿la frigidez revaloriza a la mujer?
    ¡SANTO CIELO!

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  2. No importa otra mujer, solamente de la que hace referencia en el texto. Y si de revalorizar se trata, unicamente aquella Dama, sobresale por los límites establecidos.
    Gracias, de todos modos por el comentario.
    Estimad@ "?". Saludos cordiales.

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