sábado, 6 de marzo de 2010

El beso más hermoso del mundo


E
n el beso mayúsculo de las manos te encuentro,
como en una pelea contra la prenda,
así también te toco.
En el mueble minúsculo de mis manos te beso,
como en una batalla contra el vestido,
así también te siento.

Ha crecido el deseo que tu cuerpo provoca,
como verso hermoso en la boca del poeta,
como la mar en tiempos de cólera,
como ímpetu de tu lengua que mi lengua hace temblar.

En el vestido de tela suave me meto,
entre caricias que tus piernas ofrecen,
fingiendo dibujar mis besos,
y te beso,
de modo mayúsculo,
y me besas,
porque tu lengua mi alma hace estremecer.

Ha crecido el deseo que tu forma provoca,
como el bandoneón de un Tango-Bar argentino,
y me pierdo,
y te pierdes,
entre la excitación máxima de dos lenguas
aferradas con la misma alma,
así hasta que todo se haga nada,
y vuelo,
y vuelas,
y una vez más... te beso.

Dedicado a los labios más sublimes, que cuando besan todo se convierte en nada, y vuelo, y vivo, y los vuelvo a besar hasta que la nada se convierta en todo.

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